Para incrementar el uso eficiente del agua y contribuir a mejorar la producción de alimentos en el campo, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) plantea retos estratégicos como la tecnificación del riego, la modernización de infraestructura hidráulica en el campo y el impulso del desarrollo de las zonas agrícolas con gran disponibilidad de agua, informó Óscar Lara Aréchiga, Subdirector General de Infraestructura Hidroagrícola de la dependencia.
Ahora, apuntó, el reto es establecer en el Programa Nacional Hídrico 2013-2018 las estrategias que llevarán al cumplimiento de las metas planteadas para mejorar la seguridad alimentaria de México, lo cual reducirá la dependencia externa en materia de importación de alimentos.
Subrayó que, como lo ha expresado el Presidente de la República Enrique Peña Nieto, es necesario considerar al agua como elemento fundamental para la construcción de un México más próspero e incluyente y como un insumo estratégico para democratizar la producción del sector agroalimentario.
Es necesario considerar al agua como elemento fundamental para la construcción de un México más próspero e incluyente.
Asimismo, hizo énfasis en que es fundamental que todos los actores involucrados en el sector agroalimentario sumen compromisos y esfuerzos para romper las inercias y emprender los cambios de fondo que se requieren para mejorar las condiciones de vida de la población e impulsar, desde la agricultura de riego, el desarrollo económico nacional.
Durante el foro, donde participaron especialistas de instituciones académicas como las universidades Nacional Autónoma de México, de las Américas y Autónoma de Chapingo, así como los institutos Mexicano de Tecnología del Agua, Politécnico Nacional y Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, así como del Colegio de Postgraduados, se expuso que para afrontar los desafíos de la seguridad alimentaria se requiere un manejo de los suelos con visión de largo plazo y de cuenca, lo cual facilitará la conservación de los acuíferos y la productividad del agua en el campo.
Asimismo, los participantes en el foro, entre ellos también expertos de la sociedad civil organizada como la Fundación Gonzalo Río Arronte y el Centro Mario Molina, señalaron que en la planeación de las políticas y estrategias sexenales es indispensable tomar en cuenta que el cambio climático incrementa los retos relacionados con la productividad de alimentos, debido a que agrava las sequías y las inundaciones. Por ello, coincidieron en la urgencia de fomentar la adecuación de cultivos, tanto en planeación temporal como para la selección de productos.
Con relación al financiamiento para la infraestructura, diversos consultores y especialistas, entre ellos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Asociación de Bancos de México, del Banco Mundial, de Financiera Rural, de Fideicomisos Instituidos con Relación a la Agricultura y de Banobras, consideraron que se requiere establecer incentivos para mejorar el uso del agua en el campo, sector que consume más de 70 por ciento de la disponible y que, ante la creciente demanda, se ve en la necesidad de producir más con menos recursos hídricos, para cederlos en beneficio del desarrollo poblacional e industrial.
Sobre la gestión sustentable de los recursos hídricos, se expuso la necesidad de transferir a los usuarios, a bajo costo, la tecnología hidráulica existente, así como desarrollar nuevas herramientas que favorezcan la producción de alimentos con menos cantidad de agua. Así, se fomenta el crecimiento del sector agrícola y también se facilita la transferencia del recurso hídrico a otros usos, cuya demanda y beneficios son crecientes.
