«Adaptamos nuestra oferta a cada mercado, combinando producto, tecnología y alianzas locales»
Desde su creación en 2006, Molecor ha apostado por una visión diferencial: unir desarrollo tecnológico propio con la fabricación de soluciones en PVC-O de alto valor añadido para infraestructuras hidráulicas. Al frente del área de desarrollo de negocio y marketing, Dolores Herrán ha sido testigo directo del crecimiento de la compañía desde sus inicios, así como de su consolidación como líder global en el sector.
En esta entrevista, Herrán repasa las claves de esa evolución: desde la eficiencia y sostenibilidad de sus productos hasta la estrategia ESG que ha convertido a Molecor en referencia en certificaciones ambientales. Además, comparte su visión sobre los retos que plantea la expansión internacional, la importancia de la innovación continua y el compromiso de la empresa con la neutralidad climática en 2040.
Pregunta: En primer lugar, me gustaría conocer su trayectoria profesional.
Respuesta: Mi formación es como ingeniero técnico industrial, con especialidad en Mecánica. Posteriormente, ya en el ámbito laboral, cursé estudios de Organización Industrial y realicé una especialidad, un Executive MBA internacional.
Llegué a Molecor en 2007 gracias al contacto con un profesor de la escuela que había conocido a uno de los fundadores de la empresa, Ignacio Muñoz. En aquel momento, estaban buscando un perfil técnico, un ingeniero que además hablara inglés. Por circunstancias personales, había vivido un año en Estados Unidos siendo muy joven, lo que me permitió encajar en el perfil que buscaban.
Conocí entonces el proyecto, que aún estaba en papel —de hecho, todavía conservo la presentación que me enseñaron—, y me encantó. Me uní al equipo ese mismo año. En ese momento, la empresa estaba formada por solo seis personas. Hoy en día, somos más de seiscientas a nivel internacional, lo cual me llena de orgullo porque llevo en el proyecto desde el principio.
Cuando me incorporé, la tecnología aún no estaba validada ni la máquina había sido fabricada. Hoy puedo decir que soy la empleada más antigua… aunque no la más mayor (risas).
P.- ¿Cómo contribuyen las soluciones de Molecor, basadas en PVC-O, a mejorar la eficiencia y sostenibilidad de las infraestructuras hidráulicas ante desafíos como la escasez hídrica o las pérdidas en redes?
R.- Molecor nació con la idea de fabricar tuberías de PVC orientado (PVC-O) mediante una tecnología totalmente nueva, y desde ese germen inicial, la sostenibilidad estuvo en el centro del proyecto. Desde el principio buscamos hacerlo de una forma mucho más eficiente y con menor consumo energético, y fuimos exitosos en ello.
El desarrollo de nuestros productos sigue totalmente alineado con ese enfoque. La orientación molecular aplicada al PVC en aplicaciones de presión —como es el caso de nuestras gamas TOM® y ecoFITTOM®— y también en regadío, con el modelo TR6®, nos permite ofrecer al mercado soluciones que, entre otras ventajas, consumen menos materia prima, son más fáciles de instalar, tienen una sección libre mayor —transportan más agua— y un interior menos rugoso, lo que se traduce en una menor pérdida de carga y, por tanto, en un menor consumo energético durante su uso.
Además, nuestras tuberías y accesorios ofrecen una estanqueidad probada y una vida útil muy sólida: contamos con estudios y ensayos que certifican una duración de más de cien años. Todo ello convierte nuestros productos en soluciones óptimas para contextos de escasez hídrica. Cuando hay poca agua, lo fundamental es no perderla, y lo que buscamos en Molecor es vender una tubería o un accesorio que no necesite ser reemplazado poco tiempo después debido a fugas. Esto es clave para garantizar la sostenibilidad real de las infraestructuras hidráulicas.
P.- Además de su innovación en producto, Molecor combina el desarrollo de maquinaria propia con la fabricación de tuberías. ¿Cómo gestionan esta dualidad y qué valor aporta ofrecer tanto la tecnología como el producto final?
R.- Para mí, esta dualidad es uno de los secretos de Molecor. Somos una empresa muy especial dentro de la industria del agua porque no solo fabricamos tuberías, también desarrollamos la tecnología para producirlas. Esta combinación no es nada común en el sector y, sin duda, nos aporta un valor diferencial muy significativo.
