Gestagua participa en todo tipo iniciativas de educación ambiental en los territorios en los que presta servicio. En su afán por concienciar a la población acerca del consumo responsable de agua, a principios de este año anunció la puesta en marcha, en el municipio malagueño de Fuengirola, de la campaña “El mar empieza aquí”, desarrollada en colaboración con el Ayuntamiento de la localidad.
La iniciativa pone el foco en las consecuencias de arrojar pequeños objetos o desechos al suelo, ya que a menudo se introducen en las alcantarillas y acaban en el mar. Para evitarlo, la empresa viene instalando, junto a los imbornales de las alcantarillas del municipio, una serie de placas informativas en forma de ballena, con el lema “No tires nada: el mar empieza aquí”.
Pionera en la Costa del Sol, este tipo de campaña se ha realizado con éxito en diversas ciudades europeas. En atención al alto porcentaje de población extranjera en la localidad, las placas se han instalado también en inglés. Gestagua anunció también la puesta en marcha de diversas actividades de concienciación. En el marco de la reducción de plásticos de un solo uso, tan perjudiciales para los ecosistemas marinos y terrestres, la empresa ha regalado una botella metálica reutilizable a quien encontrase una de estas ballenas, hiciera una foto de ella y acudiera a las oficinas de la empresa indicando su ubicación. Los escolares también han podido participar mediante la realización de un dibujo para inmortalizar su hallazgo.
El CEIP El Tejar de Fuengirola acogió el acto de entrega de regalos a los estudiantes que han participado en la campaña a lo largo de los últimos tres meses, que el Ayuntamiento describió como “un éxito de participación”. El delegado territorial de Gestagua, Enrique Sánchez, ha agradecido la implicación de docentes y estudiantes y ha animado a todos los centros a seguir participando, pues el objetivo de la campaña es llegar a más de 4.000 escolares del municipio.
Cigarrillos, papeles o mascarillas son, con frecuencia, arrastrados por el viento o las lluvias hasta los imbornales. Además de provocar posibles atascos en el alcantarillado, estos residuos pueden acabar convirtiéndose en una amenaza para la flora y la fauna marinas. Por otro lado, muchos de estos objetos arrojados al suelo son de plástico no biodegradable, que ya supone la principal fuente de contaminación de los océanos.