22 de marzo, día que la Organización de las Naciones Unidas declaró como el día mundial del agua con el objetivo de que tomásemos conciencia sobre su importancia e hiciéramos un uso más responsable del recurso.
Si hacemos un uso eficiente del agua es una pregunta que deberíamos hacernos a menudo, cada día, cada vez que abrimos un grifo en casa, pero también cada vez que abrimos una válvula o una compuerta en el campo. Ya que el consumo de agua en la agricultura representa el 70% del consumo de agua dulce del planeta. Por lo tanto, los profesionales de la agricultura tenemos una gran responsabilidad en cuanto a aumentar la eficiencia en el uso del agua.
Siempre se ha dicho que el agua es vida pero, al igual que la vida, parece que solo reparamos en ella en situaciones críticas. Cuando todo va bien, la damos por supuesta, como si siempre fuera a estar ahí, como ahora. Podríamos decir que hacemos algo similar en lo que respecta al agua. Creemos que siempre va a estar ahí de forma ilimitada. Pero años como 2017 nos hacen ver que esto puede cambiar, que el agua es un recurso limitado y que preocuparse por la eficiencia en el uso del agua va a ser totalmente necesario en la profesión agrícola.
¡Cómo si el profesional de la agricultura no tuviera bastantes cosas por las que preocuparse ya!
Efectivamente, las tiene, y muchas. Pero mejorar la eficiencia en el uso del agua ya es algo necesario y de compromiso. Disponemos de muchas herramientas para hacerlo, y van en aumento cada día. En Regaber llevamos 37 años de historia formando parte de los avances en la agricultura. Hemos trabajado cada día para difundir esos avances, con el convencimiento de que el futuro de la agricultura y de la alimentación y, por tanto, de la vida, pasa por producir más con menos.
Actualmente asistimos a una revolución en la forma de gestionar la agricultura. Cada día nos son más familiares conceptos como agricultura de precisión, monitorización de cultivos, sensores de todo tipo para la ayuda a la toma de decisiones, aplicaciones para gestionar los cultivos, riego inteligente, … Y en este compromiso de mejorar la eficiencia debemos estar todos. La profesión agrícola requiere un compromiso, un nuevo enfoque, una forma diferente de hacer nuestro trabajo, dando la importancia que tiene a un recurso tan importante como el agua. Todo ello requerirá adaptarse, modificar nuestras técnicas de cultivo, probar cosas diferentes, comparar, aprender, experimentar, … Quizá no en toda la extensión de nuestro cultivo, pero sí en alguna zona que nos permita comprobar cómo nuevas técnicas en el uso y la aplicación del agua nos ofrecen la misma productividad o más. Tal como hemos comprobado durante años en diferentes ensayos en una gran variedad de cultivos tanto a nivel nacional como internacional.
Por tanto, volviendo a la reflexión del principio: ¿hacemos un uso eficiente del agua en agricultura?
La respuesta es obvia: siempre hay un margen para la mejora y en ello hemos de invertir nuestros esfuerzos.