El lodo que ha anegado Génova de nuevo tres años después de unas inundaciones muy similares ha provocado la indignación en Italia ante la falta de previsión de las autoridades. Un hombre ha muerto y muchas calles del casco histórico de la ciudad han quedado enterradas por el fango y el gobernador de la región de Liguria, Claudio Burlando, ha estimado en unos 200 millones de euros los daños en infraestructura.
"El lodo de Génova, vergüenza del país", titulaba este sábado el periódico más importante del país, 'Il Corriere della Sera'. Las autoridades anunciaron el lunes una alerta por las lluvias, pero eso no evitó que la ciudad se sumiera en el caos.
"Lo realmente alarmante lo poco que se ha hecho en estos tres años para hacer que Génova no sufriera otras inundaciones desastrosas", ha afirmado el presidente de la asociación nacional de regantes ANBI, especializada en inundaciones, Francesco Vincenzi.
"El problema de la seguridad del agua en Italia no tiene que ver con los recursos, sino con la voluntad política y la burocracia", ha añadido.
Equipos de limpieza y voluntarios han comenzado ya a retirar los restos, ha explicado el director de Protección Civil, Franco Gabrielli, quien ha advertido e que los problemas podrían persistir durante el fin de semana. "Seguimos en emergencia. Las previsiones para las próximas horas no suponen ningún alivio, ni para mañana ni para el lunes", ha explicado en rueda de prensa.
Gabrielli ha reconocido que las autoridades no esperaban los hasta 700 milímetros de lluvia caídos en las últimas 72 horas, casi equivalente a la previsión para todo el año. Así, no se reforzaron las riveras del río Bisagno y no se han gastado los 35 millones de euros destinados para ello tras las inundaciones de 2011 debido a una disputa legal.
Estas inundaciones son muy parecidas a las ocurridas hace menos de tres años, en 2011, y que costaron la vida a siete personas.
