En nuestro ciclo de entrevistas "La Nueva Política del Agua" (#NuevaPolíticaAgua) buscamos dar voz a todos los actores implicados en el ciclo integral del agua para que evalúen las actuaciones en materia hídrica del anterior Gobierno y establezcan, a su juicio, las prioridades del nuevo. Hoy hablamos con Julio Barea, Responsable de campañas en Greenpeace España.
Pregunta: Recientemente, España ha vivido una moción de censura que ha terminado con un ciclo de más de 6 años de gobiernos del PP. ¿Qué balance general realiza de las políticas de agua llevadas a cabo desde la Administración General del Estado en esta etapa?
Respuesta: La gestión de las aguas en la anterior legislatura ha sido continuista y centrada en una política puramente hidráulica, dirigida a intentar cubrir las demandas, aunque estas fueran insostenibles.
Un ejemplo de ellos ha sido la gestión de la última sequía (2017). A pesar de que las previsiones eran negativas y las precipitaciones eran claramente inferiores a las medias de las últimas décadas, no se tomaron medidas para prevenir sus efectos. Así, llegamos al otoño y, tras una intensa campaña de regadíos, hizo que por ejemplo la cuenca del Duero entrará oficialmente en situación de sequía, acompañando a Júcar y Segura. También consecuencia de ello fue que más de 120 municipios españoles tuvieran algún tipo de restricción en el abastecimiento de agua.
La política estrella del anterior Gobierno ha sido trabajar en un innecesario Pacto Nacional por el Agua
Tampoco se ha trabajado para combatir la contaminación de las aguas continentales, y solventar las quejas europeas que nos han llevado a tener que pagar multas millonarias por este concepto.
Las medidas para mantener caudales ambientales suficientes tampoco ha sido prioridad del pasado Gobierno, viendo como muchos tramos medios de nuestros ríos sufrían las consecuencias.
Sin embargo, la política estrella del anterior Gobierno ha sido trabajar en un innecesario Pacto Nacional por el Agua. Un pacto que no pretendía más que vender la imagen de la solidaridad hídrica y la construcción de más embalses y trasvases, una maniobra similar al "Agua para todos" que tan buenos réditos electorales dio a sus defensores.
P.- La política de agua ha quedado encuadrada en el Ministerio para la Transición Ecológica encabezado por Teresa Ribera y Hugo Morán. ¿Cuáles diría que son sus principales retos y qué espera de su acción de gobierno en materia de agua?
R.- Que la política del agua en España se centre en el cumplimiento estricto de los objetivos y demandas de la Directiva del Agua. Alcanzar el buen estado ecológico y químico de todas las aguas continentales del Estado, y poner todos los medios necesarios para lograrlo.
Luchar contra la contaminación y los vertidos de aguas sin depurar, controlar y cerrar el millón de pozos ilegales, una hoja de ruta para el cierre del trasvase Tajo-Segura, y la modificación de los planes de cuenca con perspectiva de mitigar los efectos del Cambio Climático en la gestión de las aguas continentales.