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"El sector del agua adolece de las debilidades que padece el sistema investigador español"

  • " sector agua adolece debilidades que padece sistema investigador español"

Sobre la Entidad

Instituto IMDEA Agua
IMDEA Agua es una organización sin ánimo de lucro, constituida como Fundación del sector público, que tiene como fin la realización de investigaciones relevantes en todos los aspectos relacionados con el agua.

Uno de los problemas que ha puesto de manifiesto la pandemia de COVID-19 es la escasa atención que se presta por parte de las administraciones y organismos de gobierno a la investigación. Si ya en las circunstancias anteriores al coronavirus era una situación lacerante para la ciencia, la nueva normalidad exige una especial atención a este sector, que será el que gracias a su labor contribuya a frenar la expansión del viurs.

Sin embargo, no es solo la investigación médica la que debe impulsarse; todos los ámbitos precisan atención. Entre ellos, el sector del agua. Es por ello que iniciamos el ciclo de entrevistas "El Agua es Ciencia" en iAgua: para poner cara y dar voz a un colectivo que quiere ocupar el lugar que se merece dentro de la industria en particular y del mundo científico en general.

Comenzamos charlando con Eloy García Calvo, Director del Instituto de investigación IMDEA Agua. Es doctor en Química Industrial por la UCM y Catedrático de Ingeniería Química en la Universidad de Alcalá, y ha participado en 31 proyectos de investigación europeos, nacionales y regionales, además de ser IP de 14 proyectos en colaboración con empresas y financiación privada. También ha formado parte del panel de evaluación del Programa de Medio Ambiente y Clima dentro del III y IV Programas Marco de la UE, del International Geosphere-Biosphere Programe (ICSU), del Panel de Expertos en Tecnología y Transferencia Tecnológica de la ONU y del Working Party on Biotechnology-Electronic Discussion Group de la OCDE en el tema de aguas potables seguras. Fue Vicerrector de Investigación de la UAH, Gestor del Programa de I+D en Medio Ambiente dentro del Plan Nacional de I+D, miembro de la CNEAI y Coordinador del Programa de Tecnologías para el Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. En 2015 tomó posesión como Académico Correspondiente de la Real Academia Nacional de Farmacia.

Pregunta - En primer lugar, ¿cuál cree que es el papel de la investigación en el desarrollo de la sociedad?

Respuesta - La generación y transmisión del conocimiento está en la base del desarrollo de la sociedad moderna y el conocimiento se genera mayoritariamente desde la investigación. Es muy adecuada la denominación del hashtag “#SinCienciaNoHayFuturo”.

Como cada vez se usan más los términos económicos para valorar la importancia de actividades, organizaciones e instrumentos, algunos cálculos señalan que el conocimiento en Europa esta detrás de más del 50% de la riqueza. La oficina de Patentes y Marcas de USA estima el valor de la propiedad intelectual en aquel país en más 5 billones (millones de millones) de dólares, cifra superior al presupuesto federal anual.

Sin embargo, la investigación y el conocimiento son mucho más importantes de lo que se puede deducir por su valoración económica. Un buen y lamentable ejemplo lo tenemos en la pandemia generada por el SARS-CoV-2. A pesar de los enormes avances en sanidad, en biología, en ciencias de la vida, ningún conocimiento generado hasta ahora ha sido útil para neutralizar la pandemia a pesar de que los virus se llevan estudiando desde hace más de un siglo. La única solución disponible hasta el momento es el confinamiento, una medida utilizada a lo largo de la historia de la humanidad para combatir pandemias. Esto demuestra que la ciencia aún es incapaz de aportar soluciones rápidas a grandes problemas imprevistos. No obstante, los sistemas científicos mejor organizados han reaccionado de manera rápida para empezar a combatir los demoledores efectos de la pandemia con el consiguiente beneficio de los ciudadanos más cercanos y para toda la población de nuestro planeta.

La generación y transmisión del conocimiento está en la base del desarrollo de la sociedad moderna y el conocimiento se genera mayoritariamente desde la investigación

Aunque el ejemplo de la COVID es paradigmático, de manera general, se han realizado enormes esfuerzos en investigación y es necesario continuar haciéndolos, incluso incrementándolos.

P - ¿Cuáles son los principales retos y dificultades a los que se enfrenta la investigación y los investigadores en general, y la referida al agua en particular?

R. - Sin duda alguna, la mayor dificultad con la que se encuentra la investigación, especialmente en España, es el escaso interés que nuestra sociedad siente por ella, por la generación de conocimiento. La responsabilidad de la situación es compartida: los investigadores deberíamos dedicar un mayor esfuerzo a que la sociedad conozca su actividad, los medios de comunicación deberían estudiar la manera en que transmiten información sobre ciencia, y quizás cambiarla, los responsables políticos deben tener una mayor sensibilidad y entender la importancia de la generación de conocimiento para que una sociedad pueda ser considerada moderna. De esta manera, además, en época de crisis, que es quizás el momento en que mayor esfuerzo investigador se debe realizar, pocos reclamarían que se redujera la financiación para la ciencia y los responsables políticos tendrían más dificultad para justificar recortes en este sector.

