El último sitio en el que la gente esperaría encontrar agua dulce subterránea es decenas o cientos de kilómetros mar adentro. Y resulta que es ahí exactamente donde puede encontrarse, en la plataforma continental, bajo el océano.
Estas reservas de agua subterránea mar adentro podrían explotarse como agua potable para consumo, agricultura, y recuperación de petróleo, pero las investigaciones de Holly Michael y Xuan Yu, de la Universidad de Delaware, sugieren que extraer esas reservas podría tener un impacto negativo en tierra firme.
Mediante simulaciones y modelos informáticos, se ha estudiado cómo la explotación de reservas de agua dulce ubicadas mar adentro puede suponer una amenaza para los acuíferos en tierra, ya que daría lugar a una menor disponibilidad de aguas subterráneas en tierra y ocasionaría el hundimiento del terreno.
Las poblaciones costeras podrían pensar en explotar esas aguas subterráneas mar adentro, pero el uso más inmediato para esas aguas subterráneas dulces y salobres ubicadas mar adentro es para mejorar la recuperación de petróleo. El agua se inyecta en los reservorios de petróleo para mantener la presión y empujar el petróleo crudo hacia los pozos productores. La salinidad es un factor que controla la cantidad de petróleo que puede recuperarse de una zona donde se ha inyectado agua: utilizar agua de baja salinidad en lugar de agua de mar permite recuperar hasta un 14% más de petróleo.
Uno de los problemas de utilizar las reservas de aguas subterráneas ubicadas mar adentro para la producción de petróleo es que dichas reservas están conectadas con las aguas subterráneas en tierra firme. Cuando se construye una ciudad, el peso supone un aumento de presión sobre el acuífero, y se realizan estudios geotécnicos para que dicha presión no ocasione el hundimiento del terreno. La presión del agua subterránea en los poros del terreno contribuye a la rigidez del sistema. Si se extrae el agua para utilizarla, se cambia la presión subterránea con lo que se reduciría la capacidad del acuífero de mantener el peso de la ciudad.
Aparte del hundimiento del terreno, otra posible consecuencia de la explotación de aguas subterráneas mar adentro sería un aumento de la salinidad de los acuíferos en tierra firme, debido de nuevo a la conexión entre las aguas subterráneas.
El estudio pretende demostrar que la extracción de aguas subterráneas mar adentro puede tener efectos devastadores en las zonas costeras, antes de que se convierta en una práctica habitual.
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