Regando con el sol. Soluciones para una energía sostenible y económica
La energía eléctrica, concretamente su precio, está actualmente en la agenda de todas las comunidades de regantes. ¿Por qué? ¿Qué soluciones hay?
De una parte, por la modernización del regadío que pasa por la presurización, control y precisión del riego y demanda cada vez más energía.
De otra parte, la sequía que obliga a realizar nuevas captaciones convencionales o no convencionales como el uso del agua de regeneradoras o desaladoras. En este caso, el incremento de energía eléctrica es más elevado por el trasvase del agua mediante estaciones de bombeo, desde la captación hasta el embalse de regulación, donde será bombeada de nuevo para regar los campos. Además, necesita grandes inversiones para la construcción de nuevas infraestructuras.
El resultado es que cada temporada se necesita más energía para el mismo regadío, o sea, esta aumenta su peso en la distribución de costes del producto final, por lo tanto, sus implicaciones son cada vez mayores. La energía eléctrica es hoy un recurso crítico que las comunidades de regantes pueden gestionar para contener el riesgo de que los precios se conviertan en una amenaza.
La modernización del regadío y la sequía disparan la demanda de energía eléctrica y su repercusión en el coste por metro cúbico
El precio de compra dependerá de la negociación con la comercializadora de electricidad y del mercado al que acceda esta. El precio en el mercado eléctrico es muy volátil, como descubrimos al inicio de la guerra de Ucrania, y está expuesto a muchos factores como la geopolítica internacional e incluso la propia sequía. Para evitar esta inestabilidad, se puede contratar una tarifa a un único precio en todos los periodos de consumo, pero eso es solo en apariencia. El precio único se calcula en base a un histórico y a la expectativa de futuro, por lo que nunca va a ser el coste más ajustado. En cambio, el consumo a tarifa indexada sí garantiza el mejor precio posible en todos los periodos, pero sin transmitir estabilidad.
En cualquier caso, la mejor estrategia para contener los precios y conseguir estabilidad a largo plazo es la producción propia de la energía: no hay energía más barata que la autoproducida. La agricultura debe ser sostenible y verde también en sus estrategias empresariales en busca de la rentabilidad, por lo que su energía debe ser producida mediante fuentes renovables limpias. La mejor estrategia para la generación de energía renovable es la producción cerca de los puntos de consumo mediante parques solares para el autoconsumo in situ.
Así pues, la mejor solución para garantizar un precio estable a largo plazo es la construcción de un parque solar cercano a la estación de bombeo. Pero un parque solar convencional por sí solo no resuelve el problema por completo, y hay que combinarlo con otras tecnologías que describimos a continuación.
Un parque convencional suministrará energía en horas solares en una curva de producción en forma de campana con su punto máximo en las horas de mayor irradiación, desde el cero al amanecer y atardecer. Si se puede concentrar el consumo dentro de esa producción, la instalación proveerá el 100% de la energía necesaria. Lamentablemente, solo se da este caso en bombeos de poca potencia y con posibilidad para trabajar exclusivamente de día. En los bombeos de alta capacidad sería necesario triplicar toda la infraestructura para concentrar el servicio en horas solares, dando como resultado una instalación descomunal en base a su objetivo.
En la mayoría de los proyectos se buscará el equilibrio entre producción, consumo y energía excedente, dando como resultado una planta solar que solo cubrirá el 25% del consumo anual, dejando el 75% restante a merced del mercado. El problema del coste se controla en una pequeña parte, pero no se elimina.
Para solucionar este desfase, dentro de los sistemas existentes, destaca el SIE, Sistema de Intercambio de Energía, que permite consumir toda la energía producida. Se trata de un sistema patentado por SIVORTEX que dimensiona el parque para que genere en horas solares toda la energía que se va a consumir, tomando el histórico como punto de partida. De forma totalmente transparente para el usuario, gestiona y redistribuye la energía no autoconsumida a través de la red para devolverla cuando se necesita en cualquier época del año, de día o de noche. De esta forma, se puede producir toda la energía que se va a consumir sin necesidad de instalar físicamente ningún sistema de acumulación.
La energía eléctrica es un recurso crítico que las comunidades de regantes pueden gestionar con las herramientas adecuadas
El sistema es capaz de aprovechar la alta estacionalidad del regadío para reducir la dimensión del parque. Por ejemplo, si la planta entra en producción en octubre, generará energía que no será consumida. En este caso, el SIE la redistribuye a otros consumidores, creando un saldo de kw/h a favor de la comunidad de regantes que los ha producido, y así en los sucesivos meses hasta que la estación de bombeo entra en funcionamiento. En ese momento, el parque solar suministrará la energía necesaria de día a los equipos de bombeo y fuera del horario solar, y el SIE devolverá los kw/h a la comunidad de regantes que necesite mientras haya saldo, en un proceso totalmente transparente. También se acumulan los excesos de producción en las horas más altas. Si se agota el saldo, el SIE continúa suministrando energía sin interrupciones a la mejor tarifa de precio indexado.
La ventaja del sistema solar conectado al SIE es la autosuficiencia energética: generar el 100% de la energía que se va a necesitar consiguiendo precios bajos y estables sin preocupaciones durante veinticinco años.
