Un nuevo resumen de políticas de ONU Agua argumenta que existen importantes beneficios colaterales en gestionar el clima y el agua de una manera más coordinada y sostenible.
“La forma en que gestionamos los recursos hídricos puede ayudarnos a abordar el cambio climático de dos maneras", señaló el Sr. Gilbert F. Houngbo, Presidente de ONU-Agua y Presidente del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA): "Primero, coordinando entre sectores puede reducir los impactos de las inundaciones y las sequías, adaptarse al aumento esperado de la imprevisibilidad y garantizar que las comunidades y las empresas tengan el agua que necesitan para prosperar. Y segundo, podemos reducir las emisiones nocivas haciendo que el suministro de agua sea más sostenible".
En este nuevo resumen de políticas, desarrollado por un grupo de expertos, ONU-Agua destaca que el cambio climático aumenta la variabilidad en el ciclo del agua y hace que los fenómenos meteorológicos extremos sean más frecuentes, lo que amenaza el acceso de miles de millones de personas a los servicios de agua y saneamiento y ejerce una gran presión sobre los ecosistemas. Al mismo tiempo, la creciente demanda de agua está llevando a un aumento en el bombeo, el tratamiento y el transporte intensivos en energía, lo que aumenta las emisiones de carbono y exacerba el cambio climático.
La incertidumbre sobre el futuro no puede ser una excusa para la inacción hoy
La política y planificación nacional y regional deben ver la gestión del agua a través de una lente de resiliencia climática. Se necesita una mayor inversión para mejorar los datos hidrológicos, las instituciones y la gobernanza, el desarrollo de la educación y la capacidad, la evaluación de riesgos y el intercambio de conocimientos. Crucialmente, las poblaciones de bajos ingresos, que se ven desproporcionadamente afectadas por el cambio climático, deben ser alcanzadas a través de estrategias específicas que les ayuden a hacer frente a las nuevas condiciones.
Así, las autoridades internacionales de cuenca fluviales, así como muchos países, ya están implementando soluciones que satisfacen los desafíos integrados del agua y el clima, pero aún queda mucho por hacer. Limitar el calentamiento global a 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales, en comparación con 2 grados, puede tener enormes implicaciones en los recursos hídricos, ya que puede reducir la proporción de la población mundial expuesta a un aumento del estrés hídrico por el cambio climático en hasta 50 %.
"La incertidumbre sobre el futuro no puede ser una excusa para la inacción hoy", expuso el Sr. Houngbo. “No podemos permitirnos esperar para hacer que la gestión del agua sea más resistente al clima y sostenible. Tenemos las herramientas, métodos y mecanismos de financiación a nuestra disposición. Debemos actuar ahora”.
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