El pasado 8 de agosto se publicó el informe sobre La Tierra y el Cambio Climático, del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que destaca que los efectos negativos en el clima están afectando la disponibilidad, el acceso, la nutrición y la estabilidad de los alimentos.
La seguridad alimentaria se verá cada vez más afectada por el cambio climático futuro a través de la disminución del rendimiento agrícola, especialmente en los trópicos, con el aumento de los precios, la reducción de la calidad de los nutrientes y las interrupciones de la cadena de suministro. Según Priyadarshi Shukla, una de las autoras del informe, el impacto será más drástico en los países de bajos recursos de África, Asia, América Latina y el Caribe.
“Algunas dietas requieren más agua y más tierra y causan más emisiones de gases que aumentan el calentamiento global. Las dietas equilibradas, basadas en cereales, legumbres, frutas y verduras y con alimentos animales producidos de manera sostenible, ofrecen oportunidades para limitar el cambio climático”, revela la experta Debra Roberts.
Además, el estudio destaca que alrededor de un tercio de la comida se pierde o se desperdicia y señalan que si se redujera, disminuirían las emisiones de gases de efecto invernadero y la inseguridad alimentaria.
Recomendaciones
Un enfoque general en sostenibilidad junto a acciones tempranas sería una buena estrategia para luchar contra el cambio climático. Esto incluye, un menor crecimiento de la población, la reducción de desigualdades, una mejor nutrición y un menor desperdicio de comida.
Si se lograra un sistema alimentario más resiliente se podría tener más tierra disponible para crear energías limpias, y al mismo tiempo proteger los bosques y los ecosistemas naturales. Sin embargo, si no se actúa pronto, será necesaria más tierra para generar energía en vez de alimentos.
Panmao Zhai, presidente de un grupo de trabajo del IPCC, explicaba que ya hay buenas prácticas, pero hay que aumentarlas y ponerlas en práctica donde no se están aplicando: “es necesario hacer un uso sostenible de la tierra, reducir el consumo excesivo y el desperdicio de comida, evitar que los bosques sean quemados, prevenir el cultivo excesivo de madera para combustible y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”.
El informe fue preparado por 107 expertos de 52 países, y se trata del primero en que la mayoría de los científicos son de países en desarrollo y hay una participación de un 40% de mujeres.
El documento será un aporte científico clave en las próximas negociaciones sobre el clima y el medio ambiente, como la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (COP14) en Nueva Delhi, India, en septiembre y la Conferencia Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP25) en Santiago, Chile, en diciembre.