Andalucía enfrenta una situación de sequía de extrema gravedad, exacerbada por un contexto de cambio climático que predice eventos de esta naturaleza con mayor frecuencia y duración. La comunidad autónoma, vital para la agricultura y el turismo en España, se ve especialmente afectada, con implicaciones significativas para su economía y bienestar social: desde la agricultura, que sufre la falta de riego, hasta el abastecimiento de agua potable para el consumo humano, pasando por el impacto en la industria y el turismo.
La región lleva seis años soportando condiciones de sequía, con el año hidrológico 2022-2023 marcando uno de los períodos más secos. A principios de 2024, los embalses de Andalucía operan apenas al 21% de su capacidad, señalando una crisis hídrica sin precedentes. Provincias como Huelva, Cádiz, y Málaga, donde se concentra la mayor parte de la población, se encuentran en estado de sequía excepcional.
Principales medidas implementadas
Para combatir esta crisis, la Junta de Andalucía ha puesto en marcha una serie de iniciativas que buscan no solo soluciones inmediatas, sino también estrategias sostenibles a largo plazo que aseguren la disponibilidad de recursos hídricos para las generaciones futuras. La inversión se eleva a 517,8 millones de euros para impulsar medidas destinadas a enfrentar la escasez de recursos hídricos.
- Estrategia ‘Sequía Plus’: tiene como objetivo mejorar el abastecimiento de agua en zonas afectadas por la sequía, promover el ahorro de agua y mitigar sus impactos económicos, sociales y ambientales. Las medidas abarcan desde el uso de desaladoras portátiles hasta mejoras en las infraestructuras de tratamiento de agua y la ampliación de recursos hídricos. La estrategia también busca incrementar la seguridad hídrica en varias provincias, como Málaga, Almería y Huelva.
- IV Decreto de Sequía: con un presupuesto de 217,8 millones de euros, incluye medidas inmediatas, como obras en varias regiones, la ampliación de la desaladora de la Costa del Sol y la promoción de la economía circular. También se brinda apoyo directo al sector agrario, con líneas de ayuda, exenciones fiscales y nuevas infraestructuras.
Dentro de estas iniciativas, se incluye la apuesta por las fuentes alternativas como el uso de aguas regeneradas y la desalación. En este sentido, el presidente la Junta, Juanma Moreno, subrayó la importancia de desarrollar un plan director de desalación. Este plan busca expandir y optimizar la capacidad de desalación en la región, lo que podría proporcionar una fuente sostenible de agua para consumo y riego, reduciendo así la dependencia de las precipitaciones y mejorando la resiliencia frente a futuros periodos de sequía.
Próximos pasos
Otra medida que se contempla, al igual que ya se ha planteado en Cataluña, es la posible llegada de agua en barcos. Carmen Crespo, consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, se reunió recientemente con el presidente de la Autoridad Portuaria para estudiar la mejor opción en caso de situación extrema.
Asimismo, Andalucía ya ha llevado a Bruselas la singularidad climática de la Comunidad Autónoma, con el fin de solicitar fondos para seguir adelante con la Política Hídrica que se ha posicionado como una de las prioridades del Gobierno andaluz.
Si bien estas iniciativas son reflejo de un enfoque integral y proactivo para abordar la crisis de sequía en Andalucía, esta crisis hidrológica supone una situación extraordinaria y urgente que exige una respuesta inmediata con resultados a corto, medio y largo plazo, en la que destaca la importancia de la eficiencia en la distribución del agua y la optimización del uso de fuentes alternativas de agua, con vistas a una situación hidrológica que no muestra signos de mejora.