Investigadores del Instituto de la Energía y el Departamento de Ingeniería Química Artie McFerrin de la Universidad de Texas A&M lideran un proyecto para reducir la cantidad de agua empleada en el proceso de extracción de gas natural, y tratar el agua residual para su posterior reutilización. Desde la década de los 2000, la fracturación hidráulica ha sido el principal proceso utilizado en Estados Unidos para la extracción de gas natural. La eficacia del proceso y el acceso a grandes reservas han supuesto un crecimiento económico considerable debido al uso de gas de esquisto para generar electricidad y la producción de sustancias químicas de valor añadido. Aunque el proceso es eficaz, requiere grandes cantidades de agua, entre 7.500 y 26.500 m3 por cada pozo. El agua residual vuelve a la superficie con contaminantes como radio, sales, metales, y productos químicos que se utilizan en el proceso. Normalmente se envía fuera para su tratamiento o se elimina mediante inyección subterránea en pozos.
El posible impacto de esta investigación en la industria y en la vida diaria es enorme. “El proyecto mejorará la calidad de vida de las comunidades adyacentes a los puntos de extracción, proporcionará una estrategia para la gestión de las aguas residuales de la fracturación hidráulica de forma rentable, y ayudará a los productores a funcionar de forma más sostenible”, según el Dr. Mahmoud El-Halwagi, profesor de la citada universidad e investigador principal del proyecto, con un presupuesto de 5,3 millones de dólares, realizado en colaboración con la Universidad de Pittsburgh, la Universidad de Texas en Austin y la empresa U.S. Clean Water Technology.
El tratamiento existente para aguas resultantes de la fracturación hidráulica es caro y raramente se utiliza. Por otra parte, las características del agua residual varían notablemente de un pozo de gas natural a otro. Sin embargo, el Dr. Joseph Sang-II Kwon, co-investigador principal, comenta que esta misma variabilidad supone una oportunidad única para utilizar sistemas modulares, que pueden funcionar en condiciones variables en cuanto a aspectos geológicos, normativa regional, proximidad y capacidad de instalaciones de tratamiento, etc.
El equipo del proyecto estudiará las características dinámicas del agua residual para desarrollar un modelo informático, evaluar las opciones convencionales de tratamiento de aguas residuales, y experimentar tecnologías modulares novedosas, para definir el enfoque más eficaz para el tratamiento del agua residual de cada pozo, teniendo en cuenta el impacto ambiental.
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