Un informe presentado a principios de abril en la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil muestra una tendencia al alza en el número de personas implicadas en disputas relacionadas con el agua y la tierra en este país, informa The Río Times.
Según el informe, preparado por la Comisión Episcopal de Servicios Pastorales, en 2018 tuvo lugar el mayor número de disputas sobre el agua desde 2002, con un incremento del 40% entre 2017 y 2018. El documento señala que más de la mitad de los conflictos tienen su raíz en proyectos mineros, en particular en relación con el desarrollo de centrales hidroeléctricas. Otras infraestructuras necesarias para la minería, como instalaciones de almacenamiento, carreteras, vías férreas y tuberías también son causa de conflictos con las comunidades que viven en las zonas afectadas.
En cuanto a las disputas sobre la tierra, los datos son también desalentadores: casi un millón de personas se vieron implicadas en este tipo de conflictos en el año 2018, un 35,6% más que en 2017. El número de familias afectadas también aumentó en un 11% frente a 2017.
En zonas rurales, el número de asesinatos relacionados con conflictos sobre la tierra disminuyó a 28 en 2018, en comparación con 71 en 2017; sin embargo, los primeros meses de 2019 muestran una tendencia al alza. Los autores del informe también manifiestan su preocupación por las familias que habitan en zonas rurales: solo en 2018, un total de 2.307 familias fueron desalojadas de sus tierras por las autoridades brasileñas.
El documento también destaca el número de trabajadores que son víctimas de envenenamiento por pesticidas, y la incidencia de esclavitud laboral. Esta última ha aumentado, con 86 casos en 2018 que afectaban a 1.564 personas, de las cuales 945 fueron rescatadas.
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