El año 2024 quedará grabado en los anales del clima europeo como un año de contrastes dramáticos, récords alarmantes y señales cada vez más visibles de un planeta en transformación. Según el informe sobre el Estado del Clima Europeo (ESOTC 2024), publicado por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Europa experimentó su año más cálido desde que existen registros. No solo fue una cuestión de temperaturas sofocantes: el año estuvo marcado por devastadoras inundaciones, pérdida de glaciares sin precedentes, olas de calor extremas y una brecha climática inquietante entre el este y el oeste del continente.
Un continente al rojo vivo
Europa es actualmente el continente que más rápidamente se calienta. Durante 2024, se batieron récords de temperatura en casi la mitad del territorio, especialmente en las regiones central, oriental y suroriental. El sureste de Europa vivió la ola de calor más prolongada jamás registrada, con 13 días consecutivos de temperaturas extremas. Más de la mitad del continente soportó numerosos días con al menos “fuerte estrés térmico”, un índice que mide el impacto del calor sobre el cuerpo humano, considerando factores como la humedad y el viento. Por si fuera poco, se contabilizaron 12 “noches tropicales” de media en el año —donde la temperatura no desciende de los 20 ºC—, un fenómeno especialmente preocupante por sus efectos en la salud.
En palabras de Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus: “El año 2024 fue el más cálido registrado en Europa. Observamos la ola de calor más larga en el sureste de Europa y una pérdida récord de masa en los glaciares en Escandinavia y Svalbard”.
Anomalías y extremos en la temperatura anual del aire en superficie en 2024. (Izquierda). Anomalías y extremos en la precipitación anual en 2024.(Derecha). Datos: ERA5. Crédito: C3S
Si en el este reinaba la sequía y el calor abrasador, el oeste del continente fue víctima de lluvias persistentes y desbordamientos fluviales. De hecho, casi un tercio de la red fluvial europea superó el umbral de “inundación alta” y el 12% alcanzó niveles “graves”. Fue el año con más inundaciones generalizadas desde 2013.
ESOTC 2024/WMO,C3S.
Las cifras son escalofriantes: al menos 335 personas murieron por fenómenos relacionados con tormentas e inundaciones, y más de 413.000 resultaron afectadas. Las borrascas, cada vez más intensas, arrasaron regiones enteras. Una de las más destructivas, la borrasca Boris, azotó en septiembre países como Alemania, Polonia, Austria, Hungría y Rumanía, dejando un saldo de devastación. En España, la provincia de Valencia fue escenario de lluvias extremas a finales de octubre que causaron pérdidas humanas y materiales significativas.
La gran fractura climática: Este árido, Oeste anegado
Uno de los hallazgos más notables del informe es el contraste climático entre el este y el oeste del continente. Mientras que el este padeció una sequía extrema con altos niveles de insolación y temperaturas récord, el oeste se mantuvo más nublado, húmedo y relativamente menos cálido. Esta polarización se reflejó en casi todos los indicadores meteorológicos: radiación solar, caudales fluviales, humedad del suelo e incluso el potencial de producción energética renovable.
El mapa de anomalías climáticas no deja lugar a dudas: Europa está viviendo fenómenos extremos y simultáneamente opuestos, que evidencian la complejidad del cambio climático en acción.
Los glaciares, en retirada
El retroceso de los glaciares europeos en 2024 fue catastrófico. El informe destaca que todas las regiones glaciares del continente perdieron masa de hielo. Los glaciares de Escandinavia y Svalbard sufrieron las mayores pérdidas desde que se tienen registros, con reducciones de 1,8 y 2,7 metros de espesor respectivamente. En un año que las Naciones Unidas han declarado como el “Año Internacional de la Conservación de los Glaciares”, estos datos representan una llamada de atención urgente.
ESOTC 2024/WMO,C3S.
Además, fue el tercer año más cálido en el Ártico y el cuarto más cálido en las zonas terrestres del Ártico. Svalbard, en particular, ha registrado tres veranos consecutivos con temperaturas récord, consolidándose como uno de los lugares de la Tierra que más rápido se está calentando.
La energía renovable alcanza cifras históricas
En un pequeño rayo de esperanza, el informe también señala avances notables en la transición energética. En 2024, Europa alcanzó su récord de generación eléctrica con fuentes renovables: el 45% de la electricidad procedió de energía solar, eólica e hidráulica. Este crecimiento es parte de un impulso generalizado por descarbonizar el sistema energético y adaptarse al nuevo escenario climático. Desde 2019, el número de países europeos donde las renovables superan a los combustibles fósiles se ha casi duplicado, pasando de 12 a 20.
Sin embargo, incluso este logro viene con su paradoja: la producción renovable depende en gran medida del clima, y el mismo contraste este-oeste observado en temperatura y precipitación se reflejó en el potencial solar del continente.
Políticas en movimiento, pero ¿suficientes?
La parte más política del ESOTC 2024 revela una creciente concienciación institucional: el 51% de las ciudades europeas cuenta ya con planes específicos de adaptación al cambio climático, frente al 26% en 2018. Aun así, el informe deja claro que estos avances, aunque significativos, no bastan. Las condiciones meteorológicas extremas están desafiando la resiliencia de las infraestructuras, servicios urbanos y salud pública.
ESOTC 2024/WMO,C3S.
Florence Rabier, directora del CEPMPM, alertó: “El estrés térmico sigue aumentando, y este informe destaca la importancia de reforzar la resiliencia. Nuestra información científica debe servir para mejorar la toma de decisiones”.
La cuenta atrás climática
Desde hace décadas, la comunidad científica ha advertido que cada fracción de grado importa. Celeste Saulo, secretaria general de la OMM, lo resumió de forma tajante: “Europa es el continente que más rápido se está calentando. Cada fracción de grado acentúa los riesgos para nuestras vidas, economías y planeta. Necesitamos actuar juntos, más lejos y más deprisa”.
El informe 2024 del Estado del Clima en Europa no solo ofrece cifras y gráficas, sino que plantea un relato claro y contundente: la crisis climática ya está aquí. Y si bien se avanza en algunos frentes, la magnitud del desafío exige respuestas más ambiciosas, inmediatas y coordinadas.
En un año en el que el clima impuso su ley con una mezcla de fuego, agua y hielo derretido, el mensaje del ESOTC 2024 es claro: el tiempo de las advertencias ha pasado. Ahora es el momento de actuar.