La digitalización, clave para mejorar el conocimiento de la calidad y estado de las masas de agua

La Dirección General del Agua busca actualizar NABIA, su sistema de intercambio de información sobre el estado y calidad de las aguas continentales. Los trabajos han sido adjudicados, tras ganar un concurso público, a NTT DATA, por su experiencia y equipo multidisciplinar.
El uso del agua en nuestras casas y ciudades, así como la que utilizamos para los regadíos y otras actividades humanas, supone una presión importante sobre las masas de agua de las que procede y a las que debe volver. Si el uso del agua por parte de los ciudadanos supusiese el deterioro de los ríos (su contaminación o la disminución de sus caudales), la sostenibilidad de todo el sistema peligraría, así como los ecosistemas que se nutren de esas masas de agua, la economía local e incluso la salud de la población.
En línea con lo anterior, el conocimiento del estado de las masas de agua es una exigencia europea, un paso fundamental para su conservación y protección. Pero no se trata simplemente de medir unos cuantos parámetros de forma periódica o de acudir a investigar cuando se producen daños en la fauna o la flora o si un número importante de personas de determinada población empieza a enfermar. Lo ideal es que ese conocimiento sea constante y permita, no solo detectar cualquier anomalía antes de que esta tenga consecuencias negativas, sino también tomar decisiones que mejoren la calidad del agua o comprobar en tiempo real si las medidas vigentes para su protección están funcionando.
El objetivo de este conocimiento es, principalmente, ecológico: la protección de los ecosistemas acuáticos que vertebran el territorio. Se trata de un enfoque que ha tomado relevancia en este siglo. Antes los ríos no eran más que meros canales de desagüe de las ciudades; ahora, en cambio, se busca que sean ríos con vida. Para lograrlo y mantenerlos en ese estado, es fundamental saber qué está pasando en sus aguas. Además, es esencial poder garantizar la calidad necesaria para satisfacer los distintos usos del agua, lo que incluye el uso ambiental.
Por otra parte, no solo las administraciones deberían ser quienes conociesen todos estos detalles. Esta información debe ser pública, como determina la Ley 27/2006, de 18 de julio, por la que se regulan los derechos de acceso a la información y participación en materia de medioambiente. Sin embargo, si bien la ciudadanía tiene acceso a ella, existen muchas oportunidades de mejora en cómo se ofrece y presenta. Para satisfacer esa necesidad de monitorización constante y garantizar un mejor acceso a información actualizada, estructurada y clara, la digitalización se convierte en un elemento clave.
El conocimiento del estado de las masas de agua es una exigencia europea, un paso fundamental para su conservación y protección
Los trabajos de digitalización del agua están siendo impulsados tanto por el Estado como por otros países miembro de la Unión Europea desde hace ya unos años. Esta digitalización ayuda, no solo a conocer cómo están las distintas masas de agua de forma puntual, sino en todo el proceso: agiliza la toma de datos, permite acceder a esa información de forma inmediata y facilita ir más allá en la toma de decisiones.
Uno de los pasos más importantes dados por la Dirección General del Agua, en ese camino de la digitalización, fue el diseño de NABIA, un sistema de intercambio de información sobre el estado y calidad de las aguas continentales. Esta aplicación lleva funcionando desde hace más de una década, pero la tecnología avanza y abre nuevas posibilidades, por lo que hace tiempo que se ha visto que es necesaria una actualización.
Así, a finales de 2022, la Secretaría de Estado de Medio Ambiente publicó una licitación para la digitalización del sistema de gestión de los datos de calidad de aguas en la Dirección General del Agua y Confederaciones Hidrográficas. El concurso estaba incluido en el Marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), siendo su objetivo principal la mejora del NABIA. O, como recoge el propio pliego de la licitación, «la mejora del ciclo de información, procediendo a digitalizar y armonizar el mismo, desde la toma de muestra, el análisis y resultados de los laboratorios, el análisis de los datos por las Confederaciones Hidrográficas (CCHH) y la Dirección General del Agua (DGA), y su posterior puesta a disposición del público en general y de la Comisión Europea en especial, profundizando en el modelo actual basado en NABIA, y mejorando su conexión con toda la información cartográfica e hidromorfológica ya existente, y en especial, en lo relativo a las presiones e impactos existentes sobre las distintas masas de agua».
El proyecto es ambicioso y promete mejorar y agilizar con creces el sistema actual, permitiendo un conocimiento del estado y calidad de las masas de agua más profundo y abriendo muchas posibilidades de cara a su protección y conservación.
Las mejoras que necesita NABIA
El propio pliego describe las necesidades de NABIA, un sistema que todavía tiene ciertas deficiencias. Por ejemplo, el proceso desde que se toma el dato hasta que está disponible para su estudio, es lento, lo que perjudica la eficacia del sistema en su conjunto. Esto es en parte porque esos datos dependen de los distintos organismos de cuenca, con tiempos y métodos variables. Así, no todos los datos son igual de fiables, algo que es urgente corregir.
