La nave de la ESA Rosetta ha descubierto que el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko está emitiendo agua al espacio, una cantidad equiparable a dos vasos de agua pequeños cada segundo, incluso a la gélida distancia de 583 millones de kilómetros del sol.
Las primeras observaciones en que se detectó emisión de vapor de agua fueron realizadas con el Instrumento de Microondas de Rosetta, MIRO, el pasado 6 de junio, cuando la nave se encontraba a unos 350.000 kilómetros del cometa.
Desde entonces se ha detectado vapor de agua cada vez que se ha apuntado MIRO hacia el cometa.
A este ritmo el cometa llenaría una piscina olímpica en unos 100 días
"Siempre supimos que veríamos vapor de agua saliendo del cometa, pero nos ha sorprendido detectarlo tan pronto", dice Sam Gulkis, investigador principal del instrumento MIRO, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en Pasadena, California, EEUU.
“A este ritmo el cometa llenaría una piscina olímpica en unos 100 días. Pero a medida que se acerque al sol la producción de gas aumentará significativamente. Con Rosetta disfrutamos de un magnífico mirador desde el que observar estos cambios desde cerca, y desvelar por qué ocurren exactamente".
El agua es uno de los principales componentes volátiles de los cometas, junto con monóxido de carbono, metanol y amoniaco. MIRO está diseñado para contribuir a determinar la abundancia de cada uno de estos ingredientes, clave para entender la naturaleza del nucleo del cometa, el proceso de emisión en sí y en qué parte de la superficie se origina.
Estos gases escapan del núcleo cargados de polvo, formando lacomaque rodea el cometa. A medida que el cometa se aproxima al sol su coma se expande; eventualmente, la presión del viento solar hará que una parte del material que la compone se extienda y forme una larga cola.
Rosetta estará ahí para contemplar de cerca estos procesos. El cometa -y Rosetta- llegarán al punto de máximo acercamiento al sol en agosto de 2015, entre las órbitas de la Tierra y Marte.
Determinar los cambios en el ritmo de producción de vapor de agua y de otros gases, a medida que este cuerpo helado se mueve alrededor del sol, es importante para la ciencia que investiga los cometas. Pero también es vital para la planificación de la misión, porque cuando Rosetta esté más cerca del cometa, la emisión de gas puede alterar la trayectoria de la nave.
"Nuestro cometa está saliendo de las postrimerías del sistema solar, en el espacio profundo, y está empezando a montar el espectáculo que presenciarán los instrumentos de Rosetta", dice Matt Taylor, el jefe científico de Rosetta, de la ESA.
“Los ingenieros de Rosetta también usarán las observaciones de MIRO para planificar las operaciones futuras, cuando estemos más cerca del núcleo del cometa".
La nave se encuentra ahora a 72.000 km de su destino. De las diez maniobras que requiere el proceso de encuentro con el cometa aún deben llevarse a cabo seis, hasta que Rosetta se sitúe a una distancia de solo 100 kilómetros del núcleo el próximo 6 de agosto.