El pasado 4 de mayo, más de 140 personas asistieron al webinar organizado por Miya Water y la Asociación Caribeña de Agua y Aguas Residuales (CWWA), sobre la respuesta de los países del Caribe, y en particular del sector del agua, a la pandemia del coronavirus.
Dentro del panel de expertos qu eparticiparon en este webinar, el último ponente fue Roland Liemberger, experto internacional en planificación en el ámbito del agua no registrada, con una presentación titulada “Antes y después de la crisis: cómo y por qué planificar proyectos integrales de reducción del agua no registrada”. Comenzó su charla comentando que esta vez hemos tenido suerte, ya que el coronavirus no se ha detectado en el agua de consumo humano, y el riesgo de transmisión a través del sistema de saneamiento es bajo, pero que podríamos no tener tanta suerte la próxima vez. A pesar de que el abastecimiento intermitente entraña riesgos sanitarios además de otros inconvenientes, es bastante frecuente en el mundo.
Según sus cálculos, América Latina y el Caribe son algunas de las regiones del mundo con mayor porcentaje de ANR. De hecho, en el Caribe la media es de 147 litros por persona y día. Pasó luego a analizar las principales causas de que exista un alto porcentaje de ANR, entre ellas una falta de incentivos a todos los niveles, y señaló que es necesario actuar ahora: “En unos años todos en el Caribe podrían tener un nivel aceptable de ANR, si nos ponemos en marcha, y se evitarían los riesgos del abastecimiento intermitente”. Para ello, es necesario cuantificar el ANR y sus componentes, pérdidas tanto comerciales como físicas. Concluyó su ponencia con una serie de indicaciones para la externalización de la gestión del ANR, y pasos para tener éxito con un contrato basado en el rendimiento.