Urge también buscar una alternativa mejor al sistema de carga de datos en NABIA, en estos momentos basado en el fichero de intercambio de datos (FIC) que utilizan los Organismos de cuenca (OOCC) para alimentar NABIA. Actualmente, rellenar el FIC es un proceso complicado y poco intuitivo, además, se necesita transformar los datos de muchas fuentes diferentes a un formato de base de datos. Tampoco existen sistemas de validación automáticos de datos ni sistemas de comunicación con el formato de laboratorio de análisis (LIMS). Asimismo, no se puede conocer si el fichero es correcto hasta realizar la carga, por lo que el proceso puede demorarse varios días.
Hace falta, por lo tanto, un sistema nuevo de carga y validación de datos en el que la transmisión de los datos de campo o de laboratorio a las aplicaciones de los OOCC y la DGA estén automatizadas, todo ello en el marco de NABIA. «Este proceso de intercambio de información debe integrar las herramientas de validación y control de calidad pertinentes para que la información sea robusta y fiable», indican.

Por otra parte, el sistema de consultas a esta gigantesca base de datos es complejo y poco amigable, siendo la peor consecuencia que no exista una garantía de que los datos que se obtienen sean la representación real de la información existente en NABIA. Además, no fue concebido con consultas geográficas, que son totalmente necesarias porque la información tiene una gran vinculación con el territorio.
Asimismo, el pliego hace referencia también a la necesidad de publicación de la información en las distintas webs oficiales de forma «clara, estructurada y entendible para los interesados», lo cual implica que se deben diseñar sistemas de conexión adecuados con otras bases de datos.
Finalmente, tras la presentación de proyectos, la empresa adjudicataria de la licitación para la mejora de NABIA fue NTT DATA, y el contrato se formalizó en junio de 2023. Según las condiciones del pliego, el proyecto debe ejecutarse en un plazo de 36 meses, aunque existe una posibilidad de prórroga de veinticuatro meses adicionales.
¿Por qué NTT DATA?
Mejorar el sistema de información NABIA requiere, por un lado, unas competencias técnicas elevadas en materia tecnológica y, por otro, conocer muy bien todo lo que rodea al sector de la gestión del agua. El punto fuerte de NTT DATA es, precisamente, que cuenta con un equipo multidisciplinar que le permite abarcar todo ese conocimiento.
El punto fuerte de NTT DATA es, precisamente, que cuenta con un equipo multidisciplinar que le permite abarcar todo ese conocimiento
Más allá de las propias capacidades de NTT DATA, el conocimiento y experiencia que aporta su equipo es clave. En este sentido, la empresa ha trabajado en proyectos de calidad del agua para el MITECO, con lo que conoce de forma directa y detallada cuál es la información que manejan tanto la DGA como las CCHH. Además, tiene amplia experiencia también en proyectos tecnológicos, específicamente en sistemas de información, tanto dentro del propio Ministerio como con otras Administraciones públicas, con múltiples desarrollos basados en sistemas de información geográfica (GIS) de alta complejidad, similares a los exigidos para esta licitación.
Algunos ejemplos de esta experiencia son los servicios que presta NTT DATA para la actualización, mejora y mantenimiento del Registro de Aguas y de la Base Central del Agua; los servicios de infraestructura TIC que presta al MITECO (lo que les permite conocer el estado actual de su infraestructura); la prestación de servicios para el soporte, desarrollo y mantenimiento del GIS y datos abiertos de la Comunidad de Madrid; los Sistemas de Información Geográfica y georreferenciación catastral de GIAHSA (Aguas del Huelva); los GIS para análisis del riesgo catastrófico de Mapfre RE.; o servicios a la DGA y las CCHH en proyectos relativos a la evaluación del estado de las masas de agua y seguimiento del estado ecológico. Además, la empresa cuenta con las certificaciones de calidad ISO 9001, 27001 y 14001 y experiencia colaborando e integrando sus soluciones con los principales fabricantes de tecnología GIS del mercado.
Tras la reciente adjudicación de la licitación, comienza un trabajo en el que la primera fase, de suma importancia, se centrará en entender las necesidades de los distintos agentes implicados. Es decir, antes de lanzarse a diseñar e implementar el nuevo NABIA, es clave trabajar en paralelo hablando tanto con la DGA como con las CCHH para analizar los requisitos y entender cómo esperan que sea el sistema. La idea es que estas reuniones funcionales y de experiencia de usuario tengan lugar a lo largo de este año, con el objetivo de llegar a enero de 2024 con una imagen clara y fiable de todo lo que se necesita y espera y poder empezar a trabajar en el diseño a principios de año.
La actualización del sistema NABIA permitirá continuar con los trabajos actuales de un modo más ágil y eficiente, lo que facilitará seguir protegiendo y conservando las masas de agua, algo que debe tener su punto de partida siempre en conocer en qué estado se encuentran. Además, los ciudadanos tendrán la posibilidad de consultar directamente la mayor base de datos española sobre la calidad del agua y los organismos acuáticos.