Una nueva investigación dirigida por la profesora adjunta de la Universidad de Nevada, Reno, Joanna Blaszczak. La hipoxia consiste en niveles bajos de oxígeno en las aguas superficiales que pueden ser perjudiciales para las especies acuáticas y, en algunos casos, aumentar la producción de gases de efecto invernadero en ríos.
La investigación, publicada recientemente en la revista Limnology and Oceanography Letters, recopila más de 118 millones de datos de oxígeno disuelto y temperatura procedentes de más de 125.000 ubicaciones en ríos de seis continentes y 93 países y que abarcan más de 100 años, de 1900 a 2018. Se detectó hipoxia, definida en este estudio como concentraciones de oxígeno disuelto por debajo de 2 miligramos por litro, en ríos y arroyos de 53 países; en un 12,6 % de todas las ubicaciones se obtuvo al menos una medición hipóxica.
"La hipoxia en aguas costeras y lagos se considera un problema medioambiental, pero hasta ahora carecíamos de un conocimiento comparable sobre la hipoxia en ríos", sostiene Blaszczak, de la Facultad de Agricultura, Biotecnología y Recursos Naturales de la Universidad.
La investigadora afirma que los avances en la medición de la hipoxia en los últimos 15 años, gracias a sensores de oxígeno disuelto que permiten un seguimiento constante, por ejemplo, cada hora, han proporcionado a los investigadores las herramientas necesarias para estudiar mejor la presencia de hipoxia. Anteriormente, las lecturas se realizaban manualmente con una sonda de mano o recogiendo muestras de agua, sobre todo durante el día, cuando los niveles de oxígeno son naturalmente más altos, debido a la fotosíntesis que se produce durante las horas diurnas.
"La hipoxia en aguas costeras y lagos se considera un problema medioambiental, pero hasta ahora carecíamos de un conocimiento comparable sobre la hipoxia en ríos"
Blaszczak explica que es mucho más probable que se produzcan condiciones de hipoxia en las primeras horas de la mañana, tras la falta de fotosíntesis durante toda la noche, y la nueva tecnología permite captar esos datos. De hecho, la investigación mostró una diferencia drástica en los resultados entre el uso de los métodos más antiguos y la tecnología más nueva, debido a las horas del día en que se toman las mediciones. "Descubrimos que si solo tomáramos muestras durante el día todos los días, entre las 8 de la mañana y las 5 de la tarde, se detectaría un número menor de ubicaciones con hipoxia en los ríos, aproximadamente un 25 % menos".
Los datos mostraron que la hipoxia era más frecuente en ríos más pequeños, de aguas más cálidas y más tranquilas, sin turbulencias. Según Blaszczak, la investigación detectó dichas condiciones con mayor frecuencia en ríos que drenan humedales, así como en ríos que drenan zonas urbanas, donde la acción humana ha creado condiciones de hipoxia.
Los datos mostraron que la hipoxia era más frecuente en ríos más pequeños, de aguas más cálidas y más tranquilas, sin turbulencias
Colocar sensores para hacer un seguimiento de la calidad del agua, con mediciones que incluyen la cantidad de oxígeno disuelto, permitiría tomar medidas para paliar en el problema, por ejemplo, modificando el caudal. La duración de las condiciones de hipoxia también influye en las consecuencias que puede tener. "Los peces tienen, en algunos casos, estrategias de evitación. Por ejemplo, si solo dura un par de horas, pueden intentar mantenerse cerca de la superficie", explica la investigadora. Además del daño que la hipoxia puede causar a los organismos acuáticos, también puede aumentar la producción de los gases de efecto invernadero, metano y óxido nitroso.
Por otra parte, y como dato positivo, al observar los datos de 1950 a 2018, la investigación mostró que, a nivel mundial, no parece haber un aumento general de las condiciones hipóxicas en los ríos. Sin embargo, en ciertos lugares, sí que hay aumentos, y en algunos la hipoxia es muy frecuente. Los investigadores destacan Florida en este sentido, mientras que la mayor parte de EE. UU. estaría en un nivel intermedio en cuanto a ocurrencia de condiciones de hipoxia.