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Rogerio Koehn: “Nos gustaría que los concursos de concesiones fueran cada vez más transparentes”

Rogerio Koehn hace balance tras ocho meses como CEO de GESTAGUA, una compañía que se enfrenta a los retos del sector del agua con la apuesta por herramientas innovadoras, la transformación digital y el valor de las personas como principales valores.

Ingeniero industrial con máster en finanzas y doctor en Informática, Rogerio Koehn comenzó su carrera hace casi tres décadas en el sector energético brasileño. Desde entonces, ha recorrido diez países europeos y latinoamericanos, desempeñándose como técnico o ejecutivo en empresas de servicios públicos. A comienzos de siglo llegó al ciclo integral del agua, y ya no ha querido salir de un sector que conoce como la palma de su mano. Ahora, afronta “con la mayor ilusión y motivación” su mayor reto.

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La crisis que nos toca vivir es también sinónimo de oportunidades en diferentes ámbitos. iAgua Magazine 28 recoge cómo están adaptando sus estrategias los diferentes líderes del sector del agua y sus empresas.

Hace ocho meses que asumió el cargo de CEO de GESTAGUA para España y América Latina. ¿Qué representa este paso en su carrera? ¿Qué motivos le llevaron a aceptar este reto?

Es un desafío personal y profesional formar parte de un equipo directivo de nivel mundial en un momento de crecimiento global de Saur, en el que GESTAGUA va a jugar un papel determinante. Como ya sabe, Saur es una empresa de servicios especializada en la gestión del ciclo integral del agua, la tercera de Francia en número de concesiones municipales desde hace más de ochenta años y con presencia en España desde hace más de tres décadas con la marca GESTAGUA. A este pasado de éxito, se suma ahora un futuro de crecimiento global de la compañía con la entrada como accionista de referencia del fondo de infraestructura EQT, que nos ha permitido diseñar un ambicioso plan estratégico apoyado en la nueva capacidad de inversión, la internacionalización, la innovación y la transformación digital.

La anticipación nos ha permitido tomar las decisiones más adecuadas en el menor tiempo posible, reduciendo riesgos e impactos negativos

Dentro de este plan, GESTAGUA y España juegan un papel muy importante por múltiples razones: la previsión de una posible concentración de operadores, las licitaciones de varias concesiones de agua por el vencimiento de sus contratos, la mayor especialización del mercado de aguas industriales, las sinergias del mercado latinoamericano con el español o la aceleración y exportación de la transformación digital…

Así que GESTAGUA, como parte muy importante de Saur, se enfrenta a muchos retos y desafíos tanto en España como en América Latina.

La crisis de la COVID-19 ha puesto a prueba la resiliencia de los gestores de servicios de agua. ¿Cómo ha respondido GESTAGUA?

Así es. Hemos puesto a prueba de forma súbita y extrema la resiliencia de nuestros servicios, que hemos sabido gestionar de forma óptima, pese a todas las dificultades, gracias a tres pilares fundamentales de nuestras operaciones. Resumiendo, destacaría el espíritu de servicio público, la competencia y versatilidad de nuestros más de 1.100 profesionales entre España y Colombia; la anticipación, que nos ha permitido tomar las decisiones más adecuadas en el menor tiempo posible, reduciendo riesgos e impactos negativos, y la transformación digital, gracias a la cual hemos podido controlar de forma remota y autónoma nuestros sistemas, infraestructuras y operaciones.

¿Cómo se plantean la desescalada y el retorno a la “nueva normalidad”?

Nuestras prioridades, hasta ahora, han sido asegurar la salud de nuestros colaboradores y garantizar la continuidad y calidad de los servicios prestados. Ahora sumamos una más, igual de importante para nosotros: ayudar a combatir el deterioro socioeconómico derivado de la crisis sanitaria. Aquí lo tenemos también muy claro: nuestro objetivo es no dejar a nadie atrás, para lo que estamos dispuestos, con la ayuda de los ayuntamientos, que son los titulares de los servicios, a establecer mecanismos y fórmulas ligadas a nuestro sector que permitan reactivar la economía y auxiliar a los que se han visto más afectados por esta crisis.

