Un libro que recoge la experiencia de 35 proyectos ya implementados para impulsar la conservación sostenible, la cosecha de agua de lluvia en regiones con estrés hídrico, el acceso al agua y al saneamiento en distintos países de la región fue presentado el jueves en el VII Encuentro Latinoamericano de Gestión Comunitaria del Agua que se celebra esta semana en Santiago de Veraguas Panamá.
La publicación, que estará disponible en digital en los próximos días, se inscribe en el esfuerzo de Fundación Avina por articular con más de 50 aliados auténticos procesos colaborativos entre empresas, ONGs y organizaciones comunitarias que prestan servicios de agua y saneamiento (OCSAS).
La obra, que data de casos desde el 2012, se estructura a través de fichas sintéticas que recogen información directa de las organizaciones involucradas, el problema que se debía resolver, las estrategias de intervención desplegadas y los resultados que se obtuvieron.
"Queremos hacer de la huella hídrica una herramienta de gestión y de inclusión para empresas que comprenden su co-rresponsabilidad frente al uso de un recurso crítico"
“Realmente queremos hacer de la huella hídrica una herramienta de gestión y de inclusión para empresas que comprenden su co-rresponsabilidad frente al uso de un recurso crítico. Y la mejor forma que vemos es la de favorecer la construcción de alianzas público-privadas, que se sostienen ante todo en la capacidad de implementar eficazmente proyectos que son verdaderas soluciones de agua para las comunidades, y medir sus resultados destacó el director del área de Gobernanza y Bienes Públicos de Fundación Avina, Pablo Vagliente durante el lanzamiento del libro.
La aspiración de Fundación Avina es que el trabajo sirva para mostrar al mundo empresario la necesidad y, a la vez, la viabilidad de instrumentar estas estrategias de cooperación, más aún cuando los Objetivos de Desarrollo Sostenible – en especial el número 6, dedicado a las metas de agua y saneamiento- plantean explícitamente las alianzas con las empresas y la sociedad civil para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030, agregó.
La huella hídrica es uno de los conceptos novedosos que, con cierto recorrido en los últimos años, se está abriendo paso como herramienta de gestión para empresas y, en menor medida, para gobiernos que asumen la necesidad de medirla en los distintos sectores. En ambos casos, el sentido es el mismo: conocer la huella permite pensar políticas para reducirla, primero, y neutralizarla, después. Avina, a partir de su experiencia en el programa de Acceso al Agua, propone comprender la huella hídrica en el sector empresario como parte de un esquema más amplio: la Responsabilidad Hídrica Privada, y muestra algunas experiencias donde se pueden cruzar fructíferamente la innovación social, la articulación multisectorial y el desarrollo sostenible.
