El Banco Mundial ha aprobado un préstamo de 300 millones de dólares (casi 240 millones de euros) con el objetivo de ayudar a Serbia a recuperarse de los daños provocados por las inundaciones de mayo, en las que murieron 57 personas y que devastaron su sector energético.
Las peores lluvias en la historia del país causaron daños estimados en 1.500 millones de euros. Los ríos se desbordaron y arrasaron carreteras, puentes y casas.
Esta devastación ha provocado que las previsiones indiquen que la economía serbia se contraerá en 2014, complicando los esfuerzos del Gobierno, que tiene un déficit presupuestario que supone más del 8 por ciento del producto nacional.
El crédito, que fue aprobado el viernes y que cuenta con un periodo de gracia de 18 años, ayudará a satisfacer la demanda nacional de energía, proteger a los agricultores y los bienes afectados e incrementar la capacidad de respuesta del país a los desastres naturales.
En su comunicado, el Banco Mundial ha indicado que 120 millones de euros irán destinados a la importación de energía, para ayudar a superar la crisis energética "especialmente durante el invierno".