El cambio climático está intensificando el ciclo mundial del agua (los flujos de agua a través de la atmósfera terrestre, la superficie y el subsuelo), lo que provoca periodos húmedos y secos más extremos, según las conclusiones publicadas esta semana en Environmental Research Letters.
Richard Allan, catedrático de Ciencias del Clima de la Universidad de Reading y autor del estudio, utilizó datos reales desde 1950 para medir las precipitaciones y la evaporación y los comparó con sofisticadas simulaciones informáticas utilizadas para predecir los cambios climáticos futuros hasta 2100.
En palabras del profesor Allan: "Si el mundo mantiene su ritmo actual de calentamiento, la diferencia entre precipitaciones y evaporación en las épocas más lluviosas y más secas del año aumentará un 20% en algunas regiones a finales de este siglo. Este contraste creciente puede acarrear graves consecuencias, como inundaciones más intensas durante los periodos húmedos y sequías de desarrollo más rápido a medida que se afianzan los periodos secos.
"Puede parecer extraño que a medida que el clima se calienta se produzcan periodos secos y húmedos más extremos, pero esto es posible porque una atmósfera más cálida es una atmósfera más sedienta: puede extraer más eficazmente la humedad del suelo en una región y verter esta agua extra en forma de fuertes precipitaciones en tormentas y monzones, aumentando el contraste meteorológico entre regiones y entre distintas épocas del año.
"A medida que nuestras emisiones de gases de efecto invernadero sigan calentando el planeta, se producirán mayores oscilaciones entre las condiciones de sequía y las de diluvio, que serán más graves con el tiempo. Este año ya hemos visto graves inundaciones en Japón, China, Corea del Sur e India, que han causado muertes, daños y cortes de electricidad.
"Sólo con una reducción rápida y masiva de las emisiones de gases de efecto invernadero podremos limitar el calentamiento y la creciente gravedad de los periodos húmedos y secos. Comprender estos cambios es vital para planificar y gestionar nuestros recursos hídricos, así como para mejorar las predicciones sobre cómo evolucionará el ciclo del agua en un mundo que se calienta."
Se sabe que las rápidas oscilaciones entre sequías e inundaciones graves son especialmente difíciles de afrontar para los países. Una investigación reciente publicada en Advances in Atmospheric Sciences por la profesora Emily Black, también de la Universidad de Reading, ha demostrado que se prevé que la frecuencia de las sequías "repentinas" se duplique con creces en muchas regiones a lo largo del siglo XXI. Este tipo de sequías de rápido desarrollo pueden dañar los cultivos y es probable que se hagan más frecuentes en partes del mundo como Sudamérica, Europa y el sur de África.
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