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Lugo, un modelo a seguir en la gestión sostenible del Ciclo Integral del Agua

En los últimos meses, se han materializado novedades en cuanto a la legislación de agua potable y residual. La Unión Europea avanza en los objetivos de protección del medioambiente y la salud de los ciudadanos mediante una mejor gestión del agua. Se legisla para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los planteados en el Pacto Verde Europeo.

El pasado 10 de enero de 2023, se publica y entra en vigor el esperado Real Decreto 3/2023, de 10 de enero, por el que se establecen los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministro, para dar respuesta a las exigencias de la Directiva (UE) 2020/2184 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 16 de diciembre de 2020.

Esta directiva, y su transposición al derecho español por medio del RD3/2023, presenta una doble finalidad: por una parte, establece el marco jurídico para proteger la salud humana de los efectos adversos de cualquier contaminación del agua de consumo, al garantizar que sea salubre y limpia. Por otra, aumenta la transparencia de gestión, ampliando la información al ciudadano, potencia el uso del agua de grifo y facilita el acceso a la misma, según indica Naciones Unidas en el derecho humano al agua y saneamiento.

En cuanto a aguas residuales, se ha publicado el borrador de la directiva sobre tratamiento de aguas residuales urbanas, que pretende reducir carga contaminante vertida al medio, fomentar la economía circular, la neutralidad energética y el control de emisiones o el control epidemiológico a partir de las aguas residuales. También se incluye la planificación de inversiones y obligaciones de acceso de información al público o acceso al saneamiento.

Este marco normativo abre un nuevo horizonte en la gestión del agua, incluyendo nuevos indicadores de calidad del agua de consumo y agua origen, que llevarán a todos los actores del ciclo integral del agua a adaptar sus operaciones hacia un futuro donde se primará la calidad y seguridad hídrica con un enfoque global, circular y más sostenible.

Uno de los retos más importantes que se presentan será el de hacer frente a Contaminantes de Preocupación Emergente (CEC), definidos por la Unión Europea en 2013 como «Contaminantes que en la actualidad no están incluidos en los programas de seguimiento sistemático de la Unión, pero que suponen un importante riesgo, lo cual exige su regulación, dependiendo de los efectos toxicológicos y eco-toxicológicos y de sus niveles en el medio acuático»; y a Enfermedades Infecciosas Emergentes y reemergentes, nombre acuñado en 1992 por el Instituto de Medicina de los EE. UU., para referirse a las enfermedades infecciosas recién descubiertas y a aquellas consideradas controladas o casi desaparecidas, cuya incidencia está de nuevo en aumento.

Con la ETAP, el Ayuntamiento de Lugo ha proporcionado al ciudadano una infraestructura dotada de un robusto proceso de tratamiento

Asimismo, se incorpora el control de la presencia de otros contaminantes antropogénicos como PFAs, conocidos como “Forever Chemicals” por su gran permanencia en el medio; Bisfenol A (BPA), disruptor endocrino empleado comúnmente en la fabricación de plásticos y resinas; o contaminantes de emisión de productos farmacéuticos al medio ambiente, bien por uso humano o veterinario, como el Diclofenaco.

Previendo este escenario y con una visión a largo plazo, con la construcción y puesta en marcha de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) en el año 2010, el Ayuntamiento de Lugo, en su apuesta y compromiso por la calidad del agua de la ciudad y la preservación del medioambiente, ha proporcionado al ciudadano una infraestructura dotada de un robusto proceso de tratamiento. Se trata de una instalación que garantiza agua en cantidad y calidad para el consumo humano, capaz de hacer frente a este nuevo reto y de absorber las variaciones en la calidad del agua que pudieran afectar al río Miño, siempre dentro del máximo respeto al entorno y al mantenimiento de los caudales de conservación ambiental.

Lugo se encuentra en la parte alta de la cuenca del Miño, en una zona con actividad agroganadera media y actividad industrial baja, lo que indica que la contaminación antropogénica es de baja intensidad, aunque sí acusa variaciones de calidad a lo largo del año, lo que genera también necesidades de tratamiento diferentes.

  • Gestagua y el Ayuntamiento de Lugo aplican en sus instalaciones las técnicas más avanzadas de tratamiento y producción

Por este motivo, se ha ejecutado una instalación versátil en cuanto al tratamiento, y modular para poder variar con facilidad el caudal y la calidad de agua producida. Se ha previsto una planta de tratamiento robusta, con una capacidad de producción de 54.000 m3/d, que incluye todas las unidades que componen un tratamiento convencional, reforzadas con etapas de potabilización de primer nivel, con las que se podrá afrontar el reto de eliminar estos nuevos contaminantes. Entre ellas cabe destacar la oxidación avanzada mediante ozono para la desinfección microbiológica, eliminación de agentes orgánicos muy difícilmente degradables u oxidación de compuestos metálicos presentes en el agua, o la filtración por medio de Carbón Activo Granular, capaz de absorber gran parte de estos contaminantes emergentes.