Los parques solares conectados al SIE para generar la propia energía pueden construirse sobre el terreno, como suele ser habitual, aunque nuestra recomendación es que se construyan encima de los mismos embalses de regulación a los que van a dar servicio. Los embalses son instalaciones artificiales ya construidas que, como en el caso de la cubierta de una nave industrial, pueden tener un doble uso. Los beneficios de esta simbiosis son muchos: el sombreado del agua reduce las pérdidas por evaporación al mismo tiempo que evita la proliferación de algas evitando tratamientos químicos del agua; el refrescamiento proporcionado por la lámina de agua mejora el rendimiento de las placas solares y no requiere inversión en terrenos adicionales que pueden continuar dedicándose al cultivo de alimentos.
Los flotadores empleados para sustentar las placas tienen una vida superior incluso a la de los propios módulos, y no influyen en la calidad de las aguas ni alteran su potabilidad.
El tercer eje para la gestión del consumo energético es la plataforma Smart Solar Irrigation que actualmente está desarrollando SIVORTEX. Se trata de un software desarrollado para la interconexión con otras plataformas, de modo que sea capaz de predecir el momento óptimo del bombeo desde el punto de vista energético, teniendo en cuenta parámetros de saldo de kwh en el sistema SIE, previsión de tarifas a corto y medio plazo, márgenes de trabajo, necesidades de riego y previsión de producción desde el punto de vista meteorológico.
También es necesario más apoyo por parte de las administraciones. Actualmente, se quedan en la concesión de subvenciones o de financiación, pero existe un problema de fondo con para la ejecución de los proyectos, el excesivo tiempo desde la redacción del proyecto hasta la concesión de la licencia de obras por parte de la administración y de la respuesta por parte de la empresa distribuidora de electricidad, que puede dilatar en el tiempo o limitar en capacidad la ejecución del proyecto. Se trata de un tema importante que no se va a solucionar solo con financiación, sino que debe haber un nuevo método para tratar los parques solares para las estaciones de bombeo, pues hoy son parte fundamental de la infraestructura del regadío y de la producción de alimentos.
Cataluña sigue sin avanzar en la producción de energías renovables
SIVORTEX lleva meses intentando obtener la autorización administrativa en Cataluña, sin éxito, para el proyecto fotovoltaico flotante más grande de España.
En Cataluña se consume el 17,4% de la electricidad renovable de España, pero la región solo produce el 5,3% del total. De hecho, con los años, la capacidad instalada ha ido decreciendo en lugar de aumentar. Hay razones de índole política y social que explican la situación, pero también las hay de tipo administrativo. El 84% de las empresas y organizaciones del sector en esta región pide simplificar la burocracia local y estatal como principal medida para desarrollar el proceso de transición energética. Pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?
En definitiva, podríamos resumir, en palabras Carlos Zanón, «tardan, mal y nunca».
La pelota administrativa se ha hecho tan grande y tan poco eficaz, que incluso la poca calidad política que existe se atreve a poner remedio. Entonces, ¿qué hay que hacer para que esto funcione? ¿Qué ocurre cuando surge una nueva línea de proyectos que no tienen nada que ver con realizar instalaciones en tejados o en suelo, sino en agua?
Pues la cosa se complica más.
Ahora hay una iniciativa de gobierno que quiere realizar una ventana única para gestionar este tipo de proyectos fotovoltaicos en agua, y ha puesto encima de la mesa cien embalses donde se podrían realizar proyectos flotantes fotovoltaicos para poder producir energía en horas fotovoltaicas y no tener que turbinar. Pero ya han surgido líneas en contra, o bien para presionar sobre las infraestructuras que hacen falta para el regadío, o bien por el mero hecho de que «no gusta», sin justificación ninguna, pero remitiéndose siempre al salvavidas para que no se haga nada (y que nadie quiere cuestionar) cómo es el impacto medioambiental, y sobre el que nadie sabe nada al respecto.
Desde SIVORTEX llevamos muchos meses intentando obtener la autorización administrativa sobre un proyecto fotovoltaico flotante, que es el más grande de España.
Empezamos introduciendo el proyecto como si fuera en tejado, puesto que parecía lo más lógico, y así nos lo transmitió el Departamento de Acció Climàtica. Pero, al cabo de unos tres meses de haber introducido el proyecto para la autorización administrativa, nos contestan desde Urbanismo y Medioambiente que se tiene que tratar como suelo, y de esta manera pase por sus departamentos.
Durante el proceso hemos tenido peticiones o alegaciones kafkianas por parte de la administración sobre los proyectos, alegaciones fuera de tiempo y sin poder tener contacto directo para poder determinar con los técnicos las soluciones pertinentes.
Seguimos y conseguimos llevar a exposición pública de urgencia el proyecto, pero, una vez pasado el plazo, volvemos a remitir el proyecto a los departamentos, incluidos Medioambiente y Urbanismo, y esto se tramitará entre cuatro u ocho meses más. Nos preguntamos para qué sirve realizar una exposición pública de urgencia.
A fecha de hoy seguimos esperando y veremos a dónde nos lleva. Pero si pretendemos llegar a objetivos de proyectos en renovables, aquí en Cataluña ya llegamos «tarde, mal o nunca».