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Desaladoras portátiles. El compromiso de Tedagua con la emergencia hídrica en La Palma

El 23 de octubre, solo tres semanas después de comenzar las obras, se consigue producir agua para el riego de las plataneras de la zona.

El 19 de septiembre de 2021 entró en erupción un nuevo volcán en la dorsal de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma. Súbitamente, el foco de atención de nuestro país y de gran parte del mundo se centró en la erupción y, sobre todo, en los damnificados por la misma. La lava destruyó la red de transporte de agua de riego que abastece desde el norte de la isla hacia la zona de regadío del sur, donde se concentran gran parte de las explotaciones de plataneras.

Ante la emergencia hídrica, Tedagua aportó dos desaladoras portátiles, ubicadas en Puerto Naos, que permitieron en tan solo tres semanas después de empezar los trabajos, abastecer de agua producto a las explotaciones plataneras de la zona y minimizar el impacto que el volcán tuvo en la vida de los palmeros.

La pandemia, sus estragos, el incremento del precio de las materias primas cedieron por unos días el protagonismo a este fenómeno natural de magnitud muy superior a la humana. La fascinación y la impotencia frente a fuerzas inasumibles por nosotros nos invadieron mientras veíamos por los medios las evacuaciones de vecinos y los daños materiales ocasionados por las coladas de lava del volcán, que no entienden de límites de propiedad, términos municipales ni intereses económicos.

Las coladas afectaron directamente a casi 3.000 edificaciones y 1.220 hectáreas. Además, tramos de seis carreteras resultaron sepultados, así como redes eléctricas e hidráulicas.

La lava destruyó la red de transporte de agua de riego que abastece desde el norte de la isla hacia la zona de regadío del sur

La lava destruyó la red de transporte de agua de riego que abastece desde el norte de la isla hacia la zona de regadío del sur, donde se concentran gran parte de las explotaciones de plataneras.

La economía de la isla recae en gran medida en la agricultura, y en concreto en la producción de plátanos. Por tanto, la erupción puso en jaque también al medio de subsistencia de gran parte de los palmeros. Frente a este hecho, a finales del mes de septiembre, el Gobierno de Canarias, con el apoyo técnico del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), buscó de forma urgente la posibilidad de implementar inmediatamente una instalación de desalación de agua de mar portátil para poder abastecer el riego de las plantaciones de plataneras de la zona sur de la isla, cuya arteria de riego había sido seccionada por la lava del volcán. A esta llamada Tedagua respondió ofreciendo dos plantas desaladoras contenerizadas, diseñadas para producir 2.800 m3/día de agua cada una.

Equipos de la Unidad Militar de Emergencias prestando labores de apoyo a Tedagua para poder iniciar las obras en Puerto Naos.

Tedagua se fundó en 1983 en Gran Canaria, dedicándose en un primer momento a la construcción y operación de plantas desaladoras contenerizadas para abastecer a la incipiente demanda de las Islas Canarias. Su actividad se centró en los primeros años en los regantes e instalaciones hoteleras. Desde el taller de Tedagua en Telde, Gran Canaria, se han diseñado y construido decenas de estas plantas, a las que se sigue dando servicio. Tedagua fue comprada por el Grupo Cobra en 2001 y su principal mercado cambió, dirigiéndose a las grandes plantas de tratamiento alrededor de todo el globo, con una inequívoca vocación internacional e innovadora. Tedagua ha abarcado el Ciclo Integral del Agua, tanto desde el lado del constructor como desde el operador o la concesionaria. Pero en ningún momento se ha abandonado ni la actividad original ni las instalaciones, que han seguido fabricando plantas y dando servicio de manera ininterrumpida en estos casi cuarenta años de historia.

La ubicación elegida para las plantas fue Puerto Naos, un precioso pueblo turístico situado al sur de la zona afectada por las coladas

Tedagua cuenta con un catálogo de plantas de diferentes capacidades que pueden ser fabricadas exprofeso o alquiladas durante un tiempo determinado. Ambas líneas no son en modo alguno opuestas, sino que siempre se han entendido como complementarias. Con mucha frecuencia, las puestas en marcha más urgentes han sido apoyadas por instalaciones temporales provistas desde el taller, o ciertas plantas industriales han sido construidas en el mismo. En otras ocasiones, los servicios centrales o el personal de obra prestan apoyo para asuntos concretos en el mercado canario. Tedagua siempre ha percibido su taller y su gente como un elemento diferenciador frente a la competencia, ofreciendo capacidades adicionales.

Y, de repente, frente al requerimiento del Gobierno de Canarias, todo cobró aún más sentido. De forma inmediata se movilizaron medios desde las oficinas centrales y desde el taller de Telde para acometer el gran reto: en tres semanas se tenía que estar dando agua, las plataneras no aguantarían más. Y así se hizo. No era simplemente cuestión de hacer llegar unas plantas contenerizadas, sino que significaba construir una toma con pozos playeros, colectores de distribución, depósitos de almacenaje, grupo de bombeo y el sistema eléctrico para alimentar todo lo anterior, incluyendo una alimentación eléctrica desde la red.

El pasado 23 de octubre se pusieron en marcha, en tiempo récord, las desaladoras portátiles que Tedagua ha suministrado para reemplazar el suministro de agua de los sistemas de riego inutilizados por el volcán Cumbre Vieja, en la isla de La Palma.

