La Comisión Europea ha iniciado procedimientos de infracción contra Chequia y Portugal por no cumplir adecuadamente con la Directiva Marco del Agua, una normativa clave para garantizar la calidad del agua en la Unión Europea. Ambos países han sido señalados por no realizar revisiones periódicas adecuadas de los permisos relacionados con el uso del agua, lo que pone en riesgo la salud humana y el medio ambiente.
La Directiva 2000/60/CE establece que los Estados miembros deben evaluar y actualizar regularmente los permisos de extracción, vertido y almacenamiento de agua en cada distrito hidrográfico. Esta medida busca asegurar el “buen estado” de ríos, lagos y demás cuerpos de agua europeos mediante programas de control que deben revisarse con frecuencia suficiente para detectar desviaciones y corregirlas a tiempo.
Sin embargo, según Bruselas, las revisiones en Chequia se realizan solo cada 30 años, mientras que en Portugal podrían tardar hasta 75 años, al quedar ligadas al vencimiento del permiso inicial. Estos plazos, calificados como excesivos por la Comisión, “no cumplen con el objetivo de una revisión periódica significativa”, lo que compromete la vigilancia de impactos negativos como la contaminación difusa, vertidos puntuales o la sobreexplotación de recursos hídricos.
Ambos países han recibido cartas de emplazamiento —el primer paso formal de un proceso de infracción— y disponen de un plazo de dos meses para responder y corregir las deficiencias señaladas. De no hacerlo, la Comisión podría elevar el caso a un dictamen motivado e incluso remitirlo al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Esta actuación subraya el compromiso del Ejecutivo comunitario con el cumplimiento de las normas ambientales, especialmente en un contexto donde la gestión sostenible del agua cobra creciente relevancia ante los efectos del cambio climático y la presión sobre los recursos naturales.