Entre 1990 y 2010, 2.300 millones de personas lograron acceder a mejores fuentes de agua potable. Se trata de un dato positivo, pero no suficiente. Todavía hay más de 700 millones de personas que no tienen acceso a agua limpia y potable para llevar una vida sana. En la edición de 2016 del Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo se estima que alrededor de 2.000 millones de personas necesitan tener acceso a unos servicios de saneamiento mejores y se indica que las niñas y las mujeres se encuentran especialmente desfavorecidas en ese sentido.
Un gran número de países en desarrollo están situados en zonas de estrés por déficit hídrico y es probable que sean los más afectados por el cambio climático. Al mismo tiempo, la demanda de agua está aumentando de manera espectacular, particularmente en las economías emergentes, donde la agricultura, la industria y las ciudades se desarrollan con rapidez.
Hay mucho en juego. El agua es fundamental para la vida y vital para un desarrollo más inclusivo y sostenible.
Es precisamente por este motivo por lo que el agua ocupa un lugar central en la nueva Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Tiene un papel destacado en el objetivo 6 de garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos y es también importante para lograr todos los otros objetivos, incluso el de mejorar las perspectivas de trabajo decente para todos, que es el punto central del Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo de 2016.
El agua es vital para la agricultura, la industria, el transporte y la producción de energía, así como un motor del crecimiento económico, ya que genera y mantiene puestos de trabajo en el mundo entero, pero el logro de los objetivos de desarrollo no será solo cuestión de contar con unos recursos adecuados de agua como materia prima. La calidad del agua y el saneamiento siguen siendo fundamentales para ofrecer un medio de vida decente. De los 2,3 millones de muertes que se producen al año en el ámbito laboral, un 17 % puede estar vinculado con enfermedades transmisibles y el consumo de agua contaminada. Por lo tanto, el agua potable y el saneamiento deben convertirse en asuntos prioritarios en cualquier lugar de trabajo.
Hacer frente al reto de crear y mantener empleos decentes en la coyuntura actual del cambio climático y la escasez de agua requerirá una inversión mucho mayor en ciencia, tecnología e innovación. Existen pruebas de que invertir en infraestructuras y servicios hídricos puede reportar grandes beneficios tanto para el desarrollo económico como para la creación de empleo. No obstante, para garantizar que estas inversiones produzcan los mejores resultados para todos, es importante que se planifiquen en colaboración con todos los sectores pertinentes, entre ellos el agrícola, el energético y el industrial.
Como principal organismo de las Naciones Unidas encargado de la ciencia y la educación relativas al agua, la UNESCO está trabajando arduamente para conseguir estos objetivos, empezando por el Programa Hidrológico Internacional y su red de comités nacionales, centros y Cátedras. Por otro lado, desde 2003 miles de hidrólogos e ingenieros hidráulicos de países en desarrollo se han formado en el Instituto UNESCO-IHE para la Educación relativa al Agua. Asimismo, nuestro Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos proporciona a los gobiernos y la comunidad internacional información avanzada y de utilidad política sobre los recursos mundiales de agua dulce, además de experimentar con técnicas nuevas de control del agua que toman en consideración las diferencias entre hombres y mujeres. Todo esto será vital para hacer realidad la Agenda 2030.Avanzar en esa dirección requiere medidas por parte de todos los sectores: los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado. Los retos que nos presentan el cambio climático, la escasez de agua y el desplazamiento de trabajadores poco cualificados son inmensos. No obstante, el fomento de empleos de calidad, combinado con la conservación del medio ambiente y la garantía de una gestión sostenible del agua, contribuirá a erradicar la pobreza, fomentar el crecimiento y crear un futuro de trabajo decente para todos. Tal es el mensaje de la UNESCO en el día de hoy