Con el cambio climático, las plantas del futuro consumirán más agua que en la actualidad, con lo que habrá menos agua disponible para las personas en América del Norte y Eurasia, según un estudio liderado por investigadores de Dartmouth College y publicado en Nature Geoscience. Se espera un futuro más seco, a pesar del aumento de las precipitaciones en EE. UU. y Europa.
El estudio cuestiona una suposición de la ciencia del clima según la cual en el futuro las plantas harán que el mundo sea más húmedo. Los científicos han pensado durante mucho tiempo que al aumentar la concentración de CO2 en la atmósfera, las plantas reducirían su consumo de agua, dejando más agua disponible en suelos y ríos. La razón es que al acumularse más CO2 en la atmósfera, las plantas pueden mantener el nivel de fotosíntesis mientras cierran parcialmente los poros (estomas) de las hojas. Al cerrar los estomas, disminuiría la pérdida de agua hacia la atmósfera, aumentando el agua en la tierra. Pero este nuevo estudio revela que esto solo ocurriría en los trópicos y latitudes muy altas, donde la disponibilidad de agua es alta y las demandas que compiten por ella bajas. En latitudes medias, la respuesta de las plantas al cambio climático no resultaría en más humedad en la tierra, sino menos.
La interacción entre tres efectos clave del cambio climático sobre las plantas reduciría la disponibilidad de agua a nivel regional
Según explica el autor principal Justin S Mankin, aproximadamente el 60% del flujo de agua desde la tierra hacia la atmósfera se produce a través de la transpiración de las plantas, por lo que la vegetación es un factor determinante del agua que queda en la tierra, disponible para las personas. El estudio utiliza modelos climáticos para analizar cómo se vería afectada la disponibilidad de agua por los cambios previstos en la forma de dividirse la precipitación entre plantas, ríos y suelos.
La interacción entre tres efectos clave del cambio climático sobre las plantas reduciría la disponibilidad de agua a nivel regional. En primer lugar, al aumentar el CO2 en la atmósfera, las plantas necesitan menos agua para hacer la fotosíntesis, aumentando la humedad del suelo. Pero al calentarse el planeta, el periodo de crecimiento vegetal sería más largo y con temperaturas mayores, por lo que las plantas tendrían más tiempo para crecer y consumir agua, secando la tierra. Finalmente, al aumentar las concentraciones de CO2, las plantas crecerían más, intensificándose la fotosíntesis. En algunas regiones, los dos últimos efectos superarán el primero, es decir, más vegetación consumirá más agua, durante más tiempo, secando la tierra. Como resultado, en latitudes medias, las plantas dejarán menos agua en el suelo y los ríos, incluso con el aumento de precipitación. Los resultados señalan la importancia de mejorar la representación de los ecosistemas y su respuesta al cambio climático en los modelos climáticos.
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