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Moisés Canle: "La cloración es la mejor alternativa de potabilización"

  • Moisés Canle: " cloración es mejor alternativa potabilización"

Sobre la Entidad

Redacción iAgua
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La pasada semana, el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) publicó un macro estudio que analizaba por primera vez la presencia de estos compuestos químicos en el agua del grifo de 26 países de la Unión Europea. Entre sus conclusiones, se hacía hincapié en la relación entre la exposición a trihalometanos (THM) en el agua potable y la incidencia de cáncer de vejiga.

La noticia ha ido acompañada de polémica: desde el sector del agua se insiste en la seguridad del agua potable en España, así como en el estricto cumplimiento de la exigente normativa europea en este sentido.

En iAgua hemos hablado con Moisés Canle, profesor de química y física en la Universidade da Coruña y autor de uno de los hilos de Twitter que más repercusión han tenido en torno a este tema.

Pregunta - En primer lugar, nos gustaría conocer en detalle su trayectoria profesional.

Respuesta - Soy Licenciado en Química por la Universidad de Santiago de Compostela y Doctor en Química por la Universidad de A Coruña. Antes de incorporarme a la carrera académica, fui investigador en el Instituto Español de Oceanografía durante 3 años.

Mi Tesis Doctoral versó sobre la formación de subproductos de desinfección (DBP) en procesos de halogenación. En la actualidad, mis principales intereses de investigación se centran en la comprensión de procesos relacionados con la contaminación ambiental difusa y con el desarrollo de tecnologías limpias y sostenibles para la eliminación de contaminantes persistentes en potabilización y saneamiento de aguas, con vistas a un adecuado control y mejora de los procesos. Estoy interesado en la comunicación científica en general, con especial énfasis en la divulgación en relación con problemas que preocupan a la sociedad. El hilo conductor de toda mi investigación ha sido el estudio de procesos de reducción de la contaminación en aguas.

El estudio considera únicamente los siguientes factores: age, sex, educational level, smoking status, high-risk occupation, daily fluid intake, and coffee consumption, pero no refleja otros datos extraordinariamente relevantes, relacionados con la posible ingesta de cualesquiera otras sustancias que puedan tener incidencia en el cáncer de vejiga​

He sido investigador en el University College of Dublin y la University of Newcastle upon Tyne. Fui investigador Marie-Curie en el Max-Planck Institut für Strahlenchemie e investigador invitado en la Universidade de Coimbra y el Institute for Fundamental Research in Organic Chemistry, Fukuoka. Más recientemente, en el International Iberian Nanotechnology Laboratory.

He sido invited lecturer en la University of Newcastle upon Tyne, y profesor visitante en la Universitá di Padova, University of Zagreb, Instituto Politécnico de Bragança, Université Mohammed V – Rabat y Technical University of Delft.

Mantengo numerosas colaboraciones con grupos de investigación nacionales e internacionales.

Durante 6 cursos académicos fue coordinador del Máster en Química Ambiental y Fundamental de la Universidade da Coruña. He sido Vicedecano de Química y actualmente soy Decano de la Facultad de Ciencias de la UDC.

He participado en numerosos proyectos de investigación y en diversos proyectos de mejora e innovación docente. He realizado abundante labor de transferencia con empresas, en el marco de la Ley de la Ciencia.

Soy autor de casi 150 publicaciones, incluyendo artículos científicos en revistas internacionales de alto impacto, informes técnicos y documentos educativos, así como 4 libros editados y varios capítulos de libros. Soy autor de unas 300 presentaciones en congresos especializados, incluyendo conferencias plenarias e invitadas. He dirigido 9 tesis doctorales, tres de ellas en el extranjero (Brasil, Argelia, Portugal), y tengo actualmente en dirección otras 6.

P. - Recientemente se ha publicado el informe liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona sobre la relación entre el cáncer de vejiga y los trihalometanos el en el agua. ¿Qué fiabilidad diría que tiene esta información?

R. - El informe que se menciona se basa en el seguimiento rutinario, mediante cuestionarios y acceso a datos en abierto, de cuatro THMs (cloroformo, bromodiclorometano, dibromoclormetano y bromoformo) en agua de distribución. Las proyecciones realizadas no reflejan exposiciones pasadas ni futuras a THMs por parte de la población. Además, el estudio considera únicamente los siguientes factores: age, sex, educational level, smoking status, high-risk occupation, daily fluid intake, and coffee consumption, pero no refleja otros datos extraordinariamente relevantes, relacionados con la posible ingesta de cualesquiera otras sustancias que puedan tener incidencia en el cáncer de vejiga, similar o superior a los THMs. Entre dichas sustancias podrían encontrarse sustancias de consumo habitual (alimentos, suplementos de la dieta, infusiones), de abuso legales (alcohol, tabaco), de abuso ilegales (drogas), fármacos, la exposición a la contaminación urbana o industrial, etc. Tampoco se tiene en cuenta el modo mayoritario de ingesta de agua (temperatura, aireación, etc.), u otros factores.