Nos complementamos muy bien precisamente porque toda la información que obtenemos del mercado —a través de nuestra fuerza comercial y del contacto directo con clientes— la trasladamos de forma inmediata a nuestros procesos de innovación y desarrollo tecnológico. Esta conexión directa entre la demanda real y la evolución de nuestros productos es fundamental para nuestro éxito.
"Somos una empresa especial dentro de la industria del agua porque no solo fabricamos tuberías, también desarrollamos la tecnología para producirlas"
Puede haber profesionales muy brillantes con amplios conocimientos en materiales, procesos, tecnología, accionamientos… pero si innovas sin tener en cuenta lo que está ocurriendo fuera —sin pensar en la sostenibilidad, en las nuevas regulaciones o en las necesidades reales de los usuarios—, es difícil que esa innovación prospere. Estás desconectado del mercado.
Nosotros, desde el principio, hemos trabajado en esa conexión. Siempre hemos buscado alinear nuestra innovación tecnológica con las exigencias del entorno. Y esto también se aplica a nivel internacional. Nuestra expansión global nos da mucha flexibilidad: el hecho de contar tanto con la tecnología como con el producto nos permite adaptar y desarrollar soluciones eficientes, sostenibles e innovadoras para distintos mercados en todo el mundo.
P.- Esta apuesta tecnológica va de la mano de un fuerte compromiso ambiental. ¿Cómo integra Molecor la sostenibilidad en su actividad y cómo influye este compromiso en su estrategia comercial y de marketing, comunicándolo de forma creíble y evitando el greenwashing?
R.- Desde el inicio, la sostenibilidad ha estado integrada en el ADN de Molecor. La tecnología que desarrollamos ya fue, desde sus primeras pruebas, más eficiente de lo que esperábamos: el consumo energético real fue incluso menor que el estimado en los prototipos. Además, nuestros productos requieren menos resina que otras soluciones del mercado, lo que los hace no solo más sostenibles, sino también más eficientes desde el punto de vista energético.
"Cuidamos la comunicación interna: queremos que nuestra plantilla tenga claro que está trabajando en una empresa comprometida con un futuro mejor"
Ese posicionamiento ambiental se materializó de forma estructurada en 2023, cuando definimos nuestra estrategia de sostenibilidad, compuesta por más de cuatrocientas acciones. Actualmente, estamos ejecutando esa hoja de ruta, que abarca hasta 2025, y ya tenemos previsto lanzar una nueva estrategia en 2026 para seguir avanzando. Uno de los ejes centrales de nuestro compromiso es alcanzar la neutralidad climática en 2040, adelantándonos diez años al objetivo marcado por la Unión Europea con su Net Zero 2050.
En cuanto a la comunicación de este compromiso, en Molecor somos muy críticos con el greenwashing, que lamentablemente está muy presente en el mercado. Para nosotros, la base es la transparencia y la fiabilidad, y esto se traduce en una comunicación respaldada siempre por datos. Por eso trabajamos con Declaraciones Ambientales de Producto (DAPs), certificaciones energéticas y de producto. Desde nuestros inicios, hemos apostado porque un tercero independiente valide que lo que decimos es cierto. Esa ha sido y sigue siendo nuestra forma de operar.
También cuidamos mucho la comunicación interna: queremos que toda nuestra plantilla tenga claro que está trabajando en una empresa comprometida con un futuro mejor. Hoy más que nunca, esto es esencial, especialmente ante un contexto en el que el plástico está siendo atacado de forma generalizada. En Molecor creemos que no se trata de demonizar materiales, sino de demostrar —con hechos y con datos— que es posible fabricar soluciones plásticas responsables, sostenibles y alineadas con los grandes retos ambientales.
P.- Dentro de esta estrategia, Molecor ha obtenido Declaraciones Ambientales de Producto (DAPs) para varias gamas. ¿Qué papel juegan estas certificaciones en su propuesta de valor y cómo influyen en el desarrollo de nuevas soluciones sostenibles?
R.- Actualmente, Molecor cuenta con productos en tres grandes áreas: presión, saneamiento e infraestructura y edificación. Dentro de estas gamas, los productos de presión —como TOM® y ecoFITTOM®— son los más sostenibles desde el punto de vista tecnológico y de ahorro de recursos, por lo que fueron los primeros para los que desarrollamos las Declaraciones Ambientales de Producto. A partir de ahí, hemos continuado con el resto de líneas, incluyendo el TR6® en riego, SANECOR® en saneamiento y nuestras soluciones antirruido en edificación.
