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Ciudades inteligentes: soluciones inteligentes

El termino de ciudad inteligente se podría definir como aquella que utiliza el potencial de la tecnología y la innovación, junto al resto de recursos, para promover de manera más eficiente un desarrollo sostenible y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.

El objetivo es la neutralidad climática, conseguir una actividad social y empresarial libre de emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que el primer paso siempre es definir una estrategia efectiva de reducción de emisiones mediante la gestión sostenible de recursos; fuentes de energía renovable, proveedores responsables, valorización de residuos o equipos y procedimientos energéticamente más eficientes y menos contaminantes.

Publicado en iAgua Magazine 40 - Julio 2022
iAgua Magazine 40

En el ámbito urbano, el término de ciudades inteligentes climáticamente neutrales no solo debe abarcar la reducción de las emisiones de CO2 en la movilidad o en la industria, sino también todas las actividades que se desarrollan en su área de influencia, incluido el sector de la construcción, el mantenimiento y la conservación.

El sector de la construcción nunca ha estado a la vanguardia en el uso eficiente de los recursos; procedimientos constructivos sin apenas variaciones desde hace décadas, maquinaria grande y pesada con un alto consumo energético y la falta de industrialización de procesos, producen que el sector tenga una gran inercia que solo se puede atajar con soluciones inteligentes que cambien por completo el concepto y la forma de construir, mantener y conservar nuestras infraestructuras.

Insituform ha implementado el uso de resinas fabricadas con materias primas procedentes del reciclado de botellas de plástico

En 1971, Insituform cambió para siempre el sector de la construcción y mantenimiento de las redes de abastecimiento y saneamiento, creando un sistema constructivo para la rehabilitación de tuberías sin necesidad de realizar enormes excavaciones y zanjas para retirar la antigua tubería e instalar la nueva.

Una solución con múltiples ventajas para conseguir la Ciudad Inteligente del futuro

En el ámbito de la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, la rehabilitación de tuberías sin apertura de zanja reduce significativamente la ocupación de la vía pública, lo que afecta positivamente en el tráfico y la actividad comercial de la zona de actuación, y no genera el ruido y el polvo ocasionado en la demolición y rotura del pavimento, mejorando comparativamente las calidades acústicas y del aire que afectan a los ciudadanos.

Permite el desarrollo de todas aquellas actividades relacionadas con los servicios enterrados en las ciudades (abastecimiento de agua, suministro de luz, gas o internet) sin generar ningún tipo de trastorno ni corte en el suministro a los ciudadanos. Muchos de los cortes en el suministro, programados o no, son debidos a la necesidad de realizar las excavaciones y zanjas para la sustitución de las tuberías.

¡Sin zanjas desaparece el peligro de roturas accidentales de otros servicios!

Utilizando el potencial de la tecnología y la innovación, se logra optimizar los rendimientos y reducir en gran medida los tiempos de ejecución, llegando a rehabilitar tramos de doscientos metros de tuberías de diámetro interior de trescientos milímetros en cuatro horas o cien metros de diámetro interior de seiscientos milímetros en cinco horas, independientemente de la profundidad a la que se encuentre la tubería, de si su trazado atraviesa vías con tráfico o de si discurre por debajo de edificios, ríos o zonas de esparcimiento social. Lo que, además de suponer una ventaja de cara a las afecciones en la vía pública, supone un ahorro de costes que la hace una solución rápida, eficaz y económica.

En 1971, Insituform cambió para siempre el sector de la construcción y mantenimiento de las redes de abastecimiento y saneamiento

Si hablamos de la seguridad y salud de los operarios, al no necesitar excavaciones, supone una mejora considerable, ya que se elimina considerablemente el riesgo de caída a distinto nivel, sin necesidad de barandillas a lo largo de la actuación. Pero, sobre todo, se elimina por completo el riesgo de enterramiento por la inestabilidad de los taludes de las excavaciones, no siendo necesarios los sistemas de aseguramiento y entibación de las paredes.

