Según el informe publicado recientemente por la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles (ASCE, por sus siglas en inglés) junto a la Campaña Valor del Agua, Estados Unidos no está invirtiendo en sus sistemas de agua potable y alcantarillado lo suficiente, lo cual afecta y afectará no solo a los hogares, sino a la propia economía estadounidense.
El informe, Los beneficios económicos de invertir en infraestructura hídrica: cómo una falta de acción afectaría la recuperación económica de los EE. UU. concluye que, a medida que las infraestructuras del agua se deterioran y aumentan las interrupciones del servicio, los costos anuales de los hogares estadounidenses para fugas de agua potable y aguas residuales aumentarán siete veces en 20 años, pasando de los 2.000 millones de dólares (1.690 millones de euros) actuales a 14.000 millones (aproximadamente, 11.830 millones de euros) para 2039.
La infraestructura de agua de Estados Unidos está envejecida, con muchos sistemas de agua potable e instalaciones de tratamiento de aguas residuales acercándose al final de sus respectivas vidas útiles (75-100 años), causando contaminación y trastornos económicos a las comunidades. Entre 2012 y 2018, la tasa de roturas de tuberías de agua en los Estados Unidos aumentó en un 27 % (aproximadamente, 300 000 roturas por año), lo que equivale a una rotura cada dos minutos.
El informe señala que, si se aumenta la inversión para abordar estos déficits ahora, el PIB de estadounidense aumentaría en 4.500 millones de dólares en 20 años y permitiría ahorrar miles de millones a empresas y particulares. Esta inversión permitiría crear 800.000 nuevos puestos de trabajo en la actualidad y la renta disponible de los hogares aumentaría en más de 2.000 dólares por hogar.
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