El estudio mencionado realiza una proyección de que 6.561 casos podrían ser atribuibles a la exposición a THMs

En 2016 se informaron 135.011 casos de cáncer de vejiga en la Unión Europea, de los que la práctica totalidad correspondieron a mayores de 20 años. El estudio mencionado realiza una proyección de que 6.561 casos podrían ser atribuibles a la exposición a THMs. Aun aceptando dicha proyección, se trataría de un 4.8 % de los casos. Además, de los datos aportados se deriva que casi la mitad de los casos de cáncer de vejiga reportados se producen en 2 países de 26, a pesar de lo cual se extiende el análisis a la totalidad del conjunto sin discriminar dos grupos que parecen claramente diferenciados. Finalmente, no se especifica un margen de error.

P. - ¿Qué son los trihalometanos y cómo se forman estos compuestos en el agua?

R. - Se trata de moléculas pequeñas, constituidas por un átomo de carbono, tres átomos de halógenos y un átomo de hidrógeno. Se forman, junto con otros subproductos de desinfección (DBPs) durante los procesos de cloración del agua, en general por reacción entre el cloro y moléculas pequeñas (aminoácidos, aldehídos, cetonas), que a su vez se generan durante la descomposición por hidrólisis (reacción con agua) de la materia orgánica. Que haya materia orgánica en el agua de un río o de un lago o, incluso, en agua de manantiales subterráneos, es normal e inevitable, no es un indicio de contaminación, y su cantidad no es constante, sino que varía dependiendo de la época del año, del régimen de lluvias, del arrastre por escorrentía, etc. Las moléculas precursoras de los THMs están disueltas, incluso en los manantiales más prístinos y no es viable "retirarlas" del agua antes de la cloración. No lo es por su concentración baja y variable, y por el coste que supondría dicho proceso para un volumen de agua como el que se maneja en una planta de potabilización, incluso en una pequeña.

La cloración es un método de potabilización-desinfección, no de eliminación de contaminantes. Cuando se añade cloro gas (Cl2) al agua, se forman dos nuevas especies químicas: ácido hipocloroso (HOCl) e hipoclorito (ClO-). La relación entre las cantidades de estas dos especies depende del pH del agua. HOCl, más reactivo y también más desinfectante, predomina en pH ligeramente ácido. HOCl es capaz de penetrar la membrana celular, accediendo al interior de las células de los patógenos y causando allí daños irreversibles oxidando el ADN de los microorganismos patógenos.

De los datos aportados se deriva que casi la mitad de los casos de cáncer de vejiga reportados se producen en 2 países de 26, a pesar de lo cual se extiende el análisis a la totalidad del conjunto sin discriminar dos grupos que parecen claramente diferenciados

Hoy en día disponemos de otros métodos de potabilización (ozonización, uso de radiación UV, etc.) con un coste que podría competir con el de la cloración. Sin embargo, desde la salida de la planta potabilizadora, el agua circula por muchos kilómetros de tuberías, y tiene que seguir siendo potable y estando "libre" de patógenos cuando llega a nuestros grifos. Por ello, aunque inicialmente se use otro método, sigue aplicándose una "post-cloración" en la que se añade una cantidad residual de cloro para garantizar que el agua que bebemos es potable.

Cuanto mayor sea la carga orgánica del agua y más cloro se añada, más posibilidades hay de formación de THMs. Estas sustancias tienen presiones de vapor que implican una gran tendencia a pasar a la fase gas, por lo que a medida que el agua avanza por las tuberías y va saliendo de los conductos, la cantidad de THMs va disminuyendo. Aun así, siempre termina habiendo un equilibrio de "reparto" entre la cantidad que queda en la fase líquida y la que pasa a la fase gas, de modo que siempre tendremos una pequeña cantidad de THMs presente. Para minimizar nuestra exposición a los THMs lo ideal sería alcanzar un balance óptimo entre la cantidad de materia orgánica, el cloro añadido y el tiempo de aireación del agua antes de beberla. Es interesante tener presente que la solubilidad de los gases aumenta al disminuir la temperatura, de modo que a temperatura ambiente habrá menos THMs presentes que en agua muy fría.