Para promover de manera más eficiente un desarrollo sostenible, las tecnologías sin apertura de zanja están consideradas como tecnologías “ecológicamente responsables”.

En un mundo en el que los recursos naturales son cada día más limitados, en especial nuestro recurso más preciado, el agua, con periodos cada vez más largos de sequía y una red de transporte y distribución con un gran porcentaje de pérdidas y fugas, se hace necesaria una gestión sostenible y eficaz. Gracias a la rehabilitación de tuberías sin apertura de zanjas, se minimizan las pérdidas de agua, consiguiendo que cada gota de agua que entra en el sistema llegue hasta su punto de uso sin que se pierda por el camino.

La reducción de emisiones de CO2 es clave en la lucha contra el cambio climático: no solo se reducen las emisiones en la ejecución de la obra en sí, sino que también se reducen enormemente las emisiones de los vehículos de transporte de materiales necesarios para la ejecución.

Si hablamos de su papel en el nuevo marco de la economía circular, en la rehabilitación de tuberías sin apertura de zanja no se generan residuos, no se reemplaza la tubería existente, ni se genera material de la excavación, por lo que no se generan grandes cantidades de residuos que tengan que ser enviados a vertedero. Igualmente, Insituform ha implementado en su gama de productos el uso de resinas fabricadas con materias primas procedentes del reciclado de botellas de plástico, decisiones que refuerzan y mejoran la valorización de los residuos.

Las ventajas en números

Nunca es fácil comparar una rehabilitación sin apertura de zanja con la misma actuación con apertura de zanja y sustitución de la tubería deteriorada. Depende de muchos factores, como el rendimiento alcanzado, profundidad y diámetro de la tubería existente, de las consistencia, dureza y estabilidad del terreno, si está pavimentado y hace necesario su demolición o de si se encuentra en zonas de mucha afección al tráfico de vehículos o peatonal.

Poniendo de ejemplo una rehabilitación de una tubería de un diámetro de quinientos milímetros y de cien metros de longitud a cinco metros de profundidad:

*La reparación de una tubería mediante apertura de zanja y sustitución de la tubería existente conllevaría las siguientes actuaciones o unidades de obra.

*Sin embargo, con la rehabilitación de la tubería con el sistema Insituform solo sería necesario el acceso a la tubería por las arquetas existentes para el mantenimiento normal de la red. Toda la operación está englobada en una única actuación o unidad de obra.

En ambos casos, si la tubería está en uso, no se puede dejar fuera de servicio, por lo que el desvío de ese caudal y su restitución al sistema se realiza mediante un bypass por una tubería auxiliar que estará instalado y en funcionamiento durante todo el tiempo de ejecución de cada respectivo sistema.

El tiempo de ejecución se reduce de las dos semanas que, dependiendo de los rendimientos conseguidos, puede tardar la sustitución de la tubería, a las cuatro horas que tiene de plazo rehabilitarla.

Utilizando el potencial de la tecnología y la innovación, se logra optimizar los rendimientos y reducir los tiempos de ejecución

Respecto a la economía circular, la producción de residuos y escombros a transportar a vertedero pasa de 900 m³ a los 0 m³ generados en la rehabilitación.

Según los cálculos realizados por Insituform, teniendo en cuenta todas las actividades necesarias para la consecución de una rehabilitación, la huella de carbono debido a toda la actividad se reduce hasta en un 75%.

Se estima que la reducción de accidentes puede llegar a ser del 70%, si se tiene en cuenta los datos estadísticos de accidentes debidos a zanjas.

El ahorro económico llega hasta un 50% debido a la industrialización del sistema, a la mejora de rendimientos y, por ende, reducción del plazo y de los costes.

Los números hablan por sí solos. Los porcentajes de reducción hacen evidente que la rehabilitación de tuberías sin apertura de zanja utiliza el potencial de la tecnología y la innovación, que, junto al resto de recursos, promueve de manera más eficiente un desarrollo sostenible y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. La definición de Ciudad Inteligente.