Las inundaciones son uno de los fenómenos que más pérdidas materiales y humanas provocan. Las lluvias torrenciales, el desbordamiento de ríos, las subidas de mareas o los fenómenos meteorológicos como huracanes o maremotos potencian su impacto. Además, los efectos del cambio climático provocarán cambios notables en los flujos de lluvia, lo que podría derivar en unas inundaciones mucho más frecuentes y torrenciales.
En iAgua queremos conocer más sobre este fenómeno y cómo se gestiona en los diferentes escenarios urbanos, y por ello hemos contactado con expertos para que nos den su visión al respecto. Hoy hablamos con José Miguel Viñas, Meteorólogo de Meteored y consultor de la OMM.
Pregunta: ¿Cómo describiría la situación global que enfrentamos en el ámbito de las inundaciones?
Respuesta: A escala global, decenas de millones de personas están en una situación de alta vulnerabilidad a las inundaciones costeras, tanto por el impacto de los fuertes temporales asociados a borrascas profundas y ciclones tropicales, como a la inexorable subida del nivel del mar. Esa vulnerabilidad aumentará, previsiblemente, en las próximas décadas, por el aumento en la frecuencia e intensidad de esos fenómenos extremos, así como por la presión demográfica, ya que aumentará el número de personas que vivirán en zonas de riesgo, tanto en zonas costeras como fluviales.
P.- ¿Qué desafíos considera que enfrentan actualmente las grandes ciudades en relación a las inundaciones?
R.- Hay que tratar de sortear los impactos de las inundaciones, para lo cual hay que apostar todavía mucho más por las medidas de adaptación, mitigación y resiliencia. Los planes de ordenación de territorio y la planificación urbana deben de revisarse, evitando seguir cometiendo errores a la hora de construir viviendas e infraestructuras en lugares inadecuados. Por otro lado, habría que tratar de ir abandonando –de forma progresiva– las zonas urbanas ubicadas en zonas de alto riesgo.
Hay que apostar todavía mucho más por las medidas de adaptación, mitigación y resiliencia
P.- La magnitud y la potencia de las inundaciones parece estar aumentando en los últimos años, ¿cuál es el papel del cambio climático en este fenómeno?
R.- El cambio climático no es el único responsable de esa aparente mayor magnitud y potencial destructivo que tienen últimamente las inundaciones. Parte de lo que estamos observando es debido a la ocupación inadecuada del territorio. La urbanización de las costas es, posiblemente, el mejor ejemplo de cómo no se deberían de haber hecho las cosas. Estamos pagando las consecuencias de una mala planificación urbana, a lo que hay que sumar el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos. Hay muchos datos objetivos que certifican que los extremos climáticos están aumentando.
P.- La intervención humana en la naturaleza también tiene sus consecuencias negativas, ¿existe una relación entre la evolución urbanística y el incremento de las inundaciones?
R.- Sin duda, de ahí que sea simplista y sesgado, vincular solo el cambio climático a la sesión continua de desastres ligados a inundaciones catastróficas y a otros fenómenos hidrometeorológicos extremos que nos ofrecen, casi cada día los medios de comunicación. En la respuesta a la anterior pregunta lo explicaba. Pensando en el caso hipotético de que la expansión de nuestra especie hubiera estado caracterizada por una urbanización perfecta, que tuviera en cuenta todos los posibles riesgos naturales, evitando crear asentamientos humanos en lugares inapropiados, sería inevitable sufrir cada cierto tiempo inundaciones catastróficas, de gran magnitud. También se podría constatar que ahora –por el cambio climático– la frecuencia de esos episodios habría aumentado, así como su magnitud.
El cambio climático no es el único responsable de esa aparente mayor magnitud y potencial destructivo que tienen últimamente las inundaciones
P.- A menudo la prevención suele ser clave para evitar daños humanos y estructurales, ¿cómo puede prepararse España para una respuesta correcta ante una catástrofe natural de inundaciones?
R.- Aprendiendo de los errores y tratando de evitar que se repitan. En lugares que inevitablemente son vulnerables a sufrir cada cierto tiempo el riesgo de inundación, las medidas de prevención pasan por conseguir que la población que viva allí esté en estado de guardia y sepa cómo actuar cuando se produzca una situación crítica. Tendríamos que conseguir algo parecido a lo que se ha hecho en países donde la actividad sísmica es elevada. La gente allí sabe cómo actuar y eso ayuda muchísimo a la hora de gestionar el desastre, minimizando la magnitud del mismo.
P.- Los planes de gestión del riesgo de inundación (PGRIs) son una herramienta básica para la disminución de los daños que producen las inundaciones. ¿En qué sentido pueden las confederaciones hidrográficas prevenir o reducir el impacto ante las inundaciones?
R.- Es fundamental que se mejore la comunicación con la ciudadanía y el acceso a la información. En este sentido, echo en falta una mayor integración entre la componente hidrológica y la meteorológica; entre las citadas confederaciones hidrográficas y la Agencia Estatal de Meteorología. Se tiene que trabajar mucho más en la emisión de avisos a la población que integren información de los dos tipos. Hoy en día el ciudadano que vive en una zona inundable recibe por canales distintos la predicción meteorológica que le habla de precipitaciones intensas y los datos de la crecida del río, que muchas veces le llegan de oídas. Esto debe mejorarse. Hay que apostar por la integración de la información.
Es fundamental que se mejore la comunicación con la ciudadanía y el acceso a la información
P.- Para acabar, ¿considera que se investiga lo suficiente en materia de inundaciones?
R.- No soy especialista en el tema, pero mi impresión es que queda todavía mucho por estudiar y aprender. En un país con una red hidrográfica extensa y compleja como el nuestro, tendrían que promoverse esos estudios, no tanto a nivel teórico e ingenieril, sino aplicados a una mejor gestión de los riesgos asociados a las inundaciones. El objetivo a conseguir debería de ser una información detallada de riesgo de cualquier lugar en el que nos encontráramos, siendo rápido y fácil el acceso a dicha información.