P. - ¿Qué riesgos tienen los THM sobre la salud?

R. - La presencia de niveles elevados de THMs se ha asociado con la incidencia de ciertos cánceres y también con diversos problemas funcionales a nivel de órganos internos (riñones, hígo, etc.). Estos daños se producirían, fundamentalmente a partir de una determinada concentración umbral. La mayor parte de los estudios realizados no contemplan análisis multifactoriales, o no lo hacen de un modo suficientemente robusto. En todo caso, la legislación ha contemplado unos límites suficientemente bajos de THMs a fin de proteger al usuario.

Que haya materia orgánica en el agua de un río o de un lago o, incluso, en agua de manantiales subterráneos, es normal e inevitable, no es un indicio de contaminación, y su cantidad no es constante, sino que varía

P. - ¿Son los THM en el agua potable una causa directa en el cáncer de vejiga o hay otros factores que influyen?

R. - De 135.011 casos de cáncer de vejiga en la Unión Europea en 2016, el estudio estima, en base a las asociaciones, suposiciones y simplificaciones efectuadas, que 6.561 casos podrían ser atribuibles a la exposición a THMs. Se trataría de un 4.8 % de los casos, con un margen de error desconocido. Además, de los datos aportados se deriva que casi la mitad de los casos de cáncer de vejiga reportados se producen en 2 países de 26, a pesar de lo cual se extiende el análisis a la totalidad del conjunto.

En general, los cánceres se desarrollan tras procesos estocásticos y multifactoriales, por lo que no se debe considerar la presencia de THMs, ni cualquier otro factor aislado, como directamente causante de cánceres.

Se ha puesto en cuestión una técnica de potabilización que ha hecho una contribución fundamental a la salud humana y se ha generado desconfianza en la población. ¿Con qué objetivo? ¿Qué se ha conseguido con ello? ¿Habrá comprendido la ciudadanía el alcance de los datos aportados por el estudio? ¿Disponemos de otras alternativas realistas y seguras para el abastecimiento masivo de agua?

Siempre termina habiendo un equilibrio de "reparto" entre la cantidad que queda en la fase líquida y la que pasa a la fase gas, de modo que siempre tendremos una pequeña cantidad de THMs presente

P. - Según el citado estudio, en España el nivel de THM está en 29 µg/l. A pesar de que está 4 veces por debajo del límite legal, ¿cree que debería reducirse? ¿Qué medidas pueden tomar empresas distribuidoras de agua y usuarios para disminuir los trihalometanos en el agua?

R. - El resultado muestra que en España se cumple la legislación vigente. El valor establecido en la legislación responde a límites de seguridad plateados en base a unos criterios concretos, incluidos los de tipo técnico existentes en el momento en que se desarrolló la legislación. Adaptar las normas es habitual y es bueno. La optimización de procesos también es mejor hoy que hace unos cuantos años. Es posible, y tal vez deseable, adaptar la legislación en el sentido de reducir las concentraciones de THMs o de cualquier otro contaminante o DBP presente en el agua. No obstante, es preciso tener presente que, como se ha indicado anteriormente, el origen de los THMs responde a la presencia de materia orgánica, inevitable y geográficamente variable según la biodiversidad del terreno y las características climáticas y orográficas. No será sencillo establecer un límite inferior al actual sin generar problemas en ciertas zonas.

P. - ¿Cómo describiría la seguridad de beber agua del grifo en Europa, y en España en particular?

R. - El agua de grifo es, salvo episodios puntuales e inesperados de contaminación, que lógicamente pueden ocurrir, perfectamente segura en Europa y en España. Además, constituye, con toda probabilidad la alternativa mejor y más sostenible de las disponibles en la actualidad para el abastecimiento. No valoramos suficientemente el servicio que se nos presta poniendo a nuestra disposición agua potable en nuestros grifos.

Se ha puesto en cuestión una técnica de potabilización que ha hecho una contribución fundamental a la salud humana y se ha generado desconfianza en la población

P. - ¿Cómo cree que puede influir la publicación del informe en el consumo de agua del grifo por parte de los ciudadanos?

R. - Este tipo de polémicas, en muchos casos no bien fundamentadas, generan desconfianza en la población, que no tiene el conocimiento técnico necesario para decidir y que finalmente no sabe a qué carta quedarse o a quién creer.

Es fundamental trasladar a la población el mensaje de que la cloración es la mejor alternativa de potabilización de que disponemos a día de hoy. Es necesaria, es segura y resulta imprescindible. La cloración nos ha "regalado" muchos años de vida y ha reducido enormemente la incidencia de muchas enfermedades, permitiendo su práctica erradicación de nuestra sociedad. No se puede ni debe demonizar. Nuestras aguas son seguras para la bebida. El agua potabilizada que recibimos en nuestros grifos es, sin duda, la alternativa de bebida más segura y económica.

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