¿Qué evolución esperan del mercado concesional en España y Latinoamérica?

En España, desde el año 2012 se ha ido reduciendo el número de licitaciones, justo después de que salieran a concurso un número muy importante de concesiones. Esa disminución, o paralización, de nuevas licitaciones ha llevado a las empresas a intentar prorrogar sus contratos, que es lo que ha pasado durante los últimos años.

Por este motivo, creo que en los próximos cinco años existirán muchas oportunidades en el sector. Un claro ejemplo son las licitaciones que ya se están preparando, y que además corresponden a grandes ciudades, como pueden ser Vigo, Ourense, Santiago de Compostela, San Fernando, Sant Cugat, Benidorm y muchas más. Está por ver si la crisis de la COVID-19 afecta a este calendario, pero desde un punto de vista puramente programático, incluso debería provocar el efecto contrario: acelerar todas las posibles licitaciones como mecanismo catalizador de inversiones en los distintos municipios, necesitados de una reactivación económica.

En lo que se refiere a Latinoamérica, nuestra estrategia a corto plazo está centrada en dos países: Colombia, en el que ya estamos presentes desde hace un año, y Brasil. En ambos hay muchas oportunidades de inversión en el sector del agua. Además, creo que esta crisis potenciará la participación del sector privado, mediante las PPP, en las grandes compañías de agua públicas de estos países, que necesitan fuertes inversiones para universalizar los servicios de agua y saneamiento. 

Hemos puesto a prueba de forma súbita y extrema la resiliencia de nuestros servicios, que hemos sabido gestionar de forma óptima

En los últimos años, hemos asistido a una elevada judicialización en el ámbito de las concesiones públicas de servicios de agua en España. ¿A qué considera que es debido? ¿Qué se podría cambiar para evitarlo?

Lo que he visto en los últimos tiempos es demasiada subjetividad en la valoración de las ofertas. No voy a entrar en detalle, pero basta con leer los pliegos de algunos concursos públicos para observar que hay licitaciones que dan ventajas a una u otra empresa del sector, que generalmente es la que está operando en ese momento. Y esas ventajas no son de carácter técnico, ya que actualmente la mayoría de las empresas que operamos en este sector somos líderes mundiales, sino de carácter económico, topando las propuestas de inversión o las bajas que se pueden hacer. Esto lo único que consigue es reducir la competencia y encarecer el coste del agua para el ciudadano.

Lo que a nosotros nos gustaría, como empresa eficiente y competitiva, es que los concursos de concesiones sean cada vez más transparentes y que las valoraciones económicas sean objetivas, sin mecanismos para topar los valores máximos o mínimos de las ofertas.

Otro punto que mejoraría notablemente la competencia en el sector es que los nuevos contratos de concesiones tuviesen limitada su duración a un número menor de años.

Actualmente, las concesiones son a veinticinco años, pero sabemos que las nuevas inversiones necesarias en las infraestructuras municipales son de carácter tecnológico, donde las amortizaciones son como máximo de diez años.

Deberíamos aprender de los concursos de prestación de servicios de algunas compañías de agua públicas, en los que su duración es de cinco años, y la valoración es mayoritariamente por bajas económicas. En este tipo de casos, la judicialización es mínima, ya que los criterios de valoración son muy claros: la eficiencia de la prestación del servicio. 

Me pregunto por qué no podemos copiar parte de este modelo, en el que el más beneficiado es siempre el cliente final, que paga un recibo de agua más bajo. Y si no lo hacemos, creo que es imprescindible que se dicten unas normas claras de redacción de pliegos con el fin de impedir, en primer lugar, que se pueda favorecer a nadie y, en segundo lugar, para fomentar el uso de parámetros objetivos y fácilmente comparables, minimizando al máximo la subjetividad.

  • "Nuestra estrategia a corto plazo está centrada en dos países: Colombia, en el que ya estamos presentes desde hace un año, y Brasil"
  • "Esta crisis potenciará la participación del sector privado mediante PPP en las grandes compañías de agua públicas de Colombia y Brasil"

Caídas del PIB, desempleo, déficit público… ¿Cómo afectará la crisis económica que viene al sector del agua? ¿Qué cambios veremos?