El tema de la COVID puede servir, de nuevo, para determinar la fortaleza de los sistemas de investigación y como reaccionan ante situaciones complejas e imprevistas. Por ejemplo, entre la segunda quincena de abril y la primera de mayo se publicaron en el mundo 6.000 artículos científicos sobre SARS-CoV-2, la contribución española apenas superó el centenar y medio de publicaciones, un 70% de las publicadas desde Alemania o un 57% de las publicadas desde Francia. En el caso de Inglaterra se publicaron 192 artículos pero, por ejemplo, 4 de ellos en la revista científica por excelencia, Nature. En el periodo estudiado, no había ningún artículo español en Nature.

La mayor dificultad con la que se encuentra la investigación, especialmente en España, es el escaso interés que nuestra sociedad siente por ella

Si nos centramos en el agua, teniendo en cuenta que se nutre el conocimiento generado en muy diversas disciplinas, adolece de las debilidades que padece el conjunto del sistema investigador español.

P. - ¿Qué cree que aporta la investigación al sector del agua?

R. - Como es muy bien conocido, las empresas de agua en España son muy sólidas y hacen del sector uno de los más internacionalizados, son una gran contribución a la “Marca España”. Los motivos de este éxito son muy variados pero, en mi opinión, destacan nuestras empresas en saber utilizar todos los instrumentos que tienen a su alcance para producir de forma óptima bienes y servicios. Por ejemplo, nuestras empresas son capaces de competir en mercados internacionales de desalación muy exigentes porque saben organizar los distintos elementos necesarios para la operación de una manera óptima y eso les permite competir con cualquier empresa que se mueve en un ambiente tan competitivo como el internacional.

Esta realidad, no contradice lo expresado anteriormente sobre las debilidades del sistema de investigación. Aunque en los últimos años los retornos obtenidos desde Europa en temas de agua han sido muy favorables, hay un largo camino investigador en este campo. De manera general en Europa, incluyendo a España, el sector aprovecha tecnologías desarrolladas en otros sectores. Un ejemplo paradigmático sería el uso cada vez más extendido de las TIC.

Los retos son enormes. Por ejemplo, es necesario disponer del conocimiento que permita afrontar los problemas relacionados con agua y cambio climático. Nuestro sector está afectado por el cambio climático a escala global (ciclo natural del agua) y también a escala local (ciclo urbano) y tanto la adaptación al cambio como la mitigación de sus efectos precisan de un ingente esfuerzo. Este contexto genera muchas incertidumbres que debemos abordar con estudios y análisis con un enorme componente científico.

Muy relacionado con los efectos de cambio climático en el agua, el concepto de economía circular debe ser manejado para cualquier decisión en la gestión del agua. La posibilidad de recuperar energía y nutrientes de las aguas mal denominadas residuales pueden hacer de este producto, aparentemente residual, un interesante recurso.

Aunque en los últimos años los retornos obtenidos desde Europa en temas de agua han sido muy favorables, hay un largo camino investigador en este campo

Si hubiera que elegir un sector paradigma de pluridisciplinariedad, el del agua sería uno de los principales; por ello, cualquier avance en muchas disciplinas científicas es aplicable en el sector del agua. Desde las tecnologías, clásicas o modernas, a disciplinas científicas básicas (física, química, biología), desde las ciencias económicas y sociales a las ciencias humanas, todas tienen su lugar en el esfuerzo por gestionar el agua de una manara cada vez más eficiente.

P. - ¿Cómo describiría las condiciones de trabajo de los investigadores en España (en general y los que se dedican al sector del agua)?

R. - Los efectos de la crisis de 2008 sobre la ciencia fueron devastadores. Pasamos de ver cerca el nivel del 2% del PIB dedicado a la I+D+i a valores más cercanos al 1%. Eso ha supuesto enormes dificultades para muchos grupos de investigación, alguno de los cuales ha desaparecido. En la financiación de la actividad científica no se puede improvisar, que un grupo no pueda investigar un año por falta de financiación supone varios años de grandes esfuerzos para recuperar los niveles previos, si es que llega a alcanzarlos. De otra parte, la actividad investigadora es sinérgica: se necesita una masa crítica mínima para llevarla a cabo con resultados razonables y cuando la actividad científica crece, los beneficios sociales que genera crecen mucho más. Quizás porque los responsables de la economía alemana eran conscientes del valor de la investigación, en la crisis anterior, en los años más difíciles, el % de PIB dedicado a I+D+i crecía en aquel país.

