El pasado 6 de noviembre se publicó la noticia de que la Eurocámara respaldó la revisión de la directiva europea sobre agua potable con el objetivo de acceder a ella de manera asequible, segura y equitativa para toda la ciudadanía de la Unión Europea. Esta propuesta respalda iniciativas como “Right2Water”, promovida por una asociación que defiende que el derecho al agua es una iniciativa ciudadana europea lanzada para garantizar que el agua siga siendo un servicio y un bien público.
Asimismo, la Unión Europea está decidida a fomentar entre sus ciudadanos, el consumo de agua del grifo frente al consumo de agua embotellada, ya que además de ser más barata, es mucho más sostenible ambientalmente hablando. Con el objetivo de que los ciudadanos europeos consuman agua del grifo y no embotellada se han lanzado distintas medidas como incentivar a comprar botellas reutilizables, uso de agua del grifo en restaurantes y bares de forma gratuita, instalación de fuentes en lugares públicos, etc. Según cifras manejadas por la propia Comisión Europea: "consumir menos agua embotellada permitirá a los hogares de la UE ahorrar hasta 600 millones de euros al año".
Sin ir más lejos, la empresa valenciana AMJASA (Aguas Municipales de Jávea) se ha unido a la causa y distribuirá 2.000 botellas de vidrio para fomentar el consumo de agua del grifo.
Se dice que el agua es insípida sin embargo depende de la zona donde nos encontremos, el agua del grifo tendrá un sabor u otro. Además la diferencia es mayor entre el agua embotellada y la del grifo, no hace falta ser un experto en cata de aguas para notarlo.
Por ese motivo, la mayoría de las personas que beben agua embotellada es porque el sabor del agua del grifo no les agrada o por creer que es menos saludable que la embotellada. No obstante, tanto el agua del grifo como la embotellada se tratan antes de su consumo, cumplen con la normativa vigente y por tanto, son igual de sanas además, no hay demostraciones científicas de que el agua del grifo sea perjudicial para la salud.
Por lo que respecta al gusto del agua del grifo, este problema tiene solución, el uso de filtros retiene los minerales y las sales disueltas que son los que le proporcionan las características organolépticas como el sabor y el olor.
De este modo, lo tenemos todo a favor para fomentar el consumo de agua del grifo ya que es más sostenible, reduciendo la generación de residuos plásticos, así como el propio consumo de agua para fabricar los mismos, o la reducción de la huella de carbono del transporte del agua desde los manantiales hasta los centros de consumo. En pocas palabras, es necesario cambiar la mentalidad poco a poco para que todos juntos podamos conseguir un mundo más limpio, más sano y más ecológico.