El conseller de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila, ha aceptado este jueves la propuesta del conseller de Agricultura, Josep Maria Pelegrí, de establecer un año de carencia en la aplicación del canon del agua a los ganaderos, y estudiar, a partir de enero, los coeficientes que se aplicarán en 2015, ha informado a Europa Press el Departamento de Agricultura.
Ambos se han reunido este jueves en el Parlament con una representación de las diez organizaciones ganaderas que han reclamado estos días la eliminación del canon del agua en el proyecto de presupuestos de 2014, en un encuentro al que también ha asistido el director de la Agencia Catalana del Agua, Jordi Agustí.
Al término de la reunión, Pelegrí ha explicado que el objetivo es llegar al final de 2014 a un punto de encuentro, y ha insistido en que se tiene que primar a quien no contamine: "Entendemos que quien contamina debe pagar, pero quien no contamina también debe tener unos beneficios".
Pelegrí ha explicado que el objetivo es llegar al final de 2014 a un punto de encuentro
El conseller ha remarcado que, en estos momentos, romper las relaciones con un sector estratégico como la agricultura y la ganadería no sería correcto por parte de la Generalitat, por lo que ha planteado la contraoferta para ver cómo se puede equilibrar el compromiso del sector ganadero y del Govern e intentar sacar adelante unos presupuestos que permitan "mantener los actuales gastos".
La Generalitat ha aparcado el canon un año en respuesta a las exigencias de las diez organizaciones de ganaderos, que este martes firmaron un documento para exigirle que eliminara el canon del agua del proyecto de los presupuestos del año que viene.
Unió de Pagesos, Jarc, Asaja, la Federación de Cooperativas Agrarias de Catalunya, Asoprovac, Fecoc, Porcat, Anprogapor, Fac y Facc son las organizaciones que firmaron este documento, una circunstancia extraordinaria en el sector ganadero, que no había formalizado una alianza de estas características desde 2008.
Entonces las principales organizaciones del sector se unieron para reclamar medidas contra la entonces incipiente volatilidad de los precios de los cereales, que provocaron una escalada alcista en los precios de los piensos disparando los costes de sus explotaciones.