De experiencias anteriores, especialmente la del 2008, hemos aprendido que cuando la crisis afecta al grueso de la ciudadanía, se producen dos consecuencias en las empresas de servicios, también en las esenciales: aumenta la morosidad, afectando a la tesorería, y disminuye el consumo, afectando a los ingresos. De hecho, ya está pasando, con un incremento tanto de las devoluciones como del nivel de impagados, aunque ahora nuestra prioridad es otra: ayudar a las personas vulnerables y garantizarles el suministro, para lo que hemos suspendido todos los cortes y repuesto servicios con la finalidad de que a nadie le falte el agua.

Con respecto al consumo, vamos a tener el mayor impacto en los vinculados a actividades que se han paralizado completamente: alojamientos turísticos, centros oficiales (administrativos o educativos), centros comerciales… Todos ellos son nuestros grandes consumidores. También la actividad industrial ha consumido menos pese a no parar totalmente. Por el contrario, prevemos que una parte de esta caída se recupere con algún incremento en el consumo domiciliario debido al confinamiento.

El mayor impacto se producirá a corto plazo, pero una parte se recuperará según avance la desescalada y el resto cuando se reactive, ya a más largo plazo, la economía. Pero como decía antes, ahora mismo lo importante es ayudar, dentro de nuestras posibilidades, a quienes se están viendo directamente afectados por la crisis sanitaria y económica.

La transformación digital nunca ha sido una moda para nosotros, gestionamos los servicios de un modo impensable en el pasado

En este momento de transformación de costumbres y procesos en la sociedad, ¿cómo ve que GESTAGUA pueda contribuir para mejorar la relación con el cliente?

Nuevamente, la anticipación nos permite ir por adelante en esta transformación. La transformación digital nunca ha sido una moda para nosotros. Hace ya varios años que diseñamos una agenda en innovación con tres pilares fundamentales: la agilidad, la eficiencia de nuestros servicios tanto desde un punto de vista medioambiental como operacional y, por último y más importante, las personas, englobando a los empleados, clientes y al personal de las administraciones públicas. 

Concebimos la tecnología no solo desde el punto de vista puramente digital, si no también desde la innovación de los procesos y el cambio cultural, incorporando a nuestras soluciones la evolución tecnológica de los últimos años, lo que nos permite gestionar los servicios de un modo impensable en el pasado. Por ejemplo, el desarrollo de los canales digitales evita que nuestros clientes tengan que acudir físicamente a las oficinas; la publicación de datos de gestión a nuestras administraciones nos permite ser más transparentes; los sistemas de control operacional mejoran la seguridad de nuestros colaboradores o gracias a las tecnologías de “Internet of Things” (IoT) podemos ser mucho más proactivos ante las incidencias.

La colaboración público-privada debería jugar un papel clave ante este escenario. ¿Cree que las administraciones apostarán por potenciarla?

Estoy convencido de que sí, y más en este escenario post-COVID-19. La asociación público-privada, conocida por las siglas PPP o P3, es uno de los mejores modelos de gestión para grandes compañías de agua que en el pasado han sido públicas. Cada aliado tiene muy claras sus funciones, reflejadas en los pliegos y estatutos de la empresa, existiendo además la necesidad de una coordinación en la gobernanza de la sociedad.

Es la gran ventaja de este tipo de gestión, en la que se garantizan ambos puntos de vista, público y privado, lo que se traduce en un servicio más eficiente y transparente para los clientes, pero a la vez también más ágil, eficaz y eficiente, que es la principal aportación de un buen aliado privado. Y, además, en tiempo de crisis, la colaboración público-privada facilita la obtención de recursos financieros con más agilidad. Al final, se trata de unir lo mejor de la gestión pública con lo mejor de la gestión privada y regirlo de acuerdo a unas normas preestablecidas, públicas y transparentes.

Diálogo iAgua Magazine con Rogerio Koehn, director general de GESTAGUA