En 2018, Ciudad del Cabo, la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica, estuvo muy cerca de quedarse sin agua cuando la sequía de varios años agotó sus embalses. Desde entonces, investigadores de la Universidad de Stanford determinaron que el cambio climático había hecho que esta sequía extrema fuera entre cinco y seis veces más probable, y advirtieron que en el futuro podrían producirse muchos más eventos del Día Cero en regiones con climas similares.
Una mejor comprensión de las tendencias probables de la temperatura del aire en superficie y de las precipitaciones en Sudáfrica y en otras zonas secas y pobladas del mundo en las próximas décadas, podría facultar a los responsables de la toma de decisiones para aplicar medidas de mitigación y adaptación al clima basadas en la ciencia y diseñadas para reducir el riesgo de futuros eventos del Día Cero.
Para ello, los investigadores del Programa Conjunto sobre Ciencia y Política del Cambio Global del MIT, el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias y el CGIAR, han elaborado modelos de proyección de los cambios del siglo XXI en la temperatura estacional del aire y las precipitaciones en Sudáfrica que tienen en cuenta de forma sistemática y exhaustiva las incertidumbres sobre el comportamiento y la evolución conjunta de la Tierra y los sistemas socioeconómicos. Estas proyecciones, que se presentan en un estudio publicado en la revista Climatic Change, muestran cómo es probable que cambien la temperatura y las precipitaciones en tres regiones subnacionales -el oeste, el centro y el este de Sudáfrica- bajo una amplia gama de escenarios de políticas globales de mitigación del clima.
En 2018, Ciudad del Cabo, la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica, estuvo muy cerca de quedarse sin agua cuando la sequía de varios años agotó sus embalses
En un escenario de política climática global sin cambios, en el que no se fijan ni se cumplen objetivos climáticos o de emisiones, las proyecciones muestran que, en las tres regiones, hay más de un 50% de probabilidades de que las temperaturas de mediados de siglo se tripliquen respecto al rango de variabilidad del clima actual. Pero el riesgo de estos aumentos de temperatura a mediados de siglo se elimina de forma efectiva mediante objetivos climáticos más agresivos.
Las proyecciones de la situación actual indican que el riesgo de disminución de los niveles de precipitación en el oeste y centro de Sudáfrica es de tres a cuatro veces mayor que el riesgo de aumento de los niveles de precipitación. Con una política global de mitigación del clima diseñada para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados en 2100, el riesgo de cambios en las precipitaciones dentro de Sudáfrica hacia finales de siglo (2065-74) es similar al riesgo durante la década de 2030 en el escenario sin cambios.
Las proyecciones de la situación actual indican que el riesgo de disminución de los niveles de precipitación en el oeste y centro de Sudáfrica es de tres a cuatro veces mayor que el riesgo de aumento de los niveles de precipitación
El riesgo creciente de que los niveles de precipitación se reduzcan sustancialmente a lo largo de este siglo en un escenario sin cambios sugiere una mayor dependencia y tensión en las medidas generalizadas de eficiencia hídrica establecidas tras la sequía del Día Cero. Pero una política global de mitigación del clima de 1,5 C retrasaría estos riesgos en 30 años, lo que daría a Sudáfrica un amplio margen de tiempo para prepararse y adaptarse a ellos.
“Nuestro análisis aporta pruebas basadas en el riesgo sobre los beneficios de las políticas de mitigación del clima, así como sobre los impactos climáticos inevitables a los que habrá que hacer frente con medidas de adaptación”, afirma el subdirector del Programa Conjunto del MIT, C. Adam Schlosser, autor principal del estudio. “La acción global para limitar el calentamiento inducido por el hombre podría dar a Sudáfrica el tiempo suficiente para asegurar el suministro de agua suficiente para mantener a su población. De lo contrario, los cambios climáticos previstos para mediados de la próxima década podrían hacer más comunes las situaciones de Día Cero”.