Lamentablemente, en España llevamos más años de los deseados formando excelentes investigadores, con el consiguiente coste para el Estado, que después desarrollan su actividad en otro país. Esto supone enormes pérdidas tanto económicas como de aprovechamiento de sus capacidades. Esto es así por las dificultades que tiene el sistema para estabilizar y ofrecer salarios razonables a nuestros investigadores jóvenes.

Si hubiera que elegir un sector paradigma de pluridisciplinariedad, el del agua sería uno de los principales

No es fácil tener una visión desagregada de las condiciones de trabajo de los investigadores en el sector del agua. Quizás la característica diferenciadora es que pueden tener oportunidades profesionales en otras actividades del sector, oportunidades que investigadores de otros sectores tienen más difícil.

P. - ¿Qué papel cree que debería tener la ciencia en el modelo de país que tiene España, en especial en el proceso de reconstrucción tras la pandemia?

R. - Sin ninguna duda, cuanto mayor sea la actividad científica, mayores serán los beneficios para la sociedad. Sin embargo, como se ha comentado tantas veces durante este periodo de pandemia, la ciencia realiza sus avances a un ritmo más lento del que los medios o la sociedad demandan. La información debería llegar a los medios y a la sociedad de una manera que permita entender que los ritmos acelerados en ciencia solo llevan al fracaso. Volviendo a la pandemia, ese afán por encontrar soluciones rápidas y la presión social y mediática ha llevado a revistas, con un bien ganado prestigio a lo largo de muchos años, a publicar trabajos aparentemente científicos que después tuvieron que ser retirados. Estos episodios hacen mucho daño a la percepción que tiene la sociedad sobre la ciencia y se deben evitar.

En España llevamos más años de los deseados formando excelentes investigadores, con el consiguiente coste para el Estado, que después desarrollan su actividad en otro país

La situación de crisis sanitaría y económica que vivimos y viviremos en un futuro próximo debe hacernos reflexionar sobre hacia dónde debemos dirigir nuestros esfuerzos, también los científicos, para que la sociedad sea cada vez más robusta y más justa. Los difíciles momentos vividos desde marzo a mayo demuestran que las soluciones a los problemas nos son individuales, son colectivos, por ello, como colectivo, debemos alcanzar acuerdos sobre cual es el camino para resolver los graves problemas a los que nos enfrentamos. No me atrevo a hacer propuestas mías, individuales, sobre cuál es el camino que debe seguir el sistema científico, pero sí creo firmemente que los momentos de crisis deben servir para realizar cambios sustanciales. Si nos centramos en el sector del agua, quizás sea más sencilla la reflexión y espero que la tengamos.

P. - ¿Qué herramientas cree que podrían animar a las nuevas generaciones a interesarse por la investigación en materia hídrica?

R. - El primer paso sería convencer a los jóvenes de lo fascinante que resulta llegar a entender y explicar un fenómeno complejo que quizás eres el primero, o mejor, el primer equipo en hacerlo. Para quien la ha vivido, esa experiencia es inolvidable. La curiosidad por entender el mundo que te rodea, la creatividad, la imaginación y una sólida formación son elementos clave para tener éxito en esa apasionante labor. Una vez que esa persona está convencida de que dedicar su vida profesional a esas actividades merece la pena, ya resultará más sencillo dirigirla a los temas hídricos. Comentábamos antes que la actividad científica relacionada con el agua tiene un carácter muy multidisciplinar. Por ello, sea cual sea la actividad científica en la que se forme, podrá vincularse al agua. En este sector de la actividad investigadora trabajan desde ingenieros a expertos en leyes, desde científicos de investigación experimental básica a sociólogos o economistas. Podemos decir que cualquier actividad científica puede relacionarse con el agu; por ello, quien tiene vocación científica, puede integrarse en el sector.

P. - ¿Cuál es su opinión sobre la iniciativa en redes sociales #SinCienciaNoHayFuturo?

R. - No conozco mucho sobre la iniciativa. Lo que conozco es por los medios clásicos pues la única red social en la que tengo actividad es WhatsApp. Me cuesta seguir y seleccionar la información que me ofrecen los medios tradicionales por lo que participar en las redes sociales me dificultaría aun más la información en la que estoy interesado, por ello no las uso.

Sin duda, llegar a los jóvenes por cualquier medio es fundamental y las redes sociales son, en este momento, la manera de llegar a ellos directa y masivamente. Esperemos que esta iniciativa sea un instrumento poderoso para interesar a los jóvenes y a la sociedad en general por la I+D+i y que lleguen a valorar la importancia de la generación de conocimiento en una sociedad moderna.

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