Los trabajadores de emergencia indios han comenzado este lunes las labores para evitar la expansión de enfermedades difundidas a través del agua, debido a las aguas fétidas que fluyen por el valle de Cachemira desde hace una semana, cuando comenzaron las inundaciones.
Más de 75.000 personas permanecen atrapadas en sus casas, parcialmente sumergidas en la principal ciudad cachemira de Srinagar, donde las carreteras se han transformado en canales estancados con aguas residuales, escombros y ganado muerto.
El Gobierno federal indio ha distribuido 25 plantas de filtración de agua con capacidad para limpiar 400.000 litros al día y 13 toneladas de pastillas para purificar el agua
"Los cadáveres flotantes se han convertido en una gran fuente de preocupación con la mayoría de las casas todavía anegadas", ha dicho Abul Syed Rahman, dueño de tres hoteles en Cachemira. "Estamos luchando para contactar con las autoridades sanitarias del Gobierno", se ha quejado.
Las inundaciones y los corrimientos de tierra han matado a cientos de personas y decenas de miles están sin hogar. El coste de los daños podría ascender a miles de millones de dólares.
El Gobierno federal indio teme un aumento del número de personas enfermas a causa de la suciedad del agua y ha distribuido 25 plantas de filtración de agua con capacidad para limpiar 400.000 litros al día, y 13 toneladas de pastillas para purificar el agua. En los últimos ocho días, se han rescatado a más de 200.000 personas y se ha conseguido reparar las redes de comunicación parcialmente.
"Finalmente, estamos viendo que algunas autoridades del Gobierno están intentando restaurar los servicios básicos", ha comentado un responsable del banco de Srinagar, Alam Wani, que ha criticado que en la última semana no han recibido ayuda de las autoridades. La casa de Wani, de dos plantas, ha quedado parcialmente sumergida desde el comienzo de las lluvias torrenciales, lo que le ha obligado a refugiarse en una mezquita con los ocho miembros de su familia.
Hospitales golpeados
El desbordamiento del río Jhelum también ha afectado a los hospitales y parte de su personal ha quedado atrapado en diversos puntos de la ciudad, por lo que no han podido llegar a su trabajo. Dentro de los centros, las medicinas y el material quirúrgico empiezan a escasear y los doctores no dan abasto en los hospitales de campaña.
"Nuestros centros médicos están totalmente bajo el agua", ha explicado el doctor Hina Rahman. "Miles de pacientes necesitan antibióticos y los diabéticos requieren insulina", ha añadido. Otro doctor ha relatado que los pacientes se presentan con infecciones respiratorias y problemas gástricos.
La vuelta a la normalidad de los hospitales no será fácil ya que muchas de sus instalaciones y equipaciones, como las máquinas de rayos X o de resonancias magnéticas, han quedado inoperativas a causa del agua.
Las autoridades municipales han empezado a recoger la basura de las aguas estancadas y el Departamento de Bomberos está utilizando motores para desatascar las zonas inundadas. El olor de los cadáveres del ganado en descomposición es casi insoportable en algunas partes de Srinagar, una ciudad de más de un millón de habitantes.