Las condiciones climáticas cada vez más impredecibles crean presión sobre la disponibilidad de agua para las poblaciones rurales que viven en los Andes peruanos.
La construcción de pequeños reservorios cercanos a fuentes de agua permite a las comunidades rurales tener una fuente de agua potable estable durante todo el año.
El suministro de agua se utiliza no sólo para los servicios higiénicos, sino también para la producción agrícola, fundamental para mantener la vida de la comunidad durante todo el año.
Además, las reservas de agua pueden ser utilizadas para criar trucha y carpa, aportando tanto nutrientes importantes para la dieta de la comunidad como oportunidades para la diversificación de riesgos y de ingresos.