Día Mundial del Retrete 2022: las aguas subterráneas invisibles

Los sistemas de saneamiento deficientes terminan contaminando los recursos hídricos a través de los ríos, los lagos y el suelo, llegando hasta las aguas subterráneas. Sin embargo, quizás no se le da la importancia necesaria a este hecho, ya que lo que sucede bajo tierra parece invisible y, además, ocurre en comunidades pobres y marginadas. Pero cuando este problema afecta a tantos millones de personas en el mundo, debemos hacer un esfuerzo por hacer que este recurso invisible se convierta en visible.

Precisamente este tema, la contaminación de las aguas subterráneas, es tan importante que la ONU ha decidido darle la repercusión que se merece estableciendo “Aguas subterráneas y saneamiento” como el tema del que tratará el Día Mundial del Retrete 2022. El título de la campaña de este año, “Hacer visible el recurso invisible”, deja clara la necesidad de ir más allá de nuestros retretes y mirar un poco más abajo, de apostar por un saneamiento correcto desde nuestros suelos.

Los sistemas de saneamiento deficientes terminan contaminando los recursos hídricos a través de los ríos, los lagos y el suelo, llegando hasta las aguas subterráneas

Estos “retretes seguros”, o lo que es lo mismo, este saneamiento gestionado de forma segura, solo se da en hogares que no comparten retretes, que elimina los excrementos de forma segura, que no contamina el agua y que está conectado a una planta de alcantarillado y de tratamiento de aguas residuales.

Por desgracia, la cifra de hogares que poseen saneamiento seguro es muy inferior a lo que debería ser: un 46,7% de la población no tienen acceso a un retrete seguro. Además, casi 500 millones de personas realizan sus necesidades al aire libre.

Así, es por la necesidad de lograr un acceso a saneamiento seguro para todos, en cualquier parte del mundo, que aún se hace vital conmemorar cada 19 de noviembre el Día Mundial del Retrete.

¿Qué son las aguas subterráneas?

Las aguas subterráneas se encuentran bajo tierra, en los acuíferos, y corresponden a formaciones geológicas de rocas, arenas y gravas que contienen agua. Estas aguas subterráneas representan la fuente más abundante de agua dulce en todo el mundo, ya que además de abastecer a los sistemas de agua potable y de saneamiento, contribuyen a los procesos industriales, al funcionamiento adecuado de los ecosistemas y a la producción de alimentos.

Un saneamiento gestionado de forma segura, y en una ubicación correcta, protege a las personas de los agentes patógenos que pueden estar presentes en el agua, derivados de residuos fecales

Las aguas subterráneas no se enfrentan a los mismos desafíos en las zonas rurales y urbanas, ya que en las zonas urbanas las fosas sépticas pueden estar situadas cerca de puntos de agua, que se abastecen de acuíferos que se encuentran a poca profundidad. Esto puede entrañar un riesgo grave, ya que los hace especialmente vulnerables a la contaminación procedente del suelo y de las aguas superficiales. En las zonas rurales, donde hay menos densidad de población, a pesar de que enfrentan otras dificultades, es más fácil ubicar las fosas sépticas a una distancia segura de los puntos de suministro de agua.

Un saneamiento gestionado de forma segura, y en una ubicación correcta, protege a las personas de los agentes patógenos que pueden estar presentes en el agua, derivados de residuos fecales. Un sistema de saneamiento seguro y sostenible ha de recoger eficazmente los excrementos humanos en un entorno digno, seguro y accesible, y asegurarse de que los desechos sean posteriormente tratados correctamente, bien eliminando las heces o bien reutilizándolas, mediante una alcantarilla conectada a una planta de tratamiento. Además, estas heces tratadas pueden reutilizarse y ser fuente valiosa para capturar las emisiones de gases de efecto invernadero, produciendo energía y proporcionando una fuente fiable de agua y nutrientes a la agricultura.

Por si esto fuera poco, el cambio climático también añade un desafío más a la crisis de saneamiento. Las inundaciones y sequías cada vez más frecuentes, así como los cambios en la disponibilidad del agua, hacen que los sistemas de saneamiento sostenibles deban, además, ser capaces resistir los efectos del cambio climático, lo que ocasiona que las zonas de protección de las aguas subterráneas sean esenciales para garantizar que los sistemas de saneamiento, la planificación del uso del suelo y la extracción de agua no repercutan negativamente en la calidad y la cantidad de los recursos hídricos subterráneos.

Recuperar las aguas subterráneas que han sufrido una contaminación es un proceso largo y difícil, por eso es necesario actuar antes de tiempo, prever los efectos de la contaminación hídrica y proteger y utilizar de forma sostenible las aguas subterráneas para satisfacer las necesidades de una población creciente.

La necesidad de una gobernanza en común

La importancia que tienen las aguas subterráneas para el ecosistema mundial debe reflejarse manera obligatoria en la toma de decisiones. Las políticas globales, y también las nacionales, han de ser capaces de crear ámbitos de gobernanza que fomenten la información y las prácticas sostenibles para reforzar el vínculo entre aguas subterráneas y saneamiento.

La importancia que tienen las aguas subterráneas para el ecosistema mundial debe reflejarse manera obligatoria en la toma de decisiones

La cooperación entre diferentes organismos se hace así esencial, ya que según los últimos datos, los gobiernos deben trabajar, de media, cuatro veces más rápido para cumplir la promesa de la meta 6.2 de los ODS en los próximos ocho años. La campaña del Día Mundial del Retrete 2022 hace un llamamiento a las instancias decisorias y normativas para que agilicen los avances en materia de saneamiento y garanticen que la relación entre el saneamiento y las aguas subterráneas se refleje en la legislación y en las directrices correspondientes a todos los ámbitos administrativos, desde el internacional y nacional hasta el local.

Debemos proteger las aguas subterráneas de la contaminación y utilizarlas de forma sostenible, equilibrando las necesidades de las personas y del planeta. Solo así conseguiremos proteger nuestros ecosistemas, asegurar la viabilidad y la sostenibilidad del planeta y conseguir que todas y todos tengamos un retrete digno donde realizar nuestras necesidades.