El esfuerzo de pocos en beneficio de muchos. Voluntarios de Mides participaron en una nueva jornada de restauración de monte nativo en Paso Severino, liderada por técnicos de la Dinama y vecinos de Florida. La plantación fue un récord, con 130 ejemplares de especies nativas que se suman a las orillas del embalse para cuidar el agua de todos.
"Me anoté para participar porque me encanta la naturaleza, trabajo en el jardín de infantes Pachamama y estos temas nos interesan muchísimo… además la idea de venir a plantar con mi hijo me emocionaba. Pero no tenía ni idea que con esto estábamos colaborando con el cuidado de la calidad del agua. Hay mucho detrás de esta plantación y hoy lo aprendí", comenta Liliana, una voluntaria que participó por primera vez de esta actividad.
Estas plantaciones forman parte del Plan de Restauración de ecosistemas en la cuenca del Santa Lucía con participación ciudadana, que tiene el objetivo de ayudar a la naturaleza a reconstituir el monte nativo de la zona, que oficie de filtro natural para el cuidado de la calidad del agua de la principal fuente de agua bruta con destino al suministro de agua potable de buena parte de la población del país.
La restauración que se está desarrollando tiene vinculación directa y contribuye al desarrollo de la Medida 8 del Plan de Acción para la protección del agua en la mencionada cuenca: “instaurar una zona de amortiguación o buffer en la cuenca hidrográfica, declarada sin laboreo de la tierra y uso de agroquímicos (para la conservación y restitución del monte ribereño como forma de restablecer la condición hidromorfológica del río)”.
La medida busca detener y revertir el proceso de eutrofización que presenta la cuenca, como consecuencia principalmente de los aportes de nitrógeno y fósforo provenientes de distintas fuentes, entre las que se destaca la contaminación difusa producto de la actividad agropecuaria.
Las plantaciones de nativas que se viene realizando desde 2016, con cerca de 2.700 ejemplares plantados, van generando esa franja de amortiguación que oficia de barrera natural libre de la aplicación directa de agroquímicos.
Como es habitual en estas jornadas de plantación con voluntarios, este jueves 12 de julio en Paso Severino reinó el espíritu colaborativo. Tiago tiene 19 años, eligió sumarse porque ve en esto la posibilidad de “ser un potencial agente de cambio, en este caso contribuir a mejorar la calidad de vida de todos los que consumimos agua de la cuenca del Santa Lucía”. Ángeles es chilena y vive desde hace 7 años en Uruguay, decidió participar coincidiendo con el día de su cumpleaños, “yo soy extranjera y creo que está bueno devolver un poco de lo que uno recibe”.
"Acá estamos contribuyendo a revertir el deterioro de un ecosistema que lleva más de 40 años"
Se plantaron dos hileras de nativas a lo largo de 1 kilómetro. En primera fila: Sarandí, Palo amarillo y Sauce, todas plantas hidrófilas que sobreviven perfectamente cerca del agua. En segunda fila: Tala, Chalchal, Coronilla y Molle.
Esta vez hubo que caminar mucho entre un pastizal espeso y alto, gracias a que el cerco perimetral de 110 kilómetros instalado por OSE en el contorno de la represa (Plan de Acción Santa Lucía) y las plantaciones, van dando sus frutos.
Voluntarios y voluntarias se abocan a la tarea, la actitud ansiosa de quienes llegan por primera vez ávidos de plantar, se mezcla con la calma de quienes conocen la zona, los tiempos y las formas requeridas para que cada planta "liberada" al campo sea efectivamente una vida que crece.
“Lo que encierran la plantas es fantástico, es vida. Y acá estamos contribuyendo a revertir el deterioro de un ecosistema que lleva más de 40 años. Hoy cuando se duchen luego de esta jornada, cuando cocinen, cuando tomen agua, piensen que ustedes estuvieron hoy aportando para el cuidado de la calidad del agua”, les dice Washington, voluntario de Florida que participa semanalmente de la plantación y es uno de quienes la lideran.