Los sistemas fotovoltaicos flotantes aterrizaron en Estados Unidos hace 10 años. A día de hoy, esta tecnología, consistente en la instalación de paneles solares en grandes cuerpos de agua, no ha logrado la aceptación que se esperaba. Sin embargo, un estudio del Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL, por sus siglas en inglés) ha estimado que la instalación de energía solar fotovoltaica flotante en los más de 24.000 embalses construidos por el hombre en EE. UU. podría llegar a generar aproximadamente el 10% de la producción anual de electricidad del país.
Se podrían salvar aproximadamente 2,1 millones de hectáreas de tierra si se instalaran paneles solares en cuerpos de agua en lugar de en el suelo
El enfoque americano en relación a la energía fotovoltaica se ha centrado tradicionalmente en instalaciones sobre suelo, de manera que en diciembre de 2017 tan solo contaba con 7 áreas con paneles solares flotantes. En el resto del mundo, a finales de 2018 la cifra total de estas superficies ascendía a 100. Cabe destacar el caso de Japón, que cuenta con 56 de las 70 instalaciones fotovoltaicas flotantes más grandes del planeta.
Los investigadores confían en que esta alternativa despegue en Estados Unidos: "aquí ha sido una aplicación de nicho; en otros lugares, ha sido realmente una necesidad (...). Esperamos que despegue especialmente en áreas con restricciones de tierras, y donde exista un conflicto importante en la invasión de energía solar en las tierras agrícolas", ha afirmado Jordan Macknick, analista principal del nexo energía-agua-tierra de NREL.
Macknick y sus coautores de NREL, Robert Spencer, Alexandra Aznar, Adam Warren y Matthew Reese, estiman que se podrían salvar aproximadamente 2,1 millones de hectáreas de tierra en Estados Unidos si se instalaran paneles solares en cuerpos de agua en lugar de en el suelo.