El riego tecnificado se ha posicionado como una herramienta esencial en la agricultura moderna, especialmente para la transformación de cultivos de secano a regadío. Este proceso se realiza principalmente para maximizar el rendimiento de las plantaciones, incrementando así la producción por hectárea y, consecuentemente, la rentabilidad de los cultivos. La clave del éxito en el riego tecnificado radica no solo en el suministro adecuado de agua, sino también en la incorporación de sistemas de filtración eficientes, como los de arena, malla y anillas, que garantizan un funcionamiento óptimo y duradero de los sistemas de riego.
Aumento de la rentabilidad y reducción de costes
Al aportar agua de manera controlada a los cultivos, se consigue un aumento significativo en los rendimientos agrícolas, lo cual se traduce en un mayor número de kilogramos por hectárea cosechada. Este aumento en la producción es uno de los principales motivadores para que los agricultores adopten sistemas de riego tecnificado.
Por ejemplo, en una finca de olivar tradicional de secano, la introducción de sistemas de riego permite un cambio hacia un cultivo superintensivo, donde las labores de plantación, recolección, poda y aplicación de tratamientos se simplifican y se vuelven más eficientes. La adopción de riego tecnificado también implica una reducción significativa de los costes operativos. Mientras que en un sistema de secano tradicional se requiere una cuadrilla de trabajadores para la recolección, en un cultivo de regadío superintensivo es posible utilizar maquinaria especializada, como cabalgadoras, que reducen la necesidad de mano de obra y, en algunos casos, no suponen un gasto adicional al estar gestionadas por asociaciones agrícolas.
La importancia de los sistemas de filtración en el riego tecnificado
Un aspecto esencial en la implementación de sistemas de riego tecnificado es la incorporación de un sistema de filtración adecuado. La función principal de estos sistemas es eliminar impurezas y partículas presentes en el agua de riego, que pueden obstruir los emisores y disminuir la eficiencia del riego. Tres de los sistemas de filtración más comunes y efectivos son:
- Filtros de arena: estos filtros son especialmente útiles para aguas con altas concentraciones de materia orgánica. Funcionan mediante la retención de partículas al hacer pasar el agua a través de un lecho de arena. Este proceso garantiza un agua más limpia para los sistemas de riego por goteo, evitando la obstrucción de los emisores y permitiendo un suministro uniforme de agua a las plantas.
- Filtros de malla: son ideales para aguas con bajos niveles de sólidos en suspensión. El agua pasa a través de una malla de tamaño específico, atrapando las partículas mayores que los poros de la malla. Son una opción eficiente para la mayoría de los sistemas de riego tecnificado y requieren un mantenimiento relativamente sencillo.
- Filtros de anillas: estos sistemas utilizan un conjunto de anillas ranuradas que, al ser comprimidos, forman una barrera física para las partículas en suspensión. Al igual que los filtros de malla, ofrecen una solución eficiente y duradera para el riego por goteo y otros sistemas de riego tecnificado.
La correcta elección y mantenimiento de los sistemas de filtración es crucial, ya que una filtración deficiente puede llevar a la obstrucción de los emisores y, en consecuencia, a una distribución desigual del agua. Esto afectaría directamente el rendimiento del cultivo y podría revertir los beneficios que se buscan con la implementación del riego tecnificado.
Los sistemas de riego tecnificado permiten ajustar la cantidad de agua que se suministra a los cultivos en función de sus necesidades específicas, optimizando el uso de este recurso. En zonas con escasez de agua, esta capacidad de gestión es especialmente valiosa.
Por otro lado, a través de la fertirrigación, los nutrientes se disuelven en el agua de riego y se distribuyen uniformemente por toda la parcela, favoreciendo un crecimiento homogéneo de las plantas y mejorando la calidad de la cosecha.
La implementación del riego tecnificado facilita la diversificación de cultivos, permitiendo que parcelas dedicadas con anterioridad a cultivos de secano sean utilizadas para especies más rentables, como frutales, cereales u olivos superintensivos.
Desde Lama, entendemos que es un paso muy importante la transformación de cultivos de secano a sistemas de riego tecnificado, ya que representa un cambio estratégico que incrementa la rentabilidad y sostenibilidad de las explotaciones agrícolas. La aportación de agua de forma controlada permite aumentar los rendimientos y reducir los costes asociados a las labores agrícolas. Sin embargo, el éxito de estos sistemas depende en gran medida de la instalación y mantenimiento de sistemas de filtración eficientes.
El riego tecnificado, respaldado por un sistema de filtración adecuado, es clave para la evolución y competitividad de la agricultura moderna, permitiendo a los agricultores maximizar el rendimiento de sus cultivos y asegurar la viabilidad de sus explotaciones a largo plazo.