La era digital en la que nos encontramos ofrece una oportunidad para la gestión inteligente del agua. Siendo consciente de esta realidad la European Innovation Partnership on Water (EIP Water) considera como básicas, para todas las prioridades establecidas en ella, las tecnologías inteligentes.
La transformación digital está apoyada en la conectividad de los elementos físicos con el mundo digital, la optimización de las comunicaciones y el acceso a los servicios, la disponibilidad de manera escalable y a bajo coste en la nube de los datos y por último el análisis de la información. Todo esto abre un nuevo mundo de posibilidades y valores, en los que los servicios que gestiona el agua pasan de un enfoque tradicional en su toma de decisiones a enfoques predictivos y holísticos con mayor criterio y capacidad de actuar.
El Big Data, el internet de las cosas (IoT), la administración y control de los sistemas de monitorización de datos se incorporarán cada vez más en el sector del agua como parte de la denominada Industria 4.0, considerándose a tal efecto como las tecnologías disruptivas. Se puede decir que dichas tecnologías están llevando a cabo un proceso de cambio más rápido que nunca, surgiendo continuamente nuevos avances y oportunidades; pudiendo jugar un papel crucial en la gestión del recurso y como herramienta de las nuevas políticas en la gestión del agua, dando un poder simétrico a todos los actores involucrados en dicho sector.
El crecimiento de las tecnologías digitales está siendo impulsado en las empresas por la necesidad de reducir costes, mejorar la eficiencia y aumentar la competitividad
Pero, por otra parte, con la digitalización y las tecnologías inteligentes aparecen nuevos problemas como los cyber ataques a los que hay que hacer frente mediante nuevos sistemas de cyberseguridad.
Conviene precisar que la verdadera transformación digital consiste en conseguir la mejor información de manera que se puedan tomar las mejores decisiones posibles. La digitalización del sector del agua conduce hacia una mejora de la productividad ( i.e. con el riego de precisión se aplica la cantidad de agua más adecuada en el momento más conveniente), una mayor resiliencia (i.e. situaciones críticas de sequía agudizan el ingenio y el tratamiento de la información adquirida nos permite anticiparnos al futuro) y un aumento de la sostenibilidad (i.e. la adquisición de información en las relaciones e interacciones agua medio natural y actividad humana son claves en la definición de políticas exitosas) y en definitiva, redunda en una mayor competitividad de las actividades en las que el agua, tanto en volumen como en oportunidad, es factor clave e insustituible.
El crecimiento de las tecnologías digitales está siendo impulsado en las empresas por la necesidad de reducir costes, mejorar la eficiencia y aumentar la competitividad. El volumen de negocio a nivel mundial que la digitalización en el sector del agua puede traer ronda los 149 B€.
Sin embargo, aunque la era digital acaba de empezar, los momentos de cambio son momentos de oportunidad y un mundo de posibilidades para todos los sectores, incluido el agua, se nos abre a través de la industria de internet.