"Trabajamos con DAPs y certificaciones porque creemos que la sostenibilidad debe comunicarse con datos y verificación externa"
Para nosotros, no se trata de tener solo un producto “bueno”, sino de asegurar que toda nuestra oferta esté alineada con los criterios de sostenibilidad. Las DAPs son una herramienta fundamental en ese sentido, ya que nos permiten realizar un análisis riguroso y científico del ciclo de vida de cada producto, cuantificando emisiones y otros impactos ambientales. Esto nos permite no solo validar lo que ya estamos haciendo bien, sino identificar oportunidades de mejora y de innovación para futuras soluciones.
Estas certificaciones también refuerzan nuestra posición en el mercado: aportan transparencia, objetividad y credibilidad a nuestra propuesta de valor. Y no solo a nivel externo. Internamente, nos ayudan a orientar el desarrollo de nuevos productos y a integrar criterios sostenibles desde el diseño. En definitiva, son una herramienta clave para avanzar en nuestra estrategia ambiental con base técnica sólida y sin caer en discursos vacíos.
P.- Un ejemplo claro de su compromiso ambiental es la implantación de la ISO 50001 en sus plantas españolas. ¿Qué resultados han obtenido en términos de ahorro energético, reducción de costes o disminución de huella de carbono?
R.- La implantación de la norma ISO 50001 comenzó en nuestra planta de Loeches (Madrid), que es el buque insignia de Molecor en la fabricación de productos orientados para presión, donde producimos tanto tuberías TOM® como accesorios ecoFITTOM®. A partir de ahí, extendimos el sistema de gestión energética al resto de nuestras fábricas en España: Alobera (inyección), Alcázar de San Juan (saneamiento) y Antequera (presión y edificación).
La certificación ISO 50001 nos aporta un valor muy importante, ya que supone el aval de un tercero —en nuestro caso, AENOR— que verifica que estamos haciendo las cosas bien en términos de eficiencia energética. Pero además, nos permite analizar en profundidad nuestros consumos, identificar oportunidades de mejora y optimizar procesos para reducir el uso de energía.
Gracias a esta implantación, hemos podido avanzar de forma muy concreta en nuestra estrategia de descarbonización y en el cumplimiento del objetivo Net Zero 2040. Entre las acciones más destacadas que ya están en marcha se encuentran el incremento del consumo de energía procedente de fuentes renovables, la electrificación progresiva de nuestra flota de vehículos y el uso de materias primas de origen renovable.
En resumen, esta certificación no solo acredita nuestro compromiso con la sostenibilidad, sino que nos ha proporcionado una hoja de ruta clara para avanzar en la reducción de emisiones y el consumo energético en todas nuestras plantas.
"No se trata de tener solo un producto «bueno», sino de asegurar que toda nuestra oferta esté alineada con los criterios de sostenibilidad"
P.- Además de estas acciones concretas, su último informe de sostenibilidad recoge avances significativos. ¿Qué logros clave destacarían y cómo utilizan este ejercicio para definir futuras metas ESG y mejorar su desempeño ambiental y social?
R.- Llevamos años trabajando de forma muy enfocada en sostenibilidad, prácticamente desde los inicios de Molecor en 2006-2007, pero en los últimos ejercicios hemos consolidado una verdadera estructura ESG que abarca las tres dimensiones: ambiental, social y de gobernanza.
En el ámbito ambiental, destacan varios hitos. Por un lado, la certificación ISO 50001, que nos permite gestionar de forma más eficiente el consumo energético en nuestras plantas. Por otro, la obtención de Declaraciones Ambientales de Producto (DAPs) para todas nuestras gamas, algo que refuerza la transparencia y la fiabilidad de nuestra propuesta. También somos referentes en la iniciativa europea Operation Clean Sweep (OCS), orientada a reducir las pérdidas de microplásticos en los procesos industriales. No solo nos adherimos a esta iniciativa, sino que fuimos de los primeros transformadores del sector tubero en certificarnos, porque entendemos que no basta con decir que haces las cosas bien: hay que demostrarlo con auditorías y verificación externa.
En el eje social, hemos lanzado la plataforma Molecor HR, que nos permite gestionar de forma integral el capital humano: incluye formación, clima laboral y la evaluación del desempeño, que no solo tiene en cuenta objetivos, sino también los valores que promovemos como compañía. Es un enfoque más humano y alineado con nuestra cultura corporativa.