El trabajo se organizó inmediatamente, la experiencia y el saber hacer de nuestro personal ocuparon su lugar de forma natural. Las plantas se pusieron a punto rápidamente en el taller, mientras que personal de los departamentos centrales acudía a obra para definir junto al ITC, el Gobierno de Canarias y el Cabildo, todos los detalles necesarios de las instalaciones. Toda la empresa se volcó en el reto, era imposible fabricar equipos para la planta en esos plazos, y hubo que buscarlos en todas partes, tocando todas las teclas posibles, en un gran ejercicio de coordinación.

La ubicación elegida para las plantas fue Puerto Naos, un precioso pueblo turístico situado al sur de la zona afectada por las coladas. Todo el pueblo había sido previamente evacuado por los Cuerpos de Seguridad del Estado, dado que está dentro de la zona de exclusión y para poder acceder a esta zona hay que poseer una acreditación especial sujeta a ciertos controles. Se decidió perforar dos pozos junto la playa para tomar el agua bruta y conducirla hasta las plantas. El permeado de la ósmosis se almacenaría en un depósito para posteriormente ser bombeado contra la red de distribución de agua de riego, que trabaja a elevada presión.

El permeado de la ósmosis se almacenaría en un depósito para posteriormente ser bombeado contra la red de distribución de agua de riego

Mientras que se ponían en marcha las plantas, el Gobierno contrató los servicios de un barco de transporte de agua que descargaba a través de una tubería flotante al mismo depósito de agua producto donde vierten las plantas. El sistema se diseñó y construyó de forma que admita ambas entradas indistintamente. La construcción de los sistemas de tuberías de descarga del barco también fueron parte del alcance ejecutado por Tedagua.

El trabajo se ejecutó limpiamente, contando con nuestros subcontratistas habituales para montaje, que nos han acompañado ya en multitud de trabajos. Como en todos nuestros proyectos, los trabajos se ejecutaron con los máximos estándares de seguridad, en este caso aún con más motivo, dadas las dificultades logísticas del emplazamiento. Las jornadas fueron muy largas, trabajando el personal bajo la lluvia de ceniza del volcán y teniendo que evacuar la obra en varias ocasiones por riesgo de coladas de lava. Al volver al hotel por las noches tenían que quitarse toda la ceniza que les había cubierto por completo.

1 de octubre del 2021, la plantas desaladoras están ubicadas en su posición final y preparadas para las últimas pruebas de producción.

Y en ese mismo hotel donde se llevaban a cabo las reuniones de planificación y seguimiento, estaban alojadas multitud de familias desplazadas por el volcán. Los contrastes. Familias enteras, desubicadas, sin la certeza de un futuro a corto plazo, cuya rutina ha sido arrebatada sin previo aviso, y sin posibilidad de vuelta atrás. Niños, que tienen que jugar y aprender; adultos, que tienen que llorar su pérdida, esperar una ayuda y buscar un futuro… Todos ellos, y nuestra gente, y periodistas… todos situados allí por el azar violento de un volcán.

Al ver a diario las noticias de la erupción, desde Tedagua sentimos algo más, un sentimiento de pertenencia y de reto común, aún más fuerte que el que experimentó el conjunto de nuestro país. Estábamos allí, y no íbamos a fallar.

Durante esas semanas sentimos resurgir un sentimiento muy fuerte, el sentido de nuestra profesión. Somos ingenieros por esto, para dar agua donde se necesita y para proteger el medioambiente. Y no nos sentimos en ningún momento solos en esto: clientes, colaboradores y proveedores se interesaban por el proyecto y nos agradecían la implicación en él.

El permeado de la ósmosis se almacenaría en un depósito para posteriormente ser bombeado contra la red de distribución de agua de riego

Para cumplir con los plazos establecidos se movilizaron todos los recursos disponibles: el diseño se hizo y se ajustó. El objetivo no era hacer la planta ideal, no era optimizar el CAPEX o el OPEX, no, era construir una planta robusta y fiable, y adecuar el diseño a los elementos disponibles en la zona o accesibles en corto tiempo. Las listas de materiales se cruzaban en Ingeniería con el stock disponible en los almacenes y se volvía a la mesa de diseño para ajustar de nuevo. Elementos de repuesto de otras plantas de Tedagua fueron llevados con urgencia hasta La Palma; se buscó material en stock en todos los suministradores nacionales. El Departamento de Logística hizo un excelente trabajo logrando transportes rápidos hacia el proyecto, e incluso contamos con un transporte realizado por un buque de la Armada para llevar una bomba centrífuga hasta la zona. El objetivo era claro, y todo el país se volcó en apoyar a La Palma, estaba claro que un volcán no nos iba a vencer.

Equipo de obra de Tedagua supervisando el avance de los trabajos para dar agua producto en el menor tiempo posible.

Y se cumplió, por supuesto. A las tres semanas del pedido, se entregó agua y la instalación no ha dejado de funcionar desde entonces. Del mismo modo, no hemos dejado de mejorarla y ampliarla.

Este artículo no habla de características técnicas ni de materiales y tecnologías innovadoras (que también usamos en otros proyectos). Habla de la experiencia del equipo, esa que permite adoptar soluciones innovadoras porque se domina la tecnología. Habla de la flexibilidad de una organización para adecuarse al reto, que permite reconducir inmediatamente recursos humanos y materiales y que todos funcionemos como el gran engranaje que somos. Habla de la dimensión humana de la necesidad de agua, del drama vivido por todas las familias afectadas y que aún hoy no han recuperado su vida, pese a que otras noticias, inflaciones, guerras, las hayan desplazado de los titulares.

Desde Tedagua queremos expresar nuestro agradecimiento al Gobierno de Canarias por contar con nosotros y nuestra total solidaridad con las familias afectadas en La Palma. Ha sido un privilegio poder trabajar con y para ellas.