Este informe muestra la importancia de construir resiliencia frente al cambio climático como un elemento crítico para acabar con la pobreza extrema y crear prosperidad compartida.
Este informe se abre a los debates internacionales relacionados con la magnitud de las pérdidas y los daños causados por el cambio climático y pide a la comunidad internacional del desarrollo trabajar en todas las disciplinas y sectores para aumentar la resiliencia a largo plazo, reducir el riesgo y evitar la escalada de los costes en el futuro.
El documento hace especial énfasis en la necesidad de construir y capacitar a las instituciones para que puedan responder con el esfuerzo sostenido necesario para desarrollar resiliencia frente al cambio climático y a las catástrofes, poniendo de relieve las mejores prácticas y mostrando cómo los instrumentos financieros y programas de intervención, junto con la experiencia de preparación frente a desastres desarrollada durante décadas, están ayudando ya a los países a prepararse de cara a un mundo más cambiante.