En cuanto a gobernanza, hemos aprobado nuestro Código Ético y de Conducta, y nos hemos adherido a la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas, lo que implica un seguimiento continuo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Aunque claramente estamos muy ligados al ODS 6 (Agua limpia y saneamiento), también contribuimos a muchos otros, como empresa industrial comprometida con el desarrollo sostenible.
Este trabajo de recopilación, medición y análisis —plasmado en nuestro informe de sostenibilidad— no es un simple ejercicio de rendición de cuentas. Es una herramienta clave para definir nuestras próximas metas, especialmente de cara a la estrategia de sostenibilidad que lanzaremos en 2026. Nos permite identificar fortalezas, áreas de mejora y nuevas oportunidades para seguir reduciendo nuestra huella ambiental, mejorar nuestro impacto social y fortalecer nuestras prácticas éticas y de buen gobierno.
P.- Todo ello ha acompañado su expansión global. Con presencia en cuatro países y exportaciones a más de treinta, ¿cómo identifican socios estratégicos y adaptan su oferta a los distintos mercados para asegurar una expansión eficaz?
R.- Siempre digo que Molecor nació internacionalizada. Éramos solo seis personas en una startup que intentaba validar un prototipo, y la primera máquina que vendimos fue a Australia. Pero también suelo matizar: vender una máquina en Australia no te convierte automáticamente en una empresa internacional. Hemos aprendido mucho en el camino, y lo hemos hecho haciendo.
En un principio, nuestra estrategia era llevar la tecnología fuera de España y comenzar cuanto antes con la producción aquí. Sin embargo, el contexto económico nos obligó a adaptarnos: la crisis financiera de 2008 —y su impacto en el sector de la construcción en España— nos hizo replantear esa hoja de ruta. Mientras muchas empresas del sector cerraban, nosotros empezamos a crecer, aunque con limitaciones. Esa capacidad de adaptar la estrategia al entorno ha sido clave para nuestro desarrollo y sigue siendo uno de nuestros pilares.
A la hora de identificar mercados, empezamos buscando países donde ya existía una cultura favorable al uso del PVC en aplicaciones hidráulicas. Por ejemplo, mientras que en países como Alemania prácticamente no se utiliza PVC para agua potable, en lugares como India, Estados Unidos, Sudáfrica o Australia está mucho más instaurado. Eso nos permitió enfocar los esfuerzos de forma inteligente.
También nos guiamos por la existencia de normalización técnica. En muchos países no existía aún normativa para el PVC-O, así que, en varios casos como India, Rusia o Arabia Saudí, fuimos nosotros quienes ayudamos a establecer las normas técnicas necesarias para introducir este tipo de soluciones.
"Nuestra expansión internacional se centra en el producto orientado para presión, donde nuestra tecnología tiene mayor valor diferencial"
Gracias a esa visión, logramos posicionarnos con una doble oferta: si detectábamos interés por la tecnología, ofrecíamos maquinaria; si había demanda de producto, vendíamos tubería. Esa dualidad nos daba una ventaja competitiva enorme. Y cuando un mercado alcanzaba suficiente madurez, pasábamos a fases más ambiciosas: por ejemplo, estableciendo filiales propias o alianzas estratégicas, como fue el caso de Sudáfrica, donde creamos nuestra primera joint venture junto a nuestro distribuidor local.
Actualmente, estamos presentes con fábricas propias en España, Sudáfrica, Paraguay y Malasia, y en los próximos meses inauguraremos una nueva planta en Turquía. Además, estamos desarrollando nuevos proyectos en el sudeste asiático, Norteamérica y Sudamérica, y explorando activamente oportunidades en África oriental y occidental.
Nuestra expansión internacional se centra, sobre todo, en el producto orientado para presión, que es donde nuestra tecnología tiene mayor valor diferencial. A medida que nos implantamos en un país, también van surgiendo oportunidades para otras gamas como saneamiento, edificación o pozos de registro, lo que permite un desarrollo más completo en el mercado local.
Y hay un aspecto muy importante: en algunos casos, donde no existía alternativa comparable, somos los únicos en el mundo que fabricamos ciertos productos, como los accesorios de PVC-O. Esto refuerza aún más nuestra propuesta de valor y facilita la entrada en nuevos mercados.
P.- Parte de esa estrategia de posicionamiento pasa por la participación en eventos clave. Molecor estará presente en la feria K 2025, centrada en digitalización, economía circular y clima. ¿Qué objetivos persiguen con su participación y qué novedades presentarán alineadas con estos ejes?