A pesar de esta versatilidad y robustez, la ETAP de Lugo ha sido diseñada con una filosofía «vertido cero», respetuosa con el medio natural y con unos marcados objetivos de sostenibilidad. Para ello, se dotó de un sistema de recuperación de todas las aguas auxiliares o de operación de la propia instalación y una línea de tratamiento de fangos, eliminando así la posibilidad de verter agua con carga contaminante al cauce fluvial.

La ETAP de Lugo ha sido diseñada con una filosofía «vertido cero», con unos marcados objetivos de sostenibilidad

El siguiente reto con el que nos encontraremos será la eliminación de estos compuestos del medio natural y no solo del agua de consumo, para la cual Gestagua y el Ayuntamiento cuentan con unas instalaciones de depuración de primer nivel.

La construcción de la depuradora formó parte del proyecto de Mejora del Saneamiento de Lugo, considerado como obra de interés general del Estado (Ley 22/1997). La obra supuso la renovación de colectores y la construcción de dos nuevos tramos.

En la construcción de la EDAR, la última fase de este proyecto supuso la inversión de 103 M€ y se financió en un 85 % por el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Confederación Hidrográfica, con fondos de cohesión de la UE, y en un 15 % por la Xunta de Galicia, a través de Augas de Galicia.

La EDAR de Lugo, localizada en San Xoán de Pena, está dimensionada para 200.000 habitantes equivalentes: 120.000 para la población urbana y 80.000 para los vertidos industriales.

Esta importante inversión redunda en una obra civil de primera calidad y una potente instrumentación, con tres centros de control de motores, cada uno con su SCADA, y un SCADA central localizado en el edificio de control que recoge los datos de las tres zonas.

  • Las instalaciones relacionadas con el CIA de Lugo se complementan con el sistema de agua regenerada para usos urbanos y ambientales

Dispone de laboratorio propio de control de procesos que, además de verificar, calibrar y mantener los equipos de medida en línea, realiza unas 500 determinaciones mensuales de la línea de agua y unas 250 en la línea de fango. También se realiza el control microscópico del fango activo.

La EDAR de Lugo forma parte de uno de los puntos de control de la red de vigilancia microbiológica en aguas residuales y aguas de baño (VATar-COVID-19), creada por el Ministerio para la Transición Ecológica para la cuantificación y cualificación de las variantes predominantes de SARS-CoV-2 en aguas residuales.

El reactor biológico está basado en el sistema UCT, desarrollado por la Universidad de Ciudad del Cabo, si bien se trata de un reactor flexible que permite diversas configuraciones. Aunque se contempla la dosificación de cloruro férrico por precipitación química para la eliminación de nutrientes, únicamente se utiliza en situaciones puntuales. El vertido al río Miño ya en su día se consideró como zona sensible, con unos exigentes valores límite de vertido de 10 mg/L para el nitrógeno y 1 mg/L para el fósforo, con el mismo objetivo con el que la nueva directiva define zonas propensas a la eutrofización.

Como se recoge en el WISE, el sistema europeo de información sobre el agua, con respecto al cumplimiento de los objetivos europeos en cuanto al saneamiento, resulta que de las 20.087 plantas que hay en la Unión Europea, 5.573 tienen tratamiento biológico con eliminación de nutrientes, 14.149 un tratamiento biológico y 365 plantas únicamente tratamiento primario. Según esta fuente, los esfuerzos deben dirigirse al 1,8 % de las aguas residuales urbanas que no se recogen, así como a las que no tienen tratamiento biológico, o en las que este es parcial.

La EDAR forma parte del proyecto creado por el Ministerio para el seguimiento de restos de coronavirus en aguas residuales

Las instalaciones relacionadas con el ciclo integral del agua de Lugo se complementan con el sistema de agua regenerada para usos urbanos y ambientales, de modo que se asegura en todo momento el caudal ecológico del río Miño en los periodos de estiaje. Así, se cierra el ciclo urbano del agua del municipio, bajo las directrices y premisas de sostenibilidad y protección ambiental.

Gestionar la producción de agua para cualquier territorio es una tarea de gran impacto en el bienestar de los ciudadanos que lo integran, por constituir un recurso natural esencial y la base de la propia salud, por su directa relación con los niveles públicos de salubridad y aseo urbano, por su contribución a generar espacios urbanos de encuentro y de recreo y por su especial incidencia en la seguridad de bienes, personas y medio natural.

Así que Gestagua, de la mano del Ayuntamiento de Lugo, aplica en sus instalaciones las mejores técnicas disponibles de gestión y operación, garantizando la funcionalidad, versatilidad y disponibilidad de tratamiento, con las que fueron concebidas.

Gestagua realiza un importante esfuerzo en esta línea, con la digitalización como herramienta esencial en la consecución de estos objetivos. Para ello, desarrolla herramientas tecnológicas propias con una visión global del ciclo integral del agua. La tecnología implementada está orientada a las personas, integrando la información de todas las áreas de la organización para una gestión fácil y directa desde cualquier dispositivo.