Día de la Tierra 2025: La intersección entre la energía renovable y el sector del agua

El 22 de abril de 2025, el Día Mundial de la Tierra celebra su 55º aniversario con un llamado global a la acción bajo el lema Nuestro Poder, Nuestro Planeta. Este año, el enfoque está puesto en acelerar la transición hacia fuentes de energía renovable, con el objetivo de triplicar la generación mundial de electricidad limpia para el año 2030. A medida que el mundo enfrenta la urgencia del cambio climático, la intersección entre la energía renovable y el sector del agua se ha convertido en un área de atención cada vez más crucial.
Las Naciones Unidas han reconocido el Día de la Tierra como una oportunidad para reafirmar la importancia de proteger los ecosistemas del planeta, fundamentales para sostener la vida en la Tierra. El cambio climático, la deforestación, el cambio en el uso del suelo y la pérdida de biodiversidad continúan acelerando la degradación ambiental, lo que hace que el llamado del Día de la Tierra a adoptar prácticas sostenibles sea más pertinente que nunca. La necesidad de una revolución energética limpia, especialmente en sectores que consumen grandes cantidades de energía, como el tratamiento y la desalinización del agua, es cada vez más evidente.
La intersección entre la energía renovable y el sector del agua se ha convertido en un área de atención cada vez más crucial
El agua y la energía están intrínsecamente conectadas. La producción, tratamiento y distribución del agua requieren cantidades considerables de energía. A su vez, los recursos hídricos son cada vez más utilizados para la producción de energía, especialmente a través de la energía hidroeléctrica. A medida que los países giran hacia fuentes de energía renovable, el papel dual del sector del agua, como consumidor y productor de energía, subraya la necesidad crítica de soluciones integradas para garantizar un futuro sostenible.
Desalinización impulsada por energías renovables
La desalinización se ha convertido en una solución vital para muchas regiones que enfrentan una grave escasez de agua. A medida que los recursos hídricos globales se ven cada vez más presionados, la desalinización ofrece un salvavidas esencial, especialmente en zonas áridas donde el agua dulce es escasa. Sin embargo, la desalinización también es altamente intensiva en energía, con el consumo eléctrico representando hasta el 60 % de los costos operativos. La dependencia tradicional de combustibles fósiles en las operaciones de desalinización ha generado preocupación por las emisiones de gases de efecto invernadero, los costos a largo plazo y la sostenibilidad ambiental. En los últimos años, ha crecido el interés en integrar energías renovables en estos procesos para mitigar estos desafíos y mejorar el desempeño ambiental de la producción de agua.

Fuentes de energía renovable como la solar térmica, la fotovoltaica, la eólica, la geotérmica y la energía de las olas son versátiles y pueden aprovecharse eficazmente para alimentar tecnologías de desalinización. Un estudio reciente titulado La importancia de la energía renovable en un mundo con escasez de agua: un estudio de caso de Jordania destaca cómo la energía renovable puede beneficiar significativamente a los sistemas de desalinización, especialmente en regiones con abundantes recursos renovables. Tecnologías como la ósmosis inversa, la electrodiálisis y la compresión mecánica de vapor pueden optimizarse mediante el uso de energía renovable, reduciendo el impacto ambiental al tiempo que se mejora la rentabilidad.
Las energías renovables como la solar, eólica, geotérmica y de las olas pueden alimentar eficazmente tecnologías de desalinización
Entre las diversas opciones de energía renovable, la solar destaca como un recurso particularmente prometedor para la desalinización, especialmente en regiones que reciben altos niveles de radiación solar. Las células fotovoltaicas y los colectores solares térmicos convierten la luz solar en electricidad o calor, que luego puede utilizarse para alimentar los procesos de desalinización. Esto es especialmente beneficioso en áreas como el Medio Oriente, el norte de África y partes de Australia, donde la energía solar es abundante. Al aprovechar este recurso, las plantas desalinizadoras pueden operar con emisiones mínimas de carbono, proporcionando una solución sostenible a la escasez de agua y reduciendo los costos operativos. Actualmente, existen proyectos de desalinización solar en marcha en todo el mundo, que ofrecen una alternativa más limpia y asequible a los métodos convencionales intensivos en energía.
No obstante, a pesar de las claras ventajas ambientales y operativas, persisten desafíos en la adopción generalizada de la energía renovable en la desalinización. Uno de los principales obstáculos es el alto costo inicial de los sistemas alimentados por energías renovables, que los hace menos competitivos económicamente frente a las alternativas basadas en combustibles fósiles. La inversión de capital requerida para tecnologías solares y otras fuentes renovables suele representar una barrera, particularmente en países en desarrollo o con recursos financieros limitados. Sin embargo, el estudio señala que los avances tecnológicos continuos y la reducción de costos, junto con inversiones estratégicas e investigaciones a largo plazo, probablemente harán que estos sistemas sean más viables y competitivos en el futuro.

