Tras un verano seco y caluroso, en octubre, los embalses de la isla de Jersey, dependencia de la Corona británica, se encontraban a 59% de su capacidad total cuando en el promedio de diez años, se esperaría que estuviesen a 68%.
Las lluvias han llegado a estar por debajo del promedio, y las previsiones a largo plazo predicen que la tendencia seguirá hasta finales de enero.
A finales de noviembre, las presas de Jersey estaban al 46%, cuando estaban al 71% de la misma temporada del año anterior. Por lo cual, la isla se vio obligada a poner en marcha su planta desalinizadora el pasado jueves.
Es la primera vez desde 2011 que la planta procesa la sal del agua para convertirla en agua potable. La última vez que la escasez de precipitaciones obligó a la isla a producir agua fue hace siete años.
Actualmente, la planta está produciendo 5.4 mega litros por día para ayudar a rellenar los niveles de los embalses, que ha aumentado ligeramente a 49% de capacidad.
Jersey Water suministra agua a 38.000 hogares y empresas en la isla.