Al menos ocho personas han muerto a consecuencia de una fuerte tormenta que sacude varias regiones de Turquía desde el fin de semana y que ha dejado a su paso fuertes vientos e inundaciones.
El fenómeno meteorológico, conocido por el nombre de 'Lodos', ha afectado a las zonas de los mares de Mármara, Egeo, Negro y Mediterráneo y ha provocado el desplazamiento de miles de personas, así como la caída de tejados en decenas de viviendas.
En la provincia de Edirne, cerca de la frontera con Grecia, el desbordamiento de varios ríos ha dejado incomunicada la zona de Karaagac, donde viven 5.000 personas.
El gobernador de esta región, Dursun Ali Sahin, ha descrito la situación como el desastre del siglo y ha advertido de que podría empeorar. "Los trabajos de rescate continuarán en las próximas horas. El transporte terrestre sobre el río permanecerá cerrado durante diez días", ha explicado a los medios locales.
El lunes, cuatro personas de diferentes provincias murieron por la caída de edificios, mientras que un taxista perdió la vida tras la caída de una grúa sobre su vehículo. En la provincia de Gaziantep, en el sur, tres niños de la misma familia fallecieron por inhalación de monóxido de carbono después de que el viento introdujese en la vivienda el humo tóxico emanado de la chimenea.