R.- La feria K siempre ha tenido un lugar especial en la historia de Molecor. Es la feria de referencia en el sector de soluciones para infraestructuras, especialmente desde la perspectiva de la tecnología y la innovación. Se celebra cada tres años en Düsseldorf y ha estado presente en nuestro recorrido desde el principio: en 2007, justo cuando acabábamos de validar nuestro primer prototipo, asistimos por primera vez. Éramos solo seis personas en la empresa y fuimos todos. No se escatimó, porque sabíamos que era el momento de apostar fuerte o quedarnos por el camino.
En esa edición no éramos aún expositores, pero ya estábamos enseñando nuestra tecnología y hablando con potenciales clientes y socios. Recuerdo esa feria como una experiencia técnica impresionante. Desde entonces, cada edición de la K ha supuesto para nosotros un reto: presentar algo nuevo, mostrar avances, y consolidar nuestra posición como referente mundial en tecnología de PVC orientado.
"En algunas ubicaciones, como Paraguay, ya hemos alcanzado objetivos como operar con energía procedente íntegramente de fuentes renovables"
La K 2025 no será una excepción. Además de mantener nuestra posición de liderazgo en grandes diámetros y accesorios de PVC-O —donde somos únicos—, presentaremos un nuevo producto con tecnología orientada aplicada al saneamiento. Es una novedad muy relevante, que aún no hemos lanzado al mercado. Estamos esperando tener todas las certificaciones y ensayos necesarios para poder presentar el producto con garantías, avalado por un tercero independiente. No se trata solo de decir que hemos hecho un producto mejor: queremos demostrarlo con datos y validación técnica objetiva.
A nivel estratégico, la feria K es un punto de encuentro con más de 200 clientes y contactos del sector. Pero para nosotros, lo más importante es el mensaje que transmitimos: que en Molecor, cada tres años tenemos algo nuevo que contar. Esto no es fácil de conseguir, y mucho menos en una empresa que el año que viene cumplirá 20 años. Requiere recursos, esfuerzo y una inversión significativa, pero creemos firmemente que es una inversión que nos posiciona como lo que somos: una empresa líder en innovación tecnológica.
Además, en esta edición, alineados con los ejes de digitalización, economía circular y sostenibilidad climática, también presentaremos lanzamientos que no están directamente ligados al PVC-O, sino a nuestras gamas de edificación, donde aplicamos criterios de economía circular y uso de materiales reciclados. En definitiva, seguiremos demostrando que la innovación no está solo en los productos estrella, sino también en cómo repensamos todas nuestras soluciones para hacerlas más sostenibles y adaptadas a los desafíos actuales.
"Seguiremos demostrando que la innovación no está solo en los productos estrella, sino también en cómo repensamos todas nuestras soluciones"
P.- Mirando al futuro, Molecor aspira a alcanzar la neutralidad climática en 2040. ¿Qué pasos prevén dar en sostenibilidad, expansión internacional o innovación tecnológica para consolidar su liderazgo en el sector del agua?
R.- En sostenibilidad, ya hemos recorrido un camino importante, pero sabemos que aún queda mucho por hacer. Las más de 400 acciones definidas en nuestra estrategia lanzada en 2023 siguen en marcha, y durante este año evaluaremos sus resultados para establecer una nueva hoja de ruta, que se plasmará en la estrategia 2026-2028 o incluso más allá. Esta nueva fase será clave para seguir avanzando hacia nuestro objetivo de neutralidad climática en 2040.
Gracias a la certificación ISO 50001, hemos identificado nuevas medidas de descarbonización, que ya estamos aplicando. Estas incluyen un mayor consumo de energías renovables, la electrificación de nuestra flota, y el uso de materias primas de origen más limpio. Todo ello se está extendiendo progresivamente a nuestras plantas, no solo en España, sino también en nuestras filiales internacionales.
Este es uno de los grandes retos que tenemos ahora: trasladar todas estas políticas de sostenibilidad a nivel global. En algunas ubicaciones, como Paraguay, ya hemos alcanzado objetivos como operar con energía procedente íntegramente de fuentes renovables. Además, en las nuevas fábricas que estamos construyendo, la sostenibilidad ya se incorpora desde el diseño: placas solares, eficiencia energética, criterios circulares… todo eso ya va «de serie».