La organización ecologista Greenpeace ha denunciado "la pasividad e inacción" de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ante el aumento de la temperatura del río Ebro provocado, a su juicio, por la actividad de la central de Garoña por lo que ha iniciado acciones legales al respecto.
Greenpeace ha hecho este anuncio después de publicar un estudio sobre la contaminación térmica del Ebro realizado en el entorno de la central nuclear de Garoña en el que se refleja que Nuclenor - compañía explotadora de esta instalación - está incumpliendo el permiso de vertido de aguas de refrigeración otorgado a Garoña por la CHE.
Además, la organización ha afirmado que la CHE "no realiza controles termométricos propios" en el entorno de la central al considerar "suficientes los que realiza el usuario (Nuclenor)".
Según Greenpeace, la autorización de vertido de aguas de refrigeración de la CHE, otorgada el pasado 18 de octubre de 2007, permite a Garoña provocar un aumento máximo de 3ºC de las aguas del Ebro respecto a la temperatura aguas arriba de la central. Sin embargo, las mediciones realizadas el pasado mes de agosto a petición de Greenpeace a entidades homologadas por el Ministerio de Medio Ambiente demuestran un incremento de hasta 10ºC, "una temperatura muy por encima de lo legalmente establecido".