República Dominicana es el nombre de esa isla paradisíaca que, a la mayoría de los españoles nos hace soñar con playas de arena fina, mares de color turquesa y tiempo de verano todo el año. Y sí, Dominicana es eso, pero también es un lugar con una alta probabilidad de fenómenos naturales como huracanes o terremotos, los cuales pueden afectar de forma muy significativa a las presas del país colocando a su población en una posición de gran vulnerabilidad. En el año 2007, los huracanes Olga y Noel azotaron el país, y según el PNUD afectaron de manera directa o indirecta al 70% de la población del país, provocaron inundaciones y deslizamientos en el 80% del territorio, dejando 79,000 desplazados. Ante las necesidades generadas, el Banco Mundial creó un fondo para apoyar la recuperación del desastre, y es dentro de este programa en el que se enmarca nuestro trabajo, en conjunto con el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI).
¿Qué estamos haciendo?
Nuestro objetivo último es conocer el estado actual y la problemática de las presas, recomendar actuaciones de mejora, reevaluar los estudios de avenidas, desarrollar medidas de futuro para la gestión de embalses y a la vez fortalecer al equipo humano que en la actualidad trabaja en este ámbito. Una vez más hemos comprobado que el trabajo técnico y el humano no pueden separarse, y sólo trabajando con un equipo multidisciplinar podemos llegar a las conclusiones necesarias. Mientras nuestro equipo técnico visita, inspecciona, analiza, calcula y propone mejoras, nuestro equipo social se reúne con los pobladores aguas abajo de las presas por todo el país y trabaja con el lado más humano de las instituciones.
Trabajar con el INDRHI nos está resultando muy bonito y enriquecedor, a pesar de que en ocasiones las diferencias culturales se interponen en el camino, tanto para nuestros colegas caribeños como para nosotros. Pero esta es precisamente la riqueza de los trabajos internacionales, nos unen como planeta. Nos permiten entender un problema desde una perspectiva más global, introduciendo variables nuevas y cambiando nuestra forma de entender las cosas.
Las personas con las que estamos trabajando, la comprensión de las dificultades del trabajo con recursos limitados, la pasión de los técnicos que han cambiado el país con la construcción de las presas que ahora inspeccionamos, la complejidad del trabajo en fortalecimiento institucional y la inclusión de la población y los organismos de gestión de emergencias, hacen que este proyecto sea un coctel en el que no falta de nada.
Esta isla en el Caribe, tiene muchísimos condicionantes que hacen que la gestión eficaz del agua en su territorio sea fundamental. El futuro desarrollo de Dominicana depende, en grandísima medida, de la gestión y mantenimiento de sus presas y embalses así como de su capacidad de prevenir emergencias y proteger a sus pobladores. Y desde Inclam nos alegramos mucho de poder poner nuestro granito de arena!