En la cuarta jornada de INVESTAGUA, que se ha desarrollado durante el jueves 15 de abril, ha tenido lugar una sesión sobre la tarificación de los servicios urbanos, un elemento fundamental para una gestión eficiente desde el punto de vista social, económico y medioambiental.
Normativas como la Directiva Marco del Agua recogen la necesidad de garantizar una adecuada recuperación de costes de los servicios del agua, un reto que España está aún lejos de alcanzar si tenemos en cuenta los costes financieros, ambientales y del recurso. Así, Fernando Morcillo, presidente de AEAS, ha señalado en primer lugar las dos características principales que debe tener una buena tarificación de los servicios urbanos de agua: sostenibilidad y asequibilidad. “El agua no es un bien económico y no obedece a condiciones de mercado, debe estar por tanto regulada su administración y su gestión”, ha comentado. En este sentido, la tarifa del agua es solo una parte del coste del servicio, cuya parte viene determinada por cada municipio y CC.AA. “En España presumimos de tener un buen desarrollo tarifario con tarifas binómicas y progresivas para fomentar el consumo racional”, ha comentado. En comparación con Europa, desde 2008 estamos reduciendo la inversión: “Tenemos una consideración de repercusión de abastecimiento y saneamiento invertida a la de nuestros colegas europeos”, así, existe la necesidad de “adaptar la tarifa y de que sea el elemento básico de futuro para la autosuficiencia necesaria en los servicios”.
Respecto al déficit de contribución, Fernando Morcillo ha señalado que España se encuentra en los dos tercios de la media, “muy alejados de los grande países europeos”. Así, el “esfuerzo medio”, es decir, la relación entre el gasto abonado por el servicio y los ingresos familiares de los españoles es de las más baja de Europa (un 71%), a pesar del estrés hídrico que sufrimos. En este sentido, el presidente de AEAS ha expuesto los requerimientos de inversión anuales estimados para el ciclo urbano del agua para los próximos diez años, que son 2.200 M€ para la renovación de infraestructuras, más 300 M€ para cumplir con posibles requerimientos legales, 500 M€ para nuevas infraestructuras y 1.900 M€ para las incluidas en los programas de medidas, lo que suma un total de 4.900 M€, de los cuales 2.500 M€ corresponde al déficit y 2.400 M€ es la aportación del sector. “La tarifa contribuye a la mitad de las inversiones pero aun así nos quedamos lejos de las aplicaciones que parecen necesarias”, ha señalado. En cuanto a la asequibilidad tarifaria, a nivel general España responde adecuadamente, aunque “es necesario mejorar” con el fin de atender a la población más vulnerable.
Haciendo alusión a los múltiples beneficios de la inversión en infraestructuras del ciclo urbano del agua, entre los que se encuentran la generación de empleo, su impacto positivo en el reto demográfico o el cumplimiento de la Agenda 2030. “Debe haber una mayor, y mejor, colaboración institucional. El agua tiene que estar en la agenda política”, ha finalizado.
A continuación, Alberto del Villar, profesor y director del Máster en Hidrología y Gestión de los Recursos Hídricos de Universidad de Alcalá, que en primer lugar ha realizado un análisis de los cambios en el uso y consumo de agua urbana en los últimos años, centrada principalmente en la estructura social y productiva, en la forma de vida y hábitos de consumo y en la eficiencia técnica del equipamiento doméstico y de las industrias, lo que ha supuesto “un descenso de los consumos unitarios y una menor necesidad de captación de recursos en el futuro”. En cuanto a los cambios en los precios, Alberto ha explicado que las modificaciones en el consumo traerán cambios en las estructuras y niveles de precios para adaptarse a las nuevas circunstancias, trayendo consigo nuevos “giros” en las políticas del agua hacia planteamientos ambientales, así como un mayor peso de la cuota de servicio frente a la cuota de consumo: “Las grandes inversiones del futuro no van a ser en captación ni redes de suministro, sino en saneamiento y aguas residuales, porque van a ser la carencia y vamos a tener que transformarnos”, ha señalado.
Finalmente, Alberto del Villar ha dedicado unos minutos a hablar de las tendencias para los próximos años, entre las que identifica principalmente dos: mejor definición de los escenarios y de las previsiones de la demanda, y cambios en los sistemas de precios. “Hay que cambiar el modelo actual de gestión de infraestructuras a un modelo de sostenibilidad, y esto provocará cambios en los sistemas de precios”, lo que nos llevará al modelo de Dinamarca en el que dos tercios de los cargos de la factura corresponden al saneamiento y los impuestos ambientales. Como conclusión, Alberto ha hecho hincapié en la necesidad de “hacer cambios en las estructuras de precios”.
La sesión ha finalizado con una ronda de preguntas en la que los ponentes han reflexionado sobre el futuro de la recuperación de costes en nuestro país. “El I+D+i tiene que venir de la tarifa”, ha comentado Fernando Morcillo. “Son las tarifas las que tienen que sostener a los servicios”, ha apuntado Alberto del Villar.