Las aguas residuales son una de las principales actividades de tratamiento y desinfección del ozono. El ozono se utiliza cuando se necesita una gran cantidad de efluente; por ejemplo cuando el efluente fluye a la reserva o cuando los peces se encuentran en el arroyo de llegada.
Después de que el ozono es utilizado para desinfectar un efluente municipal secundario, es difícil detectar su presencia. El tratamiento con ozono es necesario en la oxidación final por que de otra forma, citamos el caso de la cloración final, podría ser perjudicial para los seres vivos de arroyos y ríos, mientras que con ozono esto no se produce.
El contenido de oxígeno DBO necesario puede ser nivelado por la aportación ozono en una concentración del 2 % con respecto al 98 % de aire aportado. Concurriendo con el proceso de desinfección, el ozono disminuye el color, la demanda de DQO y la turbiedad por precipitación de la materia orgánica.
El ion ferroso residual natural es oxidado al estado férrico. No aporta residuos ni productos químicos al vertido de ríos.
Control de polución de las aguas residuales
Los residuos industriales no biodegradables, se pueden convertir en biodegradables por ozonización. Las moléculas no biodegradables se convierten por la introducción de un grupo funcional orgánico oxigenado, donde el proceso metabólico puede empezar a actuar. De una forma similar, los grupos funcionales oxigenados están también formados en la superficie del carbón negro de caldera. El carbón negro está suspendido en una corriente de gas y es tratado con ozono de 50° a 150°, este proceso produce un lago de flujo, de elevado tinte de calor con propiedad dispersantes muy buenas.
La cantidad de ozono necesaria para obtener el primer producto de la reacción es equivalente al peso del fenol que va a oxidarse. En las industrias fotográficas y gráficas han tratado sus derivados con ozono para eliminar la demanda de oxígeno químico, iones y cianuros. Derivados que poseen cuerpos de color natural, como por ejemplo operaciones de papel o cuerpos de color sintéticos, son decolorados de forma eficiente y continuada por el ozono.
Control del olor
Uno de los grandes problemas de estaciones depuradoras de aguas residuales, son las emanaciones del olor al exterior. Muchas de estas depuradoras vienen utilizando el ozono como medio de purificación del aire. Son miles de instalaciones por todo el mundo las que avalan esta técnica de tratamiento medio – ambiental.
En una reacción de fase gaseosa, el ozono oxida las moléculas que causan el olor; las propiedades del olor están generalmente asociadas con grupos funcionales de altas densidades de electrones, el ozono oxida estos grupos y los convierte en otros grupos oxigenados que no producen olor.
La dosificación del ozono esta en un baremo entre 2 y 10 ppm. Y el índice de generación de ozono está contrastado con el índice del tipo de emanaciones de olor que se presenten, en función de la intensidad, concentraciones, temperaturas de las emanaciones y otros datos a tener en cuenta.