Integrar energía renovable en sistemas de desalinización, especialmente en regiones con escasos recursos hídricos, requiere planificación cuidadosa y optimización. Un enfoque eficaz es el uso de microrredes, que permiten una integración fluida de las energías renovables con los Sistemas de Suministro de Agua (WSS, por sus siglas en inglés). Las microrredes ayudan a gestionar las fluctuaciones de energía y mejoran la fiabilidad del suministro para plantas desalinizadoras, que a menudo enfrentan desafíos derivados de la intermitencia de la generación renovable. Estos sistemas también facilitan una mejor coordinación entre la infraestructura energética e hídrica, lo que permite una operación más confiable y eficiente.
Incorporar energía solar y eólica en sistemas de desalinización ofrece además ventajas clave más allá del costo
Incorporar energía solar y eólica en sistemas de desalinización ofrece además ventajas clave más allá del costo. Estas fuentes de energía no requieren insumos de agua, a diferencia de las plantas tradicionales de carbón o nucleares, que utilizan grandes volúmenes de agua para su funcionamiento. Esta independencia del agua es especialmente importante en regiones con escasez hídrica, donde reducir la dependencia de fuentes energéticas intensivas en agua puede mejorar significativamente la resiliencia y adaptabilidad de los sistemas de suministro. Al diversificar la matriz energética y reducir la dependencia de tecnologías demandantes de agua, la energía renovable refuerza la sostenibilidad de los proyectos de desalinización.
En definitiva, la integración de energías renovables en la desalinización representa una solución prometedora frente al doble desafío del suministro de agua y la demanda energética. A medida que el mundo enfrenta crecientes problemas de escasez hídrica, particularmente en regiones afectadas por el cambio climático, los sistemas de desalinización alimentados por energía renovable pueden ofrecer una alternativa más sostenible, rentable y ecológica. Con avances tecnológicos continuos, inversiones estratégicas y una planificación adecuada, la energía renovable puede desempeñar un papel central en garantizar el acceso al agua en las generaciones futuras, al tiempo que se mitigan los efectos del cambio climático.

Una solución energética con el agua en el centro
La energía hidroeléctrica es una de las formas más antiguas y consolidadas de energía renovable. Genera electricidad aprovechando la energía cinética del agua en movimiento para accionar turbinas. A nivel global, la hidroeléctrica representa una porción sustancial de la energía renovable. En Brasil, por ejemplo, cerca del 68 % de la electricidad del país proviene de fuentes hidroeléctricas.
Si bien los grandes proyectos hidroeléctricos han sido objeto de críticas por sus impactos sociales y ambientales, los sistemas de pequeña escala y microhidroeléctricos están ganando atención como alternativas más sostenibles. Estos sistemas permiten aprovechar la energía del agua de manera menos invasiva, siendo especialmente adecuados para comunidades remotas o regiones sin acceso a redes eléctricas convencionales.
La energía hidroeléctrica también aporta estabilidad a la red eléctrica y funciones de almacenamiento, particularmente en regiones con fuentes renovables variables como la solar y la eólica. Las plantas hidroeléctricas pueden actuar como sistemas similares a baterías, almacenando energía durante periodos de alta generación y liberándola cuando la demanda es mayor, lo que mejora la fiabilidad general del sistema energético.
Un futuro sostenible para el agua y la energía
La creciente demanda de agua limpia, combinada con la necesidad urgente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, coloca al sector del agua en una posición estratégica dentro de la transición energética global. A medida que los países se esfuerzan por cumplir con los objetivos de generación renovable establecidos por la ONU para 2030, la energía hidroeléctrica y la integración de energías renovables en el tratamiento y la desalinización del agua serán claves para construir un futuro sostenible y bajo en carbono.

El Día de la Tierra 2025 hace un llamado colectivo para aprovechar el poder de las energías renovables por la salud del planeta
Los beneficios de esta transición van más allá del medio ambiente. La energía renovable en el sector hídrico también puede impulsar el crecimiento económico al crear empleos y reducir los costos en salud pública asociados con la contaminación. La expansión de la energía solar, eólica e hidroeléctrica generará nuevas industrias y oportunidades laborales, especialmente en regiones que invierten en infraestructura energética limpia.
El Día de la Tierra 2025 hace un llamado colectivo para aprovechar el poder de las energías renovables por la salud del planeta. El sector del agua desempeña un papel crítico en esta transición. Al adoptar fuentes renovables como la solar, la eólica y la hidroeléctrica, la industria del agua puede reducir su huella ambiental, mejorar su eficiencia y garantizar un acceso equitativo al agua limpia para todos. Este enfoque interconectado de gestión del agua y la energía es esencial para construir un futuro más sostenible y resiliente.
La necesidad de actuar es urgente. Al conmemorar el Día Mundial de la Tierra, el mensaje es claro: es momento de acelerar la adopción de energía renovable, no solo para reducir las emisiones de carbono, sino para asegurar que el agua—uno de nuestros recursos más preciados—permanezca accesible, segura y sostenible para